El activo digital se deja un 13% en los últimos siete días. Los aranceles de Trump agravan los recortes en el mercado cripto, con el índice de miedo y avaricia en máximos
Elisa Tasca
El bitcoin está en caída libre. Tras semanas de calma tensa, con la criptomoneda estancada en los 97.000 dólares, parece haber entrado en una senda bajista que no tiene freno. En los últimos siete días se deja un 13%, y en el mes un 20%. Este viernes llegó a dejarse un 7,2% y a colocarse por debajo de los 80.000 dólares, retrocediendo a niveles de noviembre del año pasado. No obstante, el sábado recuperó el tono y logró mitigar parte de estas pérdidas, tras seis jornadas consecutivas a la baja. El hackeo del exchange Bybit, el mayor de la historia de la industria, las tensiones geopolíticas y comerciales, así como las declaraciones de Donald Trump sobre los aranceles, que ha confirmado que impondrá nuevas tarifas del 25% a la Unión Europea y un nuevo gravamen para las importaciones chinas, han hecho que la tensión explotara en los mercados de activos de riesgo.
A principios de esta semana, los analistas ya advertían de que, tras caer de los 90.000 dólares, el siguiente soporte importante de la criptomoneda se colocaba en los 72.000. Los expertos apuntan que las últimas declaraciones de Trump no han hecho más que empeorar la situación para bitcoin, un activo que en los últimos tiempos ha subido al calor de las menciones y los apoyos del republicano, que ahora se ha convertido en un arma de doble filo. Desde sus máximos del pasado 20 de enero, el día de su toma de posesión, en el que llegó a tocar los 109.000 dólares, la criptomoneda pionera se desploma un 22% y se ha arriesgado a esfumar las ganancias acumuladas tras la victoria del magnate. Para Bank of America, el hecho de que el precio medio del bitcoin desde las elecciones de EE UU se estancara en los 97.600 dólares sin poder mantenerse por encima fue la primera señal de que la “burbuja especulativa estaba estallando”.
La caída del bitcoin en medio de un agravamiento de las tensiones comerciales resalta como un indicador de que los inversores se están apresurando a refugiarse en activos seguros, poniendo en duda su función de reserva de valor, al menos en el corto plazo: por su naturaleza, la criptomoneda es un activo risk-on, que tiende a sufrir significativamente cuando aumenta la aversión al riesgo. Además, sin nuevos impulsos a la vista que podrían empujarlo y ante tantas incógnitas, muchos inversores optan por recoger beneficios, tras dos años en los que bitcoin ha subido hasta un 460%. De hecho, si bien los acontecimientos de las últimas semanas han provocado caídas generalizadas en los mercados, el de las criptomonedas está siendo el más afectado.
Javier Pastor, director de Formación de Bit2Me, señala que estos recortes se han producido sin un desplome profundo del Nasdaq o del S&P 500, con los que ha mostrado siempre cierta correlación. Por ello considera que el mercado se encuentra en una tendencia bajista, acentuada por el escaso volumen de negociación, donde la oferta de venta ha sido más fuerte que la demanda, y las liquidaciones en productos derivados como futuros y opciones, que amplifican la velocidad del desplome. El sentimiento negativo ha afectado también a los ETF de bitcoin, con los inversores retirando más de 1.000 millones el pasado martes, la mayor salida de capital en un solo día desde su lanzamiento el año pasado. En la semana, los fondos de criptomonedas han registrado salidas récord de 2.600 millones de dólares, según datos de Bank of America.
Pero la coyuntura internacional ha afectado el mercado cripto en su conjunto. Ethereum, la segunda criptomoneda más importante, ha caído un 20% en los últimos siete días y retrocede a niveles de diciembre de 2023, afectada no solo por las ventas de los inversores sino también por el hackeo del exchange Bybit, que ha puesto en entredicho la seguridad de su red. Lazarus Group, los ciberdelincuentes norcoreanos detrás del ataque, lograron sustraer el pasado 21 de febrero más de 1.500 millones de dólares de la plataforma. Este acontecimiento pasó a la historia como el incidente más grave de la industria.
Solana, en cambio, se deja un 19% en la última semana, ante la desconfianza de los inversores: el lanzamiento de varias memecoins, como $TRUMP, $MELANIA y $Libra, el activo promocionado por Javier Milei y que se reveló una estafa, han elevado la especulación en el espacio y provocado ingentes pérdidas entre los inversores. Su asociación con proyectos de alto riesgo ha contribuido a generar preocupaciones sobre su reputación.
La capitalización total del mercado cripto retrocede cerca del 24% desde sus máximos de mediados de diciembre, cuando alcanzó los 3,7 billones de dólares: ahora se sitúa en los 2,8 billones, niveles del pasado noviembre. El índice de miedo y avaricia de CoinStas, que evalúa el estado de ánimo dominante en el mercado, coloca al mercado en un nivel de miedo extremo. “La última vez que vimos un sentimiento como este fue en 2022″, comenta Caroline Bowler, directora ejecutiva del exchange australiano BTC Markets, refiriéndose al cripto invierno, en declaraciones a Bloomberg. En ese momento, los precios de las criptomonedas se desplomaron ante el aumento de los tipos de interés y los escándalos que enfrentó la industria, como el colapso de FTX.
Por su parte, Pastor detalla que en los ciclos anteriores, en el periodo alcista que coincide con el año posterior al halving de bitcoin, su precio suele subir mucho, pero también suele enfrentarse a correcciones de entre el 25% y el 40%. “Las carteras que están vendiendo son especialmente de minoristas. En cada ciclo alcista, nuevos inversores entran en el mercado, compran por FOMO (fear of missing out, miedo a quedarse fuera) y, ante la primera caída, venden con pérdidas. Mientras tanto, los más experimentados entienden la volatilidad, mantienen su convicción y se benefician en el largo plazo. ¿Esto anula el bull market? No. Y no ha pasado nada sistemático que nos haga pensar en que estamos en un criptoinvierno”, asevera.
Román González, co-gestor del fondo Criptomonedas FIL de A&G Global Investors, coincide con esta lectura y avisa de que caídas del 20% pueden parecer significativas desde la óptica de otros mercados, pero en criptomonedas son movimientos relativamente normales incluso dentro de ciclos alcistas. “En 2017, por ejemplo, bitcoin sufrió múltiples correcciones de más del 30% antes de seguir marcando nuevos máximos”, recuerda.
Manuel Pinto, analista de mercados, tampoco cree que el mercado se esté asomando a una fase de corrección: “Las medidas actuales del presidente estadounidense, al igual que el departamento de eficiencia gubernamental, están generando dudas sobre el crecimiento económico, pero también ofrecerán a futuro un menor nivel de los tipos de interés, lo cual podría beneficiar a las criptomonedas. Si a esto le sumamos un entorno más favorable con apoyos del gobierno o más detalles sobre la reserva estratégica de bitcoin, creemos que en los próximos meses podría volver a superar sus máximos históricos”, concluye.