Redacción
El analista sugiere que la presidenta Claudia Sheinbaum debe transitar hacia una gestión más diplomática e institucional para mitigar la polarización con la prensa y la oposición. La falta de diálogo con las fuerzas políticas y el aislamiento institucional plantean riesgos para la estabilidad.
En el arranque de su administración, dice Aragón Salcido, la gestión de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo enfrenta el desafío de superar la dicotomía ideológica de “izquierda contra derecha” para adoptar un enfoque basado en la institucionalidad, la diplomacia y el fortalecimiento democrático.
“De acuerdo con diversos análisis sobre el clima político actual, la moderación del enfrentamiento con la prensa crítica y la apertura hacia la oposición son ejes fundamentales para garantizar la gobernabilidad a largo plazo”, asegura..
El reto de la relación con los medios
Para el abogado tras siete años de la denominada “Cuarta Transformación”, la relación entre el Ejecutivo y los medios de comunicación se mantiene en un punto de tensión. Si bien la Presidencia ha optado por fortalecer su narrativa a través de la “Mañanera del Pueblo” y plataformas digitales para evitar intermediarios, la persistencia de la confrontación verbal preocupa al sector.
Señala que, aunque es legítimo que el Gobierno ejerza su derecho de réplica, la estrategia recurrente de señalar a medios nacionales por sus posturas ideológicas o intereses económicos profundiza la violencia verbal.
“En una democracia, la crítica es inevitable y el respeto a la libertad de expresión debe ser el puente para una comunicación efectiva, más allá de la confrontación en redes sociales. Aislamiento político y diálogo selectivo”, dice.
De acuerdo con Aragón Salcido uno de los puntos más críticos señalados en la actual coyuntura es la aparente reticencia de la mandataria a establecer mesas de trabajo públicas con los líderes de los partidos de oposición (PAN, PRI, MC), una práctica que ha sido heredada de su antecesor. No obstante, llama la atención que este hermetismo se extienda incluso a las dirigencias de su propio partido, Morena, y sus aliados del PT y el PVEM.
Esta postura contrasta con la apertura mostrada hacia otros sectores:
- Sector empresarial: Recepciones frecuentes y diálogo fluido en Palacio Nacional.
- Diplomacia: Relación estrecha y constante con la Embajada de Estados Unidos.
El riesgo de este “aislamiento político”, abunda, es la desvinculación con los actores clave que conforman el sistema democrático, lo que podría derivar en una marginación de la clase política organizada.
El espejo latinoamericano
Y remata: la historia reciente de América Latina sirve como advertencia sobre la volatilidad del poder. Casos en países como Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina demuestran que ningún partido tiene el futuro asegurado. El historial de exmandatarios en la región que han terminado en el exilio o bajo procesos judiciales subraya la importancia de una gestión republicana que respete los contrapesos.
Para terminar señala que la situación en el Congreso de la Unión refleja esta falta de consensos. La mayoría legislativa de Morena ha permitido el avance vertical de iniciativas presidenciales, lo que ha empujado a la oposición a abandonar el debate parlamentario para buscar el contraste exclusivamente en el terreno mediático.











