La Voluntad Anticipada es el derecho a elegir o rechazar tratamientos o procedimientos médicos en caso de tener un diagnóstico de una enfermedad en etapa avanzada y/o terminal
Marco Antonio Martínez / La Silla Rota
Doña Isabel Puente Barrón lo tiene bien claro: si se enferma y requiere ser intubada o estar conectada o sufre un accidente que la deja mal, no quiere sufrir ni que su hija la cuide y también sufra.
Por eso solicitó firmar ante notario público su Voluntad Anticipada, que es su derecho a elegir o rechazar tratamientos o procedimientos médicos en caso de tener un diagnóstico de una enfermedad en etapa avanzada y/o terminal.
De 77 años, voz gruesa, sonrisa amplia, con esa viveza de las personas apuradas porque siempre tienen cosas que hacer, doña Isabel afirma orgullosa que no tiene dolencias, aún maneja y ayuda a su única hija, Elisa, en un negocio 3 días a la semana.
Pero doña Isabel sabe que la vida puede cambiar de un día para otro y en caso de que llegue una enfermedad terminal o quede mal por otra cosa, no quiere que la intuben, que la piquen -inyecten- a cada rato y menos que la conecten a un aparato médico, y que su única hija se dedique a cuidarla. Por eso solicitó la Voluntad Anticipada.
“Yo lo que no quiero es estar sufriendo ni que sufra mi gente. Sobre todo mi hija, toda la noche ahí conmigo, o viendo quién se queda, no. Así toda la fiesta en paz. Ya hasta tengo mi caja, mi cajón y todo el rollo”, se explaya doña Isabel en sus previsiones.
Doña Isabel es una de las 14 mil 914 mujeres que desde 2008 han solicitado formar su voluntad anticipada, mientras que 9 mil 674 hechas por hombres han hecho lo propio.
Desde hace años quería hacerlo
Fue hace unos 17 años cuando doña Isabel, contadora de profesión y exmaestra en la vocacional 12 vio una novela donde una chica fue atropellada por un auto y tenía 50% de posibilidades de morir y otro tanto de vivir debido a los daños que le dejó el accidente. Sus padres enfrentaban un dilema de si debían dejarla conectada o desconectarla.
El asunto se resolvió cuando se descubrió que la chica dejó firmada su voluntad de manera anticipada, la cual era que en una situación así prefería ser desconectada.
Doña Isabel recuerda que cuando vio eso en la pantalla televisiva quiso firmar su Voluntad Anticipada. Sin embargo, en ese momento no había la posibilidad de hacerlo legalmente.
Pasaron los años y se enteró que a inicios de este 2025 una hermana suya y su cuñado firmaron su Voluntad Anticipada y apenas lo supo, decidió hacer lo propio.
Eso, sin que tuviera importancia que ella es la más sana de todos sus hermanos.
“Yo soy la mayor de 10 hermanos y soy la más sana porque nada más he tenido una lesión en la rodilla, mientras que las otras que la columna, que la dentista tiene mal el manguito rotatorio, la maestra dos veces se ha caído en la escuela y se ha lastimado el tobillo y la rodilla. Entonces yo las he visto como andan sus hijos para cuidarlas y yo no quiero eso”, describe una situación cada vez más presente entre el sector poblacional de los adultos mayores.

Aprovecha mes gratis para la firma de voluntad anticipada en la CDMX
La diferencia con su hermana y su cuñado es que doña Isabel aprovechó que en abril el gobierno de la Ciudad de México firmó un acuerdo con el Colegio de Notarios para hacer gratuito el trámite de Voluntad Anticipada para las personas mayores de 65 años.
Ella acudió a la notaría 194 de la Ciudad de México, donde el titular, Enrique Zapata González Pacheco la atendió. Revisó los documentos de doña Isabel, a quien le explicó qué es la voluntad anticipada, y cuando ella asintió que estaba de acuerdo, le dio los papeles para estampar su rúbrica.
Los documentos que debió llevar fueron una identificación oficial de la Ciudad de México, que doña Isabel tenía porque nació en la capital del país, contar con uno o dos representantes que validaran su voluntad y en su caso gestionar el pago a la notaría. En su caso fue gratuito pues aprovechó que lo hizo en abril.
Lo piden más mujeres
De acuerdo con el notario, el tema ha evolucionado a lo largo de los años, a partir de que la voluntad anticipada se legisló en 2008. Uno de sus impulsores fue el notario Eduardo García Villegas, esposo de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en retiro Olga Sánchez Cordero.
Al pasó de los años han ido cayendo resistencias y la gente se acerca más para solicitar el documento de Voluntad Anticipada.
Prueba de ello son algunas estadísticas recopiladas desde 2008. De entonces a la fecha se han suscrito 24 mil 588 voluntades anticipadas en la Ciudad de México, de las que 14 mil 914 han sido solicitadas por mujeres (61%) y 9 mil 674 hechas por hombres (39%). El notario explicó que el documento se puede hacer tanto vía notarial como con unos formatos en instituciones de salud.Raúl Estrella | LSR
Se explica a quién quiere firmar el documento que en caso de que caiga en una enfermedad terminal, cuando sea internado en un hospital, dispone que no le hagan un tratamiento de obstinación médica.
Lo que está regulado en México es que cuando uno cae en una enfermedad terminal, puede decir si quiere que le den tratamiento, lo mantengan con vida artificialmente, conectado o entubado. O si solamente no quiere eso sino que le den cuidados paliativos para no tener dolor, con algunos medicamentos y una serie de cuidados para que no sufra y no tenga dolor. También se le pregunta a quien firma la voluntad anticipada si quiere donar un órgano.
El notario consideró que se debe dar más publicidad para entender el procedimiento de evitar la obstinación médica y dar paso a la eutanasia pasiva o la abstinencia médica y los cuidados paliativos.
“Algo que nos mencionaban las doctoras de la Secretaría de Salud es que es muy importante también para ellos los cuidados paliativos. Mucha gente muere con dolor y el tema es que no mueran así, sino con los cuidados paliativos, con estratificación controlada y para ellos lo ideal es que la gente esté en casa más que en hospitales”.
Otro tema importante a tener en cuenta es el del cuidador porque es muy desgastante para él o ella cuidar a una persona que está enferma.
“Al final este documento les da una cierta tranquilidad de que no los van a mantener artificialmente con vida y que es lo que quieren. No me ha tocado a mí todavía una persona que diga, ‘yo sí quiero que me mantengan artificialmente”, concluyó el notario.