El patriotismo ingenuo
Feliciano J. Espriella/
Dia de publicación: 2023-05-24
El sociólogo y médico italo-argentino José Ingenieros, escribió en 1913 un libro al que tituló “El hombre mediocre”. En su obra, el autor señala que el hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar.
En su libro, Ingenieros define el ‘patriotismo ingenuo’ de la siguiente manera.
“El patriotismo ingenuo se limita al horizonte geográfico. Nadie ama espontáneamente regiones y hombres cuya existencia ignora. La vista y el oído marcan el confín de la experiencia primitiva; todo lo que está más allá es ajeno, fabuloso, mítico”.
Traigo a colación lo anterior como una manera de contextualizar el tema de esta entrega. El pasado 10 de mayo (el mero día de las madres) abordé en esta columna un tema relacionado con el turismo, la titulé: “Turismo social… pero en Sinaloa”, en cuyo contenido me referí someramente a lo que están haciendo en varias regiones del país para apuntalar su industria turística.
A raíz de esa entrega, he tenido diversas reacciones adversas en las que casi se me califica como anti sonorense, porque según mis críticos, he menospreciado en mis textos el hecho de que Sonora tiene bellezas naturales y atractivos como pocas entidades del país y que el gobierno del estado tiene al turismo entre sus prioridades.
Ambos señalamientos son falsos:
1) Estoy plenamente consciente de los atractivos naturales que tiene Sonora para ofrecer a sus visitantes.
En múltiples ocasiones en los últimos 30 años he publicado y destacado las ventajas competitivas que tenemos al contar con bellísimas playas, ecosistemas en nuestros desiertos y montañas con cuantiosas especies vegetales y animales que constituyen un reservorio biológico de enorme importancia y gran atractivo, encantadoras poblaciones rurales tanto en la sierra como en nuestros valles habitadas por gente de lo más cordial y afable, que tenemos poblaciones con un enorme legado cultural y muchísima historia, y atractivas poblaciones coloniales.
Tenemos lugares únicos como el Pinacate y nuestra colonial Álamos, que si estuvieran en otras regiones o en otros países se hubieran desarrollado y promovido ampliamente y estarían atrayendo millones de viajeros de todo el planeta cada año
2) En la actual administración estatal no se ha hecho casi nada en los 20 meses de gobierno, tampoco se está haciendo algo en la actualidad y al parecer no se hará nada destacable para impulsar el turismo en Sonora en lo que resta del sexenio.
El gobernador Alfonso Durazo, casi al inicio de su mandato lanzó una balandronada del tamaño del mundo. Dijo públicamente en un evento que durante su sexenio la participación del turismo en el Producto Interno Bruto (PIB) de Sonora se elevaría del 7 por ciento en ese tiempo, al 20 por ciento al final de su mandato. Lo ha repetido en algunas ocasiones posteriores.
Sin embargo, me parece que el turismo es un tema del que el gobernador es totalmente profano y se ha dejado llevar por colaboradores o colaboradoras tan o más ajenas al turismo que él. De otra manera no me explico las disparatadas declaraciones que ha hecho en multitud de ocasiones. Me referiré sólo a dos de ellas:
1)Durante el Tianguis Turístico realizado en la CDMX, además de refrendar su utopía de elevar del 7 al 20 por ciento la participación en el PIB estatal, dio a conocer la realización de un convenio con “Cross Border Xpress” (CBX), como si fuera un gran logro, cuando por el CBX sólo circulan personas que ya tienen un destino no sólo definido, sino documentado.
A ver ¿En qué podría consistir el convenio? Tal vez poner un módulo en el trayecto con volantes de “Visita Sonora” a viajeros que ya tienen su ticket de abordar a donde decidieron ir.
2)El pasado 11 de abril, en su conferencia de prensa semanal, el gobernador anunció que en la recientemente pasada Semana Santa “Llegaron a Sonora un millón 600 mil turistas que dejaron una derrama económica de 200 millones de pesos”.
Por ahí un colega, creo que Rafa Cano, en su columna se refirió ampliamente a estas disparatadas declaraciones, en la que analizó el número de habitaciones disponibles en el estado frente a esa multitud de visitantes, a la que agrego yo, ni poniendo carpas en todos los estadios y campos deportivos de las ciudades, hubiera sido posible darles alojamiento, y si tan sólo dejaron pinchurrientos 200 millones de pesos, quiere decir que cada uno gastó sólo 125 pesos.
Con razón estamos como estamos, diría yo, pues si comparamos las cifras con lo que sucedió en Guerrero en esas mismas fechas, veremos que sólo visitaron ese estado 630 mil turistas (un millón menos que a nosotros), pero dejaron una derrama de 4 mil 636 millones de pesos. O sea 7 mil 358 pesos y 73 centavos por visitante.
Me parece que quien ocupaba la secretaría de Turismo en aquellas fechas y posteriormente defenestrada, creía que eran turistas todas las personas que cruzaban por Estación Don, el Río Colorado, Janos o las aduanas de nuestras fronteras. Craso error.
En las siguientes entregas (no sé cuántas), por la importancia que tiene y el gran desconocimiento de nuestra triste realidad sobre el turismo, continuaré con el tema. Por hoy ya excedí el espacio.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
Twitter: @fjespriellaCorreo: [email protected]
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El sociólogo y médico italo-argentino José Ingenieros, escribió en 1913 un libro al que tituló “El hombre mediocre”. En su obra, el autor señala que el hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar.
En su libro, Ingenieros define el ‘patriotismo ingenuo’ de la siguiente manera.
“El patriotismo ingenuo se limita al horizonte geográfico. Nadie ama espontáneamente regiones y hombres cuya existencia ignora. La vista y el oído marcan el confín de la experiencia primitiva; todo lo que está más allá es ajeno, fabuloso, mítico”.
Traigo a colación lo anterior como una manera de contextualizar el tema de esta entrega. El pasado 10 de mayo (el mero día de las madres) abordé en esta columna un tema relacionado con el turismo, la titulé: “Turismo social… pero en Sinaloa”, en cuyo contenido me referí someramente a lo que están haciendo en varias regiones del país para apuntalar su industria turística.
A raíz de esa entrega, he tenido diversas reacciones adversas en las que casi se me califica como anti sonorense, porque según mis críticos, he menospreciado en mis textos el hecho de que Sonora tiene bellezas naturales y atractivos como pocas entidades del país y que el gobierno del estado tiene al turismo entre sus prioridades.
Ambos señalamientos son falsos:
1) Estoy plenamente consciente de los atractivos naturales que tiene Sonora para ofrecer a sus visitantes.
En múltiples ocasiones en los últimos 30 años he publicado y destacado las ventajas competitivas que tenemos al contar con bellísimas playas, ecosistemas en nuestros desiertos y montañas con cuantiosas especies vegetales y animales que constituyen un reservorio biológico de enorme importancia y gran atractivo, encantadoras poblaciones rurales tanto en la sierra como en nuestros valles habitadas por gente de lo más cordial y afable, que tenemos poblaciones con un enorme legado cultural y muchísima historia, y atractivas poblaciones coloniales.
Tenemos lugares únicos como el Pinacate y nuestra colonial Álamos, que si estuvieran en otras regiones o en otros países se hubieran desarrollado y promovido ampliamente y estarían atrayendo millones de viajeros de todo el planeta cada año
2) En la actual administración estatal no se ha hecho casi nada en los 20 meses de gobierno, tampoco se está haciendo algo en la actualidad y al parecer no se hará nada destacable para impulsar el turismo en Sonora en lo que resta del sexenio.
El gobernador Alfonso Durazo, casi al inicio de su mandato lanzó una balandronada del tamaño del mundo. Dijo públicamente en un evento que durante su sexenio la participación del turismo en el Producto Interno Bruto (PIB) de Sonora se elevaría del 7 por ciento en ese tiempo, al 20 por ciento al final de su mandato. Lo ha repetido en algunas ocasiones posteriores.
Sin embargo, me parece que el turismo es un tema del que el gobernador es totalmente profano y se ha dejado llevar por colaboradores o colaboradoras tan o más ajenas al turismo que él. De otra manera no me explico las disparatadas declaraciones que ha hecho en multitud de ocasiones. Me referiré sólo a dos de ellas:
1)Durante el Tianguis Turístico realizado en la CDMX, además de refrendar su utopía de elevar del 7 al 20 por ciento la participación en el PIB estatal, dio a conocer la realización de un convenio con “Cross Border Xpress” (CBX), como si fuera un gran logro, cuando por el CBX sólo circulan personas que ya tienen un destino no sólo definido, sino documentado.
A ver ¿En qué podría consistir el convenio? Tal vez poner un módulo en el trayecto con volantes de “Visita Sonora” a viajeros que ya tienen su ticket de abordar a donde decidieron ir.
2)El pasado 11 de abril, en su conferencia de prensa semanal, el gobernador anunció que en la recientemente pasada Semana Santa “Llegaron a Sonora un millón 600 mil turistas que dejaron una derrama económica de 200 millones de pesos”.
Por ahí un colega, creo que Rafa Cano, en su columna se refirió ampliamente a estas disparatadas declaraciones, en la que analizó el número de habitaciones disponibles en el estado frente a esa multitud de visitantes, a la que agrego yo, ni poniendo carpas en todos los estadios y campos deportivos de las ciudades, hubiera sido posible darles alojamiento, y si tan sólo dejaron pinchurrientos 200 millones de pesos, quiere decir que cada uno gastó sólo 125 pesos.
Con razón estamos como estamos, diría yo, pues si comparamos las cifras con lo que sucedió en Guerrero en esas mismas fechas, veremos que sólo visitaron ese estado 630 mil turistas (un millón menos que a nosotros), pero dejaron una derrama de 4 mil 636 millones de pesos. O sea 7 mil 358 pesos y 73 centavos por visitante.
Me parece que quien ocupaba la secretaría de Turismo en aquellas fechas y posteriormente defenestrada, creía que eran turistas todas las personas que cruzaban por Estación Don, el Río Colorado, Janos o las aduanas de nuestras fronteras. Craso error.
En las siguientes entregas (no sé cuántas), por la importancia que tiene y el gran desconocimiento de nuestra triste realidad sobre el turismo, continuaré con el tema. Por hoy ya excedí el espacio.
Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.
Twitter: @fjespriella
Correo: [email protected]
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