Para la familia Vázquez Martínez, la llegada del nuevo corazón es un milagro, el 11 de junio, José Miguel recibió el trasplante que provenía de Ciudad Obregón
Marcela Cuevas / Milenio
Una nueva oportunidad de vida recibió hace dos semanas José Miguel Vázquez Martínez, luego de que gracias a un trasplante de corazón su fuerza inquebrantable demostrara una tenacidad enorme.
Incluso antes de nacer, su madre enfrentó la amenaza de un aborto, pero desde entonces, ya demostraba su manera de aferrarse a la vida.
“Nuestros hijos, los dos menores, nacieron con una condición hereditaria por una combinación de genes de su papá mío, lo que nos explicaron en genética por llamarlo, de manera coloquial. Mi esposo tiene un gen roto que les heredó, pero yo también tengo un gen roto que les heredé”, dijo Martha Angélica, mamá de José Miguel.
Han pasado 19 años desde aquel primer desafío, y hoy, José Miguel ha vuelto a nacer.
Familia tenía miedo de perder a otro integrante
Para la familia Vázquez Martínez, la llegada del nuevo corazón es un milagro, el 11 de junio, José Miguel recibió el trasplante que provenía de Ciudad Obregón, Sonora, de un joven de la misma edad, un símbolo de esperanza que late con renovada fuerza en su pecho.
El diagnóstico era hereditario, una sombra que ha acompañado a la familia, pues hace tres años, se enfrentaron a la pérdida de Isabella, su hija de tan solo 14 años, quien no tuvo la misma suerte y oportunidad que su hermano.
La partida de ella dejó una herida profunda, pero también una determinación inquebrantable de seguir luchando y después de semanas de angustia y espera en la lista para recibir un trasplante, el corazón finalmente llegó.
“Después de esa partida de ese dolor tan grande no creí yo pasar por un momento de felicidad con el que estamos pasando ahora con sentimientos encontrados porque estamos muy agradecidos con su familia del donador, orando por ellos porque sabemos lo que es una pérdida, sabemos por lo que está pasando la familia y están en nuestras oraciones”, agregó su madre.
“Y ver a mi hermano en la condición que estaba yo dije, pues ya me quedé sola, en ese momento yo hice una oración. Él estaba ahí conmigo. Yo lo traje aquí, yo me subí con él a la ambulancia, entonces yo hice una oración y yo me entregué a Dios y dije: si es tu voluntad, la acepto completamente, porque yo sé que él va a estar bien”, argumentó su hermana Ángela.
José Miguel, un joven alegre y trabajador, conocido por su amor incondicional a los Tigres, ahora tiene una nueva esperanza. Su deseo es recuperarse completamente y seguir gritando cada gol con la misma pasión de siempre.
Con su nuevo corazón, José Miguel está listo para escribir un nuevo capítulo, lleno de sueños y oportunidades, siempre con la memoria de su hermana Isabella latiendo junto a él.
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