La presidenta Claudia Sheinbaum materialmente “resetea” con energía su periodo de gobierno y con singular entusiasmo emprende una gira por el territorio nacional a la que ha denominado “de rendición de cuentas”, en el marco de la presentación de su Primer Informe de Gobierno a inicios de este mes. Y seguramente porque la visita del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, le ha dado la certeza de que su política negociadora, caracterizada por la firmeza y la definición, le han dado de nueva cuenta resultados alentadores.
La actitud demuestra la consolidación de Claudia Sheinbaum como presidenta, quien quiso empezar su gira el pasado fin de semana por dos estados del noroeste geográfico mexicano, que son actualmente gobernados por dos políticos que respaldan, de entrada, su obra de gobierno y que, no obstante, entre sí, no comparten filiación política.
Uno de ellos, el priista Esteban Villegas, actual gobernador de Durango, quien de forma pública y con afanes mediáticos, dijo el sábado ser “un gobernador claudista”. Por lo menos así lo declaró en un evento celebrado en aquella entidad que gobierna el médico que ganó la gubernatura por una coalición que también incluyó al PAN y al PRD, denominada ‘Va por México’.
De seguro, en un afán diplomático también por congraciarse con la mandataria y por expresarle genuinamente su simpatía política, a pesar de pertenecer a partidos distintos… ¿Por qué no?
Claudia Sheinbaum anunció para Durango un ambicioso programa de reactivación de la industria ganadera, que se extenderá a varios estados del norte y noroeste del país, a fin de que México no pierda su inercia de crecimiento lograda en las últimas décadas como productor de alto nivel de ganado bovino de engorda y para exportación; asimismo, como una forma de enfrentar la crisis por la que atraviesa el sector ganadero en México, debido a la amenaza de la plaga del “gusano barrenador”.
El programa se inscribe en la estrategia ‘Plan México’ y se llama Programa Integral de Producción de Carne de Alta Calidad.
Pero en ese mismo viaje del sábado y, no obstante que el equipo de giras de la Presidencia de la República había ya anunciado que se suspendería la gira por esa entidad, dada la amenaza que representaba la presencia del Huracán ‘Lorena’ en el Pacífico, que terminó degradándose a tormenta tropical y azotando la costa del centro y norte de ese Estado, hace cuatro días.
La presidenta Sheinbaum decidió ir a Sonora, un estado que siempre le ha dado su cálido y amistoso respaldo, no solo en términos políticos, sino electorales en lo específico.
Sonora, el estado que gobierna, precisamente, el otro mandatario del que hablamos, el genuino “gobernador claudista” que hay en el país, el doctor Alfonso Durazo Montaño… Bueno, hay más gobernadores y gobernadoras que se dicen también “claudistas”, porque así lo han manifestado en público en los últimos días: Libia Denisse García, de Guanajuato (Morena); y Teresa Jiménez, de Aguascalientes (PAN).
Pero, fue Alfonso Durazo de Sonora (Morena) el primero en asumirse como tal, y en general por su filiación, su antigüedad en el movimiento, la autoridad moral que ha mostrado en el desempeño de las tareas que le han sido encomendadas tanto por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador como por la actual Claudia Sheinbaum Pardo, tanto en materia de gobernanza de su estado, como en las materias electoral y partidista, al interior de su partido.
Durazo es el auténtico y feroz ‘Cerbero’ (Kerberos) de la antigua mitología griega. El celoso y leal ‘Guardatemplo’ de la secrecía y la continuidad del movimiento político que ha traído al país los afanes de transformación: Morena.
Durazo no ha necesitado declarar públicamente su filiación, apego y compromiso con Claudia y su gestión gubernamental, lo ha demostrado con lealtad, con resultados, con hechos.
Ya sea manteniendo ‘a raya’ a la delincuencia organizada proveniente de su vecino estado del sur (Sinaloa), encapsulándola y focalizando su acción reactiva en los municipios de Cajeme, Caborca y Puerto Peñasco. O bien estableciendo la armonía y la legalidad al interior del partido-movimiento que llevó al poder a la presidenta Sheinbaum (Morena), en su calidad de presidente del Consejo Político Nacional de dicho instituto.
E incluso, sirviendo como enlace leal y puntual entre la presidenta Sheinbaum y el expresidente López Obrador… Hay que decirlo con todas sus letras.
Alfonso Durazo tiene una gran virtud que escasea ,por cierto, en las juventudes febriles empoderadas que recién arriban al poder, viniendo de planos muy marginales. Y brilla esa virtud por su ausencia también entre aquellos políticos tradicionales que buscan el poder “como fin en sí mismo”.
Durazo tiene madurez y temple consolidados, tras muchos años de conocer la entraña misma del poder. De conocer el “timming” adecuado de un político “empoderado”; de conocer la axiología misma de la política sin descuidar la cruda realidad. Es decir, sabe distinguir y aplicar “el deber ser de las cosas” y el simple y crudo “simplemente, así es esto”.
Por cierto, cabe recordar y reconocer que el flagelo de la inseguridad pública provocado por el narcotráfico es un fenómeno común en todo el país y en el mundo. Sonora no podría escapar, mucho menos siendo parte del corredor “vertebral” del pacífico mexicano hacia Estados Unidos, específicamente hacia California, la principal economía del septentrional país.
Alfonso Durazo es uno de los articuladores de la línea de la política de gobernanza con quien cuenta la presidenta Sheinbaum, por lo que no conoce otra operación aritmética más que la suma… sí, solo sumar y sumar. Con nadie se pelea del gabinete ni de los gobernadores o legisladores de su partido. Sabe tratar con respeto y empatía a todos los protagonistas de la 4 T… y en general, de la clase política mexicana.
Quizá por eso y desde luego, por el gran cariño y gratitud que siente por el noble pueblo de Sonora, fue que Claudia quiso demostrar que el fundamento de su “Humanismo Mexicano” está sustentado en aquel aforismo que reza: “amor con amor se paga”.
A Sonora, Claudia Sheinbaum llevó un total de 831 mdp, dentro del Programa Integral para la Producción de Carne de Alta Calidad.
Es de sobra sabido además que en Sonora, los programas para el Bienestar del Gobierno Federal benefician a un millón 8 mil 700 personas con una inversión anual de ceca de 20 mil mdp.
Desde el Centro de Usos Múltiples de Hermosillo, Sonora, la jefa del Ejecutivo Federal destacó que, con la Cuarta Transformación, 13.5 millones de personas salieron de la pobreza, hazaña histórica que fue posible gracias a que de 2018 a 2025, el salario mínimo aumentó 135 por ciento.
Detalló que son 312 mil 682 derechohabientes de la Pensión para el Bienestar de Personas Adultas Mayores; 32 mil 607 de la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad.
Puntualizó que en Sonora también se construye el Puerto de Guaymas, la carretera Guaymas-Chihuahua, la de Bavispe-Nuevas Casas Grandes, que este año será inaugurada.
Sheinbaum les recordó a los sonorenses que hoy día se repavimentan todas las carreteras federales, se moderniza el aeropuerto de Ciudad Obregón y el aeropuerto de Guaymas.
La mandataria dijo que “se construirán 47 Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECI), se rehabilitará y equipará el Hospital General de Zona (HGZ) Dr. Ernesto Ramos Bours en Hermosillo; se construirá y equipará el HGZ en Navojoa, el HGZ de San Luis Río Colorado y se sustituirá el HGZ No. 4 en Guaymas”.
Por su parte, el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, agradeció emocionado a la presidenta de México por el apoyo que ha brindado al estado, particularmente en la entrega de Programas para el Bienestar y en infraestructura, lo que consideró como un “espléndido trato al pueblo de Sonora”.
Durazo redondeó el epílogo de su discurso dirigido a la presidenta Sheinbaum, diciéndole que su liderazgo “da muestra de que México es un país que dialoga y busca el entendimiento sin renunciar a su soberanía”.
Héctor Calderón Hallal en X: @CalderonHallal1; @pequenialdo