En medio de un paisaje árido y bajo el sol intenso del desierto, esta ciudad ha conquistado un título que muchos disputan, pero pocos logran sostener.
Adriana Ochoa / LUZ NOTICIAS
México es un país que presume una vasta riqueza gastronómica, y entre sus joyas del norte destaca un destino que ha elevado la carne asada a una auténtica forma de vida: Hermosillo, la capital de Sonora. Aquí te decimos por qué son los mejores.
En medio de un paisaje árido y bajo el sol intenso del desierto, esta ciudad ha conquistado un título que muchos disputan, pero pocos logran sostener: el de tener la mejor carne asada de México.
Técnica en el sabor:
No se trata solo de sabor o técnica. En Hermosillo, la carne asada es una experiencia social, un motivo de reunión y celebración. Cada fin de semana, los patios, banquetas y parques se llenan del inconfundible aroma de la parrilla encendida.
- Esta tradición, profundamente arraigada en la cultura local, alcanzó su máxima expresión en 2023, cuando más de dos mil parrilleros tomaron las calles para cocinar al mismo tiempo, marcando un récord mundial.
El evento convirtió a Hermosillo en la “capital de la carne asada” y dejó una imagen imborrable: una avenida principal repleta de asadores encendidos y familias enteras compartiendo entre risas, música y humo. No fue solo una hazaña culinaria, sino una afirmación de identidad.
La calidad de la carne sonorense tiene razones bien fundamentadas. El ganado criado en estas tierras se beneficia de un clima seco y una alimentación controlada que se traduce en cortes jugosos y sabrosos. En restaurantes, taquerías o modestos puestos callejeros, la carne asada de Hermosillo se sirve con maestría y orgullo.
Hermosillo:
Pero Hermosillo no está solo en esta tradición. Ciudades vecinas como Nogales y Caborca también ofrecen versiones únicas de este platillo. En Nogales, por ejemplo, la influencia de la cocina estadounidense ha dado lugar a fusiones interesantes, mientras que en Caborca, la cercanía al mar se refleja en combinaciones innovadoras con mariscos.
Más allá de la carne, visitar Hermosillo es adentrarse en una cultura que celebra la buena comida como parte de su esencia. Para quienes buscan algo más que playas o ruinas arqueológicas, el norte del país ofrece una sabrosa y humeante alternativa.