EU desclasificó documentos sobre el asesinato de JFK que dan cuenta de la implicación de México y la colaboración de altos funcionarios con la CIA, incluidos Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría
Redacción
Este martes el gobierno de Estados Unidos divulgó documentos no testados relacionados con el asesinato del expresidente John. F. Kennedy. Las más de 80 mil páginas desclasificadas dan cuenta de la investigación de agencias de inteligencia alrededor del caso. México fue de especial interés para los agentes norteamericanos, pues Lee Harvey Oswald, homicida de Kennedy, realizó un viaje al entonces Distrito Federal un par de meses antes de cometer el magnicidio.
Según consta en los documentos, entre el 26 y 28 de septiembre de 1963, Oswald visitó la embajada de la Unión Soviética en México para intentar conseguir una visa cubana que le permitiera viajar a Rusia. Sin éxito, regresó a su país a principios de octubre. Los pasos de Oswald pudieron rastrearse gracias a una consolidada red de inteligencia en México que empezó a tejerse incluso antes del crimen contra el presidente estadounidense.
La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) mantuvo una estrecha colaboración con funcionarios del gobierno mexicano, entre los que se encuentran los expresidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez.
- EL UNIVERSAL empezó la revisión de los documentos desclasificados el día de ayer y encontró que uno de los archivos, con fecha del 12 de julio de 1966, describe parte de la relación de estos políticos con agentes de la CIA.
“El presidente Díaz Ordaz está personalmente muy molesto por ciertas acciones recientes de algunos soviéticos en México. Creo, pero no lo sé, que algún soviético ha intentado ‘reclutar’ a una fuente cercana al presidente y que esto ha tenido consecuencias catastróficas” describe un miembro de la agencia, de nombre desconocido, en un memorándum.
Por aquel tiempo, México era un punto clave del espionaje internacional. César Valdéz, profesor e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica en entrevista que lo que sucedía dentro del gobierno mexicano era importante para Estados Unidos debido a que, al menos hasta la revolución cubana, México era el país ejemplo para Latinoamérica respecto a transformaciones y movimientos sociales.
“México también se dedicó a coquetear con otros países y para Estados Unidos significaba la última barrera ante el avance del socialismo en Latinoamérica”, destacó el historiador.
El agente de la CIA que escribe el memorándum asegura que acordó con Luis Echeverría, entonces secretario de gobernación, entregarle información sobre un ciudadano soviético cuyo nombre es ilegible por el deterioro del documento consultado. El funcionario mexicano, por su parte, se comprometió a brindarle información y fotografías de otros ciudadanos soviéticos en poder de las autoridades migratorias mexicanas.
En el libro “Nuestro hombre en México” de Jefferson Morley, el periodista del Washington Post describió la operación LITEMPO, que proporcionaba a la estación de la CIA en México información de los altos círculos políticos en México, así como “incursiones de alto y bajo nivel en las ramas de seguridad y formulación de políticas del gobierno mexicano”, según consta en los documentos consultados por esta casa editorial.
De acuerdo con Morley, Gustavo Díaz Ordaz se involucró en la operación desde que fungía como secretario de Gobernación de Adolfo López Mateos, por lo que cuando Ordaz se convirtió en presidente de México ya tenía un pie dentro de la CIA. Los
LITEMPO llegó a tener un presupuesto anual de 61 mil dólares, según uno de los archivos desclasificados el día de ayer. Para la operación, la agencia estadounidense contó con seis agentes mexicanos pagados y 26 agentes no pagados, todos con acceso al gobierno mexicano o empleados por él.
Otro de los documentos liberados el día de ayer, consultado por EL UNIVERSAL, da cuenta de la colaboración de Ordaz con la CIA desde 1962. “Hace algunas semanas, llegamos a la conclusión de que la única oportunidad de conseguir que México rompiera relaciones con Cuba sería con base en la intervención cubana en los asuntos internos de México. Con este objetivo en mente, el Departamento y CAS me autorizaron a entregar los materiales descritos en el IN 12549 al funcionario mexicano adecuado. Elegí a Gustavo Diaz Ordaz”, dice el registro de un integrante de la CIA.
Los materiales en cuestión se refieren a evidencia, en parte falsificada por la agencia estadounidense, que incriminaba al entonces embajador de Cuba en México, José Antonio Portuondo de intervenir en asuntos internos de México.
Entre estos materiales se encontraba una “grabación de una conversación entre un grupo de revolucionarios colombianos y el embajador, en la que los primeros dijeron que ya habían comenzado en la práctica una insurrección armada en Colombia. Dijeron que la revolución colombiana formaba parte de las revoluciones cubana y mexicana y pidieron la solidaridad y colaboración de todos los revolucionarios. Portuondo dijo que enviaría su informe a La Habana para que Cuba tuviera conocimiento de la situación”, según indica el documento.
El archivo indica que Díaz Ordaz discutió la “evidencia” con el presidente Adolfo López Mateos, quien expresó “sorpresa e interés”. Además, Ordaz preguntó si la CIA tendría alguna objeción si la información que le proporcionaron se hiciera pública en caso de que surgiera una “ocasión adecuada en el futuro”. Dijo que no se mencionaría al gobierno de Estados Unidos y que el gobierno mexicano presentaría la evidencia como si hubiera sido recogida por ellos.
En opinión del historiador César Valdéz, la decisión de altos funcionarios del gobierno mexicano de colaborar y proporcionar información sensible de seguridad nacional a Estados Unidos fue meramente un acto de interés personal.
“Buscaban la posibilidad de tener acceso a determinados beneficios políticos y consideraciones económicas, había intereses personales y particulares en el proceso de construcción de esa alianza política”, explica en entrevista.