Judith León / CONECTA ARIZONA
La situación de las personas que quieren llegar a EEUU para solicitar asilo o formar parte de las comunidades de inmigrantes, independientemente del estatus, se ha hecho difícil con las medidas de seguridad de Donald Trump desde el inicio de su mandato, el 20 de enero de 2025.
En cuanto el presidente # 47 de Estados Unidos juramentó en su cargo, la aplicación para solicitar asilo humanitario, CBP One, se cerró; se trataba de una plataforma por la que se asignaba citas para realizar este trámite con el que se podía ingresar a Estados Unidos con el conocimiento de las autoridades.
No obstante, este cierre de la frontera, y de la aplicación que -casi dos meses después- cambió de nombre y de objetivo, a CBP Home, con la invitación a las personas indocumentadas a registrar y solicitar su salida del país, para evitar un proceso de deportación, no es lo que los migrantes en tránsito a Estados Unidos esperaba.
La búsqueda del famoso sueño americano para la comunidad hispana muestra banderas rojas. Algunas personas quisieran quedarse, pero las amenazas de redadas y deportaciones masivas, así como la presencia de agentes de ICE, despierta preocupación e inestabilidad.
Lo mismo sucede con los migrantes que se han acercado lo más que han podido, o que se encuentran en tránsito hacia las fronteras.
En Sonora, por ejemplo, el Comedor para migrantes San Luis Gonzaga, en el área rural norte de Hermosillo, recibe y atiende a personas que van de tránsito a la frontera, en este lugar hay, al menos, dos hombres que han detenido su paso en el inicio de 2025. Las políticas anti inmigrantes de Donald Trump los ha hecho reconsiderar o atrasar el paso para el que salieron de sus países.
El comedor está a alrededor de 172 millas de la frontera con Nogales, Sonora, tiene una capacidad máxima de atención de 200 personas, a quienes sirven una comida digna de tres o cuatro tiempos, pueden repetir y, en ocasiones, hay alimento suficiente para llevar, dijo su fundador, el padre Gilberto Lezama.
Christian Rodolfo Franco es originario de Guatemala, tiene 34 años y desde hace cuatro meses salió de su país y cruzó la frontera hacia el norte, hacia México. Su trayecto, dijo en entrevista para Conecta Arizona, “ha sido un poco complicado”.
En México se ha desplazado caminando y en tren, y ha corrido el riesgo -como muchos- de ser asaltado, despojado de las pocas pertenencias con que viajan; en su caso, dijo, solo ha recibido agresiones verbales: amenazas de que le van a robar. “Sí se sufre”.
Los motivos por los que Christian salió de su país tienen relación con la economía y la falta de fuentes de empleo, “es lamentable que el gobierno te diga que no hay fuentes de empleo y que, si hay, son pocas”.
Agregó que “uno, para estar bien, para ayudar a la familia, para tratar la manera de que la familia tenga algo mejor, toma la decisión de venirse para acá, para estos rumbos”.
Es de mañana y corre aire frío en el ejido La Victoria, cerca de Hermosillo. Christian realiza trabajo físico en el comedor para migrantes y personas en situación de calle, al igual que otras personas, mientras otras más, trabajan en la cocina para preparar la comida que servirán ese día: frijoles caldudos, ensalada de pollo y café.
En los días recientes, Christian ha reflexionado sobre la política anti inmigrante de Donald Trump, con la que, desde el 20 de enero se complicó el ingreso desde cualquier frontera para quienes no tienen una visa que dé acceso más fácil al vecino país.
“Lamentablemente, ahorita se nos está complicando la cosa a nosotros, en el sentido de que, si llegamos a la frontera, a veces no somos bien recibidos por las personas de ahí de la frontera, porque como ya se está dando eso, que ya el presidente de Estados Unidos está haciendo deportaciones masivas, inclusive está llegando a los trabajos de las personas, agarrarlos y deportarlos inmediatamente para acá, para México. Entonces ya con eso, ya nos queda claro que ya el sueño americano, como que ya no está existiendo”.
¿Cuáles son tus pensamientos más inmediatos sobre esto?
Pues, así como el señor que está tomando la decisión de deportar gente para acá, para México, lamentablemente se va a dar con aquello de que si sigue así lamentablemente -has de cuenta que- la economía en Estados Unidos va a decaer.
Aparte de que va a decaer la economía, también las fuentes de empleo se van a ir agrandando. Como él dice que no quieren inmigrantes en su país, entonces quiénes les va a hacer el trabajo a ellos. Porque yo te soy honesto (sé que muchos van a ver este video, lo van a ver en las noticias, redes sociales), pero si me hablan de que, si ellos trabajan, trabajan en oficinas, están acostumbrados a trabajar en oficinas; no están acostumbrados a trabajar bajo del sol, en las siembras, construcciones; ellos no están acostumbrados a ese tipo de trabajo, están acostumbrados a trabajar en la sombra y de ahí no van a pasar.
Esta no sería la primera ocasión que el hombre guatemalteco busca entrar a Estados Unidos. Ya estuvo. Vivió y trabajó en Los Ángeles, California; lugar que sería de nuevo su destino, si lograra entrar al país gobernado por segunda vez por Donald Trump. La primera vez, fue deportado. Casualmente durante el gobierno de Trump, el mandatario por el que no ha podido regresar.
Si Dios me da la licencia de llegar allá, a Estados Unidos, sería ir ya sea allá (a Los Ángeles, California de regreso), o irme para otro estado. No tengo familia en Estados Unidos, pero amigos sí tengo. Ellos fueron mi familia durante el tiempo que estuve allá.
Durante el tiempo que trabajó en Estados Unidos, lo hizo en la construcción; su jornada era de 7:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, y continuaba con otro trabajo lavando platos en la cocina de un restaurante.
Tras su deportación, Christian regresó a Guatemala, donde está su familia. Ahí trabajó hasta que sus opciones de empleo se fueron agotando, y decidió emprender el trayecto de nuevo a Estados Unidos.
La frontera por la que ingresó a Estados Unidos fue la de Yuna, Arizona. “Fue difícil porque me corretearon los migras, pero, gracias a Dios llegué a Los Ángeles”.
Lo que más le gustaba era que en California hay muchos latinos que entienden el idioma, y lo hablan, y también le gusta que la gente que habla inglés, hace el esfuerzo por comunicarse y entender el español.
¿Cuál es tu mensaje a las personas que están considerando salir de su país por el motivo que sea para buscar el sueño americano?
Ahorita, Estados Unidos ya no es el país que todos consideran, el del sueño americano, como todos le llamamos. Porque, muchos vamos sin documentos y empezamos a independizarnos, pero ya no es el país que todos creen. Más con este señor que acaba de entrar. Es lamentable, porque uno ya no confía en lo que diga él o en lo que digan otras personas dentro de su gabinete.
En lo personal, puedo decirte que me quedaré un rato acá, esperando para ver si el presidente toma una decisión de parar un poco esto. Y si vemos que no, pues para qué ir a Estados Unidos.
Ahora, que la gente que viene, que va y que no está bien informada de lo que está haciendo este señor, pues ahí sí que se van a ir a topar con pared. Porque, en las fronteras entre México y Estados Unidos ahorita, tanto migración del otro lado como la Guardia Nacional del otro lado, están topando a la gente, ya no están dejando ingresar. Prácticamente esto ya se acabó.
Entonces, yo lo que le puedo decir a la gente es que, si va buscando el sueño americano, pues que Dios los bendiga y que los guarde siempre. Y si cumplen sus sueños, pues esperemos que este señor no los vaya a deportar.
Mateo también busca llegar a Estados Unidos, está en Sonora
En la cocina del Comedor San Luis Gonzaga, participando en la preparación de los alimentos, Mateo espera un momento para -tal vez- llegar a Estados Unidos. Él es originario de Ecuador. La decisión de salir de su país la tomó en el año 2023.
Sus motivos, dijo, fueron personales y los problemas que hay en su país con la delincuencia y el crimen organizado son situaciones que orillan a sus paisanos a marcharse, a emigrar. Llegó a México hace nueve meses, ha tenido una buena acogida, Dios a puesto en su camino a las personas correctas para llegar hasta donde se encuentra, dijo durante la entrevista.
Mateo ha cruzado México, hasta llegar a Hermosillo, Sonora, por vía terrestre, desde autobuses y mototaxis hasta bicimotos; estas últimas cobran una cantidad por trasladarlo por algunos kilómetros. También ha recorrido kilómetros en autos particulares, por último, para llegar al desierto, lo hizo en tren.
Llegó a Sonora con dos compatriotas, ellos solicitaron asilo político en Estados Unidos, a través de la aplicación CBP One, y ya están allá. Sí lograron cruzar la frontera. Él hizo la solicitud de manera individual y se quedó esperando su cita, después de la juramentación de Donald Trump.
“En CBP-One las citas se dan de forma aleatoria, es como lotería. Entonces, hay algunos que pueden desplazarse después de dos semanas, una semana, un mes, dos meses. Es paulatino, no es como que existe un tiempo específico para que te salga la cita”, explicaba Mateo, antes de que surgiera CBP Home, para auto deportarse.
Comentó también: “De alguna forma, he intentado ingresar de forma legal, entre comillas, a Estados Unidos; pero, no se ha dado la oportunidad. Y, pues, aquí estamos dando la lucha”.
En nuestra entrevista, Mateo dijo que está “en stand by” con su decisión de continuar rumbo a Estados Unidos. No está seguro de seguir intentándolo; el motivo es por cómo se maneja la política en ambos países respecto al tema migratorio, “ya no sólo son problemas sociales de migración”, aseguró.
“En vista de todo lo que hemos observado a lo largo de estos días, se pone un poquito difícil esta decisión de continuar, o simplemente retirarse”.
Lo difícil del tema migratorio, dijo, no es desde que empiezas a desplazarte; comienza cuando tomas la decisión y el rumbo; la familia también sufre las consecuencias de esto, porque para ellos es difícil aceptar y asimilar que haga falta alguien en casa por falta de oportunidades, o porque va en busca de sus sueños.
Esa ha sido una de las barreras; yo pienso que empieza la lucha una vez que ya empiezas a salir de tu hogar. Pero, todo es cuestión de asimilación y de perspectiva de cómo tú lo tomas. Y a mí, a nivel personal o a título personal me he adaptado muy bien.
En México, expresó, la gente ha sido buena con él. En todo el país ha encontrado una mano amiga que ha apoyado de manera económica o con alimento. A él sí lo extorsionaron en el trayecto. Le quitaron los dos mil pesos que traía.
“Una señora nos vio y se le ablandó el corazón en ese momento. Nos dio dinero y nos invitó comida”, recordó Mateo.