Estimada presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo
Los productores y ciudadanos reconocidos en el Frente Nacional por el Rescate del Campo Mexicano (FNRCM), atendemos su llamado a la unidad y a la defensa de la soberanía nacional, ante la agresiva política arancelaria del gobierno de los Estados Unidos.
Las acciones unilaterales del gobierno de Donald Trump, están desmontando las estructuras normativas de un tratado comercial -el TLCAN -TMEC- que por más de tres décadas ha regido la relación comercial y económica de los Estados Unidos y México.
Los saldos de tal esquema no son favorables para los pueblos de ambas naciones, tampoco han incrementado las capacidades infraestructurales y productivas de sus economías. México, durante las décadas transitadas dentro de las coordenadas del tratado, no ha podido superar el mediocre crecimiento del 2 por ciento anual con su consecuente secuela de desempleo, expansión de la economía informal y descomposición social.
El campo mexicano y los productores nacionales son los que más han padecido en la dinámica que impone este tratado. Con el engañoso lema de que es más barato importar los granos que producirlos nacionalmente, se profundizó la dependencia alimentaria y se trastocó la vida social productiva del sector, expulsando a más de dos millones de productores pequeños y medianos de la actividad agrícola desde la imposición de su firma en 1993.
La élite ganadora a la sombra de tales políticas, se ubica en el sector agro-financiero y sus fondos de inversión, tenedores de la deuda pública de México, que guiados por la “maximización de la ganancia” procuran reducir costos con el aprovechamiento de la mano de obra barata y de las materias primas. Así como los grandes importadores de alimentos y otras mercancías que le hacen competencia desleal a los productores nacionales, bajo el lema usurero de comprar barato y vender caro. Nada nuevo bajo el sol del neo colonialismo.
Sostiene el optimismo popular que “no hay mal que por bien no venga”. No es mala noticia que muera el TLCAN-TMEC, si tenemos la inteligencia y el atrevimiento político para reposicionar aquellas política públicas que le dieron soberanía a la nación, antes de que fuera menguada con la firma del tratado y el conjunto de reformas inherentes a estos acuerdos.
Doctora Claudia Sheinbaum,
Es momento de empezar a revertir las reformas que debilitaron nuestra soberanía y nos obligaron a colocar todas las espectativas de crecimiento económico en el llamado “sector externo”. Hoy vemos que eso nos ha hecho extremadamente vulnerables.
México requiere recuperar su política monetaria y el Estado, amparado en las facultades que lo constituyen, debe imponerle al Banco de México la obligación que trascienda su responsabilidad por el control de la inflación y también se ocupe de una política de crédito interno que fomente el empleo y crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, así como de los proyectos estratégicos de infraestructura para la gestión de mayor disponibilidad de agua dulce y energía.
Habilitados con una política interna de crédito, se pueden vigorizar las capacidades presupuestales para romper con el círculo vicioso del ajuste fiscal que debilita al gasto y reduce consecuentemente la recaudación. Ya hemos tenido bastante de eso: entre más nos ajustamos más decrecemos.
También requerimos recuperar al campo mexicano. Tenemos cerca de cinco millones de hectáreas bajo riego, con potencialidad formidable para producir granos básicos como trigo, maíz y sorgo, además de otros productos alimenticios. Estas potencialidades hoy están desaprovechadas y castigadas, pues con el esquema comercial del TLCAN-TMEC, fueron arrojadas a la llamada “agricultura comercial” que determina los precios de la producción nacional en las bolsas especulativos de Chicago y otras, descapitalizado a los productores nacionales y profundizando la dependencia alimentaria.
Se hace necesario sacar nuestros granos básicos de esa dinámica especulativa e incorporar a las regiones graneleras del país a un proyecto con metas nacionales de producción, soportado en una política universal, no discrecional, de precios de garantía.
Tenemos la fuerza de un mercado nacional como estímulo para impulsar estas políticas soberanas. Somos una nación con 130 millones de mexicanos, con un mercado interno que mueve el 70 por ciento de la economía. Algo a lo que se le ha dado la espalda al poner todos los huevos de la canasta en el sector externo.
Emergen en el mundo, agrupamientos de naciones como el BRICS, que marchan a paso firme en la búsqueda de una nueva arquitectura financiera internacional, que comprenda, además de acuerdos comerciales, la realización de proyectos de infraestructura que incrementen las potencialidades productivas de las naciones. México debe de incursionar en el BRICS y usarlo como palanca para reformular su relación comercial y económica con norteamérica.
Señora presidenta, nos sentimos llamados a defender la soberanía, pero también a reconocer el terreno económico en el que la hemos perdido. La mejor forma de defenderla es instrumentando estas medidas que nos permitan recuperarla.
Jueves 6 de marzo del 2025
Frente Nacional por el Rescate del Campo Mexican
Por la Coordinación:
Sinaloa
Balta Valdez Armentía
Manuel Gumaro López Cuadras
Chihuahua
Eraclio Rodriguez Gómez
Sonora
Alberto Vizcarra Ozuna
Baja California
Horacio Gómez
Tamaulipas
Guillermo Aguilar
Zacatecas
Fernando Galván
Alberto Santiago Murillo
Sergio Hurtado
Guanajuato
Erasto Patiño
Armando Valencia
Jalisco
José Pavel Guerrero Velázquez