
Claro que Alejandro López Caballero buscará ser candidato del PAN a la alcaldía de Hermosillo, pero antes tendría que pasar dos aduanas, a cual más de complicadas.
Primero, el proceso interno para la selección del candidato, donde tendría que sortear los avatares propios de una contienda de esa naturaleza donde se mueven diferentes grupos de poder en los partidos políticos, señaladamente en el PAN; luego, la elección constitucional donde enfrentaría a quien postule la coalición gobernante en el estado y la federación, que ciertamente es poderosa, pero ya ha perdido dos veces en Hermosillo.
En una charla casual con el ex alcalde de esta capital, expone que, como siempre lo ha hecho incluso antes de participar en política partidista, no ha dejado de visitar las colonias de la ciudad promoviendo el trabajo de la fundación que encabeza y que cobró notoriedad sobre todo por los apoyos brindados a diferentes ligas deportivas de niños y jóvenes.
No niega su amistad con Guillermo Padrés Elías, pero asegura que los ‘ismos’ son una expresión arcaica, en desuso: el hecho de que sea mi amigo no significa que yo soy padrecista, sostiene y afirma que la ‘carga negativa’ que eso podría acarrearle no concuerda con la realidad que se encuentra en las colonias, ni con lo que le dicen las encuestas que ha mandado hacer, donde ciertamente aparece ese indicador, pero con números bajos e comparación con otros ‘sonantes’ que quizá no tengan esa carga negativa, pero eso es porque la gente no los conoce.
Asegura que los partidos políticos de oposición, señaladamente el PRI y el PAN no pasan por sus mejores momentos en términos de aceptación ciudadana, pero en estos tiempos los candidatos o candidatas eventualmente pueden atraer más votos por sí mismos que por sus partidos, como sucede en el caso de Antonio Astiazarán.
Tampoco está obsesionado con la candidatura: “no ando buscando chamba”, dice, de manera que si no la consigue, descarta buscarla por otras siglas, pues es panista, lo seguirá siendo y no le parece correcto el ‘chapulineo’ tan usual en estos tiempos, que lleva a los políticos a cambiar de partido con suma facilidad.
No está en campaña, y los recorridos que hace por barrios y colonias son parte de una práctica que no ha dejado de hacer, dice, al tiempo que se deslinda de las ‘pintas’ que han aparecido en bardas de la ciudad con un anagrama en el que aparecen sus apellidos en un juego de palabras: “yo también quisiera saber quién las está haciendo”, suelta.
De ese y de otros muchos temas habló el ex alcalde, pero pidió mantenerlos ‘off the récord’, lo cual es verdaderamente lamentable porque fueron los que traían más grilla.
En fin, quién sabe qué vaya a pasar en los próximos meses, pero todo parece indicar que la contienda en el bloque opositor por la candidatura a la alcaldía de la capital se pondrá intensa.
La llegada de Kenia López Rabadán a la presidencia de la Cámara de Diputados allá en San Lázaro reposicionó a un sonorense al que mal harían en no seguirle la huella porque sin muchos aspavientos ha dado muestras de capacidad y oficio político.
Moisés Gómez Reyna, quien se venía desempeñando como jefe de asesores del coordinador de la bancada del PAN en el senado de la República, Ricardo Anaya, da el salto a la cámara de diputados donde asumió ya ese mismo cargo, pero de la mismísima presidenta del Congreso.
En el servicio público, en la iniciativa privada y en el ejercicio de la política, Gómez Reyna trae un currículum que muy pocos en el blanquiazul pueden presumir, pues comenzó muy joven, desde que cursaba la licenciatura en Economía en la UNAM, desempeñando diversos cargos en varias dependencias federales.
En Sonora se le conoce más por haber sido secretario de Economía en el gabinete de Guillermo Padrés -y de lo muy poco rescatable que tuvo este- durante la primera mitad del sexenio; en la segunda fue coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local, y su experiencia lo ha llevado a coordinar a los asesores de esa bancada tanto en el Senado como en San Lázaro.
Kenia López Rabadán tendrá un coordinador de asesores de primera línea, con muchas relaciones en las altas esferas de la política; un tipo que sabe acordar con todas las fuerzas representadas en el Congreso, lo que seguramente le será de gran ayuda a su nueva jefa, con quien por cierto ha cultivado una amistad de muchos años. Por cierto, el nativo de Bácum tampoco pierde el contacto con Sonora pues constantemente se le ve por acá, además de mantener presencia como colaborador en varios medios impresos y programas de radio.
II
El primer paso para avanzar en la solución de un problema, aseguran los que saben, es reconocer su existencia. Porque lo que no se nombra, se invisibiliza.
El problema de la violencia hacia las mujeres es real, complejo y más frecuente de lo que imaginamos; el gobierno está obligado a ofrecer políticas públicas de orientación, prevención y desde luego, atención a las víctimas.
Bajo esa premisa se inauguró ayer la primera Estancia Temporal para Víctimas en Situación de Violencia, un espacio para la protección de las familias que viven esos contextos y construir comunidades más empáticas y seguras.
El gobernador Alfonso Durazo inauguró ayer esta primera Estancia donde se recibirá a las mujeres que sean canalizadas a través de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, para ofrecerles asesoría jurídica, médica y sicológica; acompañamiento social y de emprendimiento para su reintegración a una vida libre de violencia.
En este nuevo espacio se invirtieron 21 millones de pesos; sus instalaciones cuentan con áreas comunes, de servicio y de atención, así como recámaras para atender a 21 familias de manera simultánea por parte de personal especializado en la materia. Tiene departamentos, estancia, sala de cómputo, consultorio de psicología, patio central y área de lavandería.
III
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