En el libro ‘Luis Miguel: Por Debajo de la Mesa’ se explora la cercanía del cantante con los mandatarios priístas, motivada tanto por razones personales como políticas
Sara González
En 1991, un secreto amenazaba la reputación de Luis Miguel como uno de los artistas mexicanos más queridos e importantes a nivel mundial. Ese año, a su equipo de trabajo se le advirtió de que la versión de su nacimiento en Veracruz había sido una mentira de su padre, Luisito Rey, para impulsar su carrera, por lo que era cuestión de tiempo que los tabloides dieran a conocer que el cantante en realidad había nacido en Puerto Rico. La posible crisis que pudo provocar esta revelación fue zanjada cuando el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari se adelantó a la controversia y le otorgó la nacionalidad mexicana a El Sol en un acto público que pasó a la historia porque consolidó la identidad de uno de los grandes ídolos musicales de la nación, pero también porque era poco común que a los recién naturalizados les entregaran sus documentos en una ceremonia ante la prensa, presidida por el líder del Ejecutivo.
Este fue solo uno de los múltiples encuentros que Luis Miguel y el mandatario sostuvieron durante su sexenio, pero no fue el único vínculo del cantante con el poder político en México. El autor y periodista Alberto Tavira analiza en su libro Luis Miguel: Por Debajo de la Mesa (Grijalbo, 2024) cómo fueron las diferentes relaciones del intérprete con las dinastías políticas de México, así como los beneficios que obtuvieron ambas partes con esta alianza. “El poder político se dejó seducir por Luis Miguel y, un poco como la mafia, le fue dando cosas a cambio de favores para estar cerca de él. Es como funciona la clase política de México y el mundo. Yo lo que digo es que él supo aprovechar ese camino que ya le había dado su padre, lo supo capitalizar y lo sigue haciendo”, explica Tavira.
Como parte de su investigación periodística, el escritor entrevistó a figuras como Paulina López Portillo, Enrique de la Madrid, Pedro Torres, Martha Figueroa, Claudia de Icaza y Gerardo Estrada. Este primer ejercicio se publicó en 2023 como un podcast titulado Luis Miguel: Culpable o No, aunque la idea original de Tavira siempre fue que la información eventualmente fuera plasmada en un libro. Desde su debut en la administración de José López Portillo hasta los desaires de Micky a la derecha panista, y el declive definitivo del PRI con Enrique Peña Nieto, el libro presenta un análisis cronológico de la relación de Luis Miguel con el poder a lo largo de sus 40 años de carrera.
Pregunta. ¿Cuál era su percepción de Luis Miguel antes de comenzar con la investigación, qué acercamientos tuvo con su música, sus videos y el fenómeno que es en México?
Respuesta. Desde luego que cuando era niño escuché la música de Luis Miguel, ese fue mi primer acercamiento. En mi adolescencia fue cuando comencé a verlo en la televisión en Siempre en Domingo, más adelante ya cantaba y disfrutaba su música, pero nunca he sido absolutamente fan de Luis Miguel, tengo que reconocerlo, o sea, soy un fan promedio, así me autodefino. Entendí el fenómeno de Luis Miguel cuando entré a trabajar a la revista Quién, eso fue en el año 2004 y, entonces, a través de las editoras de la publicación comprendí lo que significaba el ídolo llamado Luis Miguel en términos de mercadotecnia, en términos de impacto internacional, en términos de interés para el público masivo, en términos de lo que costaba una foto de Luis Miguel. Hasta entonces dimensioné la marca y el personaje.
P. Sus libros anteriores se han enfocado en la política mexicana y sus dinastías familiares, ¿qué fue lo que le motivó a investigar la relación entre Luis Miguel y estas personalidades?
R. En el año 2013, cuando estaba haciendo la investigación de mi libro sobre los Salinas, encontré un recorte de revista de Cecilia Salinas Occelli, la hija del presidente, diciendo que Luis Miguel había cantado en su fiesta de quince años. No era el ángulo de mi libro, no era el personaje, y yo siempre estoy a contracorriente con los cierres, entonces no había mucho tiempo de explorar. Lo consigné apenas en una página y esa página se quedó en mi libro, esa fue como una primera idea y de ahí en adelante seguí acumulando información, datos de rompecabezas y fotografías para poder responder la pregunta ¿qué hacía Luis Miguel con los Salinas de Gortari?
En la serie de Netflix se abordaron algunas familias presidenciales como los López Portillo y los De la Madrid y supuse que obviamente el tema de Salinas de Gortari iba a estar inmerso en la bioserie autorizada por Luis Miguel, dado que con Salinas había vivido cosas muy importantes. Luis Miguel había asistido a su toma de protesta, había cantado en los famosos quince años de la hija, había adquirido la nacionalidad mexicana y, básicamente, a partir de los silencios sobre esa dinastía dentro de la serie fue que dije, “me tengo que adentrar en esto”. Lo que descubrí, además de que no se hablaba tanto de los Salinas de Gortari, es que había información a cuentagotas, muy distinta, y en algunos datos incluso imprecisa sobre Luis Miguel y su relación con la política.
P. ¿Cuáles fueron los retos de intentar desentrañar una faceta tan poco conocida de la vida de Luis Miguel?
R. Yo creo que lo más difícil de la historia de Luis Miguel es la cantidad de información falsa que hay, entonces era muy fácil caer en la trampa o desorientarse. Sobre todo porque la información que existe, incluso la oficial autorizada por Luis Miguel, también tiene datos que no necesariamente son precisos. Posteriormente, pues hay gente que no quiere hablar de Luis Miguel. Jorge el Burro Van Rankin en esta ocasión no accedió, aunque sí ha dado varias entrevistas hablando del vínculo de Luis Miguel y la familia de los De la Madrid y de los Salinas, ya que El Burro fue novio de Cecilia Salinas Occelli.
Desde luego, cómo contar la historia también fue un reto, porque lo que yo cuidé mucho en el libro es que no fueran datos superficiales o no fuera información que se confundiera solo con el chismecito, sino que se tradujera en una investigación periodística seria, que nos fuera dando elementos y referencias para poder entender la figura de un ídolo como Luis Miguel en distintos contextos políticos.
P. Luis Miguel debutó en la boda de Paulina López Portillo cuando era un niño ¿Cómo cree que le impactaron estas conexiones con el poder a una edad tan temprana?
R. Afortunadamente tuve la oportunidad de entrevistar a Paulina López Portillo, creo que es una de las joyas de mi libro, y lo que me dice es que con su inocencia y con su valentía —porque sí estaba envalentonado Luis Miguel— llega a la residencia más importante del país (Los Pinos) a dar lo mejor de sí, y tan fue así que la conquistó en términos de canto con su voz, con su carisma, con su imagen y ella decide que cante para su boda, un acto muy atrevido de su parte. Incluso el coronel que formaba parte de su escolta medio lo cuestionaba, “¿cómo se le va a apostar a un niño que nadie lo conoce para la boda de la hija del presidente en turno?”. Yo no creo que Luis Miguel de inicio haya entendido muy bien lo que significaba el poder político. Sin embargo, a partir de ahí lo aprendió y ya con las entradas y salidas a la residencia oficial de Los Pinos con los De la Madrid, se volvió casi su casa.
P. En la era de Salinas de Gortari la relación entre Luis Miguel y el presidente estuvo marcada por actos públicos como los que ya mencionaba. ¿Qué opina de la cercanía entre ambas figuras?
R. Ahí se cruza la parte personal con la política. Luis Miguel acababa de cumplir 18 años de edad cuando llega a la toma de protesta de Carlos Salinas de Gortari, se estaba emancipando de su padre y había heredado de él una deuda fiscal, por lo que alguien le tuvo que haber asesorado que tenía que estar cerca del presidente de México para negociar. Es el primer momento, quizás el único, donde vemos a Luis Miguel cerrando filas en territorio político y presidencial.
A mí me parece fantástico por lo que significaba la figura de Salinas en ese momento, había llegado al poder con unas elecciones muy cuestionables, la famosa caída del sistema de 1988, tenía una credibilidad muy vulnerable. Los vínculos de Luis Miguel con el salinismo fueron constantes, e importantes.
P. En el libro se menciona un guiño a la izquierda, pero el sexenio de López Obrador prácticamente pasó desapercibido para Luis Miguel. ¿Qué cree que cambió?
R. Luis Miguel lleva muchos años viviendo fuera de México. Desde el sexenio de Calderón, por la violencia del narcotráfico, dejó su casa de Acapulco y se fue a Estados Unidos, allá afincó su residencia y viene a trabajar. Yo lo que opino es que ya está tan distanciado que ya no necesita esos vínculos políticos para poder obtener cosas en México.
La izquierda, y en particular a esta izquierda mexicana, no veo ni siquiera que les simpatice y tampoco, mucho menos, que a Luis Miguel le interese hacer algo con ellos o participar en algún evento de ellos. Habrá que ver en el nuevo sexenio, en la política nada se sabe, pero no visualizo a un Luis Miguel cercano a la 4T. Es la antítesis, él es el glamour, el lujo, la ostentación, los yates, los aviones, las marcas, el vino y estos gobiernos no son así.