El plan de transferir agua consiste en revivir el Plan Hidráulico del Noroeste, un proyecto que se creó a finales de la década de 1960 que no prosperó por falta de recursos.
Marcos Vizcarraagosto / Revista Espejo
Gobernadores de la zona del Golfo de California quieren revivir el Plan Hidráulico del Noroeste (Plhino), para poder transferir agua entre presas y ríos, desde el norte de Nayarit, pasando por Sinaloa a Sonora y también a Baja California.
“Presentamos el Plhino a la Presidenta”, dijo el gobernador Rubén Rocha Moya en conferencia de prensa.
La propuesta se hizo durante una reunión con gobernadores del noroeste de México con la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, donde también estuvieron Leticia Ramírez, futura coordinadora del área general de asuntos intergubernamentales y participación social; Mario Delgado, futuro secretario de Educación; Carlos Augusto Morales, próximo secretario particular de gobierno; y José Merino, futuro titular de la Agencia de Transformación Digital de México.
Cada gobernador y gobernadora presentó sus proyectos de obras públicas, como carreteras, puentes y obras hidráulicas.
Sin embargo, entre todos los gobernadores y gobernadoras hubo una propuesta conjunta, la de hacer funcionar el Plan Hidráulico del Noroeste, un proyecto que se creó entre 1967 y 1970 por la Secretaría Recursos Hidráulicos (hoy Comisión Nacional del Agua), el cual consiste en transferir agua de estado a estado para hacer un equilibrio hídrico.
La esencia original del Plhino fue ser un plan de desarrollo regional transexenal, con el objetivo de aprovechar íntegramente toda el agua del noroeste del país, región delimitada desde el Río Santiago en Nayarit al río Sonora, mediante la construcción de obras hidráulicas para interconectar cuencas vecinas y transferir los excedentes de agua del Sur hacia el Norte para eliminar la desigual distribución del agua.
Para llevarlo a cabo se planearon presas de almacenamiento, derivadoras, canales de interconexión, canales de conducción, plantas de bombeo, sistemas de distribución, drenaje y caminos. Ese plan fue tan ambicioso que se estableció como un proyecto para más de un sexenio.
El Plhino quedó en un plan sin mayor éxito, pero 57 años después, ya con el cambio de gobierno en continuidad con políticos y políticas de Morena, una crisis hídrica y la necesidad de mantener el estatus de ser la región principal de producción de alimentos en México ha llevado a revivir el proyecto.
En el caso de Sinaloa, la propuesta involucra la construcción de una nueva presa en el municipio de San Ignacio, la cual tendría un costo de 18 mil 500 millones de pesos.
Además, se tiene planeado un acueducto de la presa Sanalona a la ciudad de Culiacán y un acueducto en la presa Eustaquio Buelna hacia la ciudad de Mocorito.
El proyecto no ha sido confirmado por la Presidencia de la República, pero este ya se dio a conocer de manera formal por gobernadores y gobernadores del noroeste de México.