Durante los últimos 35 años, las ardillas han visitado con frecuencia la Taquería El Chino en Nogales, donde los comensales les compran tacos y tortillas para ayudarlas a sobrevivir
Por SERGIO GARCÍA / LA SILLA ROTA
Nogales, Son.- Si hay algún animalito simpático en la naturaleza, esa es la ardilla, la cual divierte a niños y adultos desde la más lejana infancia en caricaturas, canciones y hasta en la vida real.
Este es el caso de Nogales y muchas ciudades de la región que ven a estos animales como algo divertido, tal es el caso de la Taquería El Chino, a unos 300 metros de la Garita Mariposa, donde usted puede venir a comer y disfrutar de esta inusual compañía.
Desde hace 35 años las ardillas se alimentan en esta taquería, y Marco Antonio Rodríguez González tiene 10 años conviviendo con clientes y animalitos.
“Los clientes les compran tacos, tortillas, y todo se comen… desde hace muchos años la gente pasa para convivir con ellas”, comentó.
Por fuera del restaurante se ven las crías de ardilla, corriendo de un lado al otro… mientras la vida pasa. El mesero de la taquería explicó que las ardillas son a veces muy necias y si no les haces caso se te suben a la mesa para exigir su comida.
La fondita se encuentra a orilla de la carretera y justo detrás de un fraccionamiento, en la ladera de un cerro donde las ardillas hacen sus cuevas.
Ahí se observan pequeñas crías corriendo de un lado a otro, comiendo tortillas, carne y tacos de cabeza, chicharrón y todo lo que les dejan los clientes de la taquería.
La carretera es el paso obligado para Estados Unidos por lo que es común que lleguen gente foránea a comer y se sorprendan de estas ardillas.
Símbolo de Nogales
La ardilla y la bellota son símbolos de Nogales, ya que la bellota se encuentra en el escudo oficial de la ciudad. En esta frontera había gran cantidad de árboles de encinos y bellotas, pero poco a poco la mayoría han sido deforestados sin control alguno de las autoridades, destruyendo a la vez el hábitat natural de las ardillas.
Los animalitos han sobrevivido al crecimiento urbano, pero muchas ardillas se observaban muertas en las calles, ya que se tenían que refugiar en las casas, donde causan muchos destrozos, ya que tienen la necesidad constante de estar mordiendo con sus dientes.
Las ardillas destruyen techos y paredes de madera, muy comunes en Nogales, además se comen el plástico de los cables eléctricos de las residencias y los vehículos, convirtiendo la convivencia ardilla-humana en una situación muy difícil.
No hay un número contabilizado de estos animales, pero poco a poco han desaparecido del paisaje urbano de la frontera.