… sin embargo, las organizaciones delictivas trasnacionales continúan cruzando a los migrantes
Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez
Tucson, Arizona.- Bajo el lema “la frontera está cerrada”, el Gobierno de Estados Unidos combate el tráfico de personas y drogas con el uso de modernas tecnologías, en una constante lucha contra los cárteles mexicanos que prometen a los migrantes cruces “fáciles, rápidos y seguros”, pero sin ofrecer a los solicitantes de asilo una opción de ingreso regular al país.
De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de los Estados Unidos, las políticas de migración y seguridad del presidente Donald Trump provocaron una disminución del 84.5 por ciento en los cruces irregulares de migrantes, al pasar de un millón 530 mil 523 detenciones en el año fiscal 2024 a 237 mil 538 en el año fiscal 2025 –de octubre de 2024 a septiembre de 2025–.
Sin embargo, las organizaciones delictivas trasnacionales continúan cruzando a los migrantes por zonas remotas, como el desierto entre Arizona, Nuevo México y Texas con Sonora, Chihuahua y Coahuila, en donde las personas que pagan hasta 12 mil dólares tienen que caminar por hasta dos semanas, con insuficiente agua y comida, bajo temperaturas extremas y la presencia de animales que ponen su vida en riesgo.
Durante octubre, los agentes de USBP detuvieron a 3 mil 310 personas a lo largo de los mil 686 kilómetros que abarcan los sectores de Tucson, El Paso y Big Bend, tras una vigilancia de 24 horas apoyada con drones, perros, caballos, motos, helicópteros, torres de vigilancia, equipos de rescate y modernas tecnologías.
Mientras que Big Bend mantiene un promedio de seis detenciones de migrantes al día, el Sector El Paso suma 44.5 y Tucson 56.1, de acuerdo con las últimas estadísticas dadas a conocer por el Gobierno estadounidense.
En Big Bend
“Las organizaciones criminales están intentando pasar sus drogas, su gente, pero nosotros estamos vigilando 24 horas al día, utilizando tecnología, recursos como caballos, torres de monitoreo y agentes que están patrullando 24 horas al día… aunque están peleando por su terreno en México, aunque esos criminales siguen engañando a los migrantes para cruzar ilegalmente nosotros tenemos consecuencias como la detención”, señaló el agente Ricardo Barragán, subjefe interino de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos en el Sector Big Bend.
El Sector Big Bend está ubicado en la frontera de Texas con Chihuahua y Coahuila. Su área operativa abarca el patrullaje de 517 millas (832 kilómetros) de la ribera del río Grande (llamado río Bravo de lado mexicano) el cual constituye la frontera internacional entre Estados Unidos y México, y durante el año fiscal 2025 figuró como el sector con menos cruces irregulares debido a que cuenta con zonas por donde las personas deben caminar hasta dos semanas para llegar a una carretera.
“Los polleros engañan a los migrantes, porque aquí llegan a la frontera y lo más fácil es cruzar el río, pero el sendero y los riesgos que van a tomar para llegar a la carretera es muy alto”, informó Jesús Mercado, supervisor de Operaciones Especiales en el Extranjero después de registrar 50 rescates y encontrar a 13 personas sin vida en 2024, y lograr el rescate de ocho personas y registrar la muerte de una más durante el año fiscal 2025.
Los “coyotes” (como se les conoce a los traficantes de personas) cobran miles de dólares por llevar a los migrantes hasta el interior de Estados Unidos; sin embargo, primero los mantienen en casas de seguridad en las fronteras mexicanas con poca comida, después de obligarlos a caminar por días en medio del desierto, cuando cruzan la frontera los llevan nuevamente a casas bajo condiciones inhumanas y algunas veces los obligan a realizar trabajo forzado hasta que sus familiares realizan el pago, alertó Adam Hershberger, agente de la estación de Presidio, en la frontera con Ojinaga, Chihuahua.
De acuerdo con Hershberger, debido a la dificultad del terreno para patrullar, en Big Bend una de cada cuatro detenciones es lograda gracias a las 55 Torres Autónomas de Vigilancia (AST) instaladas, las cuales se alimentan con la luz solar y son monitoreadas desde sus oficinas, con cámaras infrarrojas y detectores de calor.
Mientras el Cártel de Juárez y el Cártel de Sinaloa mantienen desde hace un año la lucha por la plaza de Ojinaga para el tráfico de personas y drogas, en el Sector Big Bend, los agentes de USBP se apoyan también de drones, 29 caballos para poder acceder a lugares remotos y operativos binacionales en coordinación con las autoridades mexicanas.
La brigada Stryker
En el desierto de Presidio con Ojinaga permanece además una brigada Stryker del Ejército de los Estados Unidos, con el objetivo de detener los cruces irregulares.
Los Stryker son vehículos de combate de ocho ruedas, construidos para el Ejército de los Estados Unidos con la Estación de Armas de Operación Remota M153, un sistema de cámara con visión diurna, nocturna e infrarroja. Y, a diferencia de las tanquetas militares, que son vehículos más pequeños y ligeros, los Strykers cuentan con el Sistema de Alta Movilidad, que permite ajustar la presión de los neumáticos y la altura del vehículo para atravesar diversos tipos de terreno, como arena, carreteras pavimentadas, lodo o nieve.
Desde marzo de 2025, el gobierno de Trump envió 10 unidades más a la frontera entre Nuevo México y Texas con Ciudad Juárez, en donde se designó además una franja de los primeros 18 metros de Estados Unidos como “nuevas zonas militares”, lo cual significa un nuevo cargo federal para quienes son detenidos al cruzar la frontera fuera de un puerto autorizado de entrada al país.
Tanto en Big Bend como en el Sector El Paso, USBP mantiene en promedio un ‘operativo espejo’ cada semana, en coordinación con las Policías municipales, estatales y el Ejército Mexicano, para patrullar la frontera de manera paralela y poder detectar nuevos cruces irregulares y asegurar artefactos utilizados por los “coyotes”, como escaleras hechizas.
Sector El Paso
En el Sector El Paso, que abarca aproximadamente 432 kilómetros de la frontera de Nuevo México y Texas con Chihuahua, existen también tres proyectos adjudicados para la construcción de 370 kilómetros de muro físico y casi 640 kilómetros de nueva tecnología, desde Praxedis G. Guerrero hasta Janos. Actualmente, se lleva a cabo la construcción de 11.26 kilómetros de la muralla metálica entre Santa Teresa y Ciudad Juárez, a la altura de la carretera San Jerónimo-Santa Teresa.
Tucson, el de mayor cruce irregular
Actualmente, el Sector Tucson es el de mayor cruce irregular entre México y Estados Unidos, a través de sus 421.64 kilómetros de frontera entre Arizona y Sonora; sin embargo, los grupos del Cártel de Sinaloa encargados del tráfico de personas en la zona ponen a los migrantes en graves riesgos al guiarlos vía remota a través de un teléfono celular.
“El ‘coyote’ tradicional en muchas áreas como ésta ya no es un individuo, ahora el ‘coyote’ ya es electrónico”, destacó el agente José Ortiz, portavoz de la Patrulla Fronteriza en el Sector Tucson.
Explicó que en algunas áreas del desierto de Arizona sí hay señal del servicio de celular, por lo que traficantes mexicanos tratan de evitar el riesgo de ser detenidos y obligan a los migrantes a comprar un kit que contiene un traje con ropa de camuflaje y un teléfono celular para guiarlos.
Les dicen: “cuando llegues a este punto mándame una foto y te digo para dónde avanzar”, pero entre el desierto, montañas y acantilados, muchas veces a los migrantes se les acaba la batería del celular, se pierden o se les acaba el agua y la comida.
Además de pagar una cuota al cártel de entre 700 y mil 500 dólares sólo por el “derecho de cruzar la frontera”, todo el trayecto le cuesta a cada migrante hasta 12 mil dólares, incluyendo el kit.
De acuerdo con el agente Ortiz, a más del 95 por ciento de los migrantes les venden el kit, con el fin que sean difíciles de detectar entre el desierto y las montañas; sin embargo, la ropa de camuflaje también dificulta su rescate cuando su vida está en riesgo.
El ‘protector de los hombres’
Olek, un cachorro de dos años, cuyo nombre significa “protector de los hombres”, es uno de los agentes caninos de Búsqueda,
Trauma y Rescate de la Patrulla Fronteriza (Borstar) que trabaja rescatando migrantes en el desierto de Arizona, en coordinación con Operaciones Aéreas y Marinas (AMO).
Con ayuda de 34 torres de rescate, durante el año fiscal 2025 los agentes de Borstar y AMO lograron rescatar a más de 400 migrantes y registraron la muerte de aproximadamente 80 personas más que cruzaron la frontera pensando que sería un cruce fácil.
Sólo en las montañas del Brown Canyon, cerca del área de Basave, en la frontera de Arizona con Sonora, en el último año fueron rescatadas 156 personas con apoyo aéreo y canino, luego de que los ‘coyotes’ les hicieran creer que sería un viaje “fácil y seguro” de uno o dos días, cuando la realidad es que el trayecto les lleva unos seis días si no se pierden, enferman o lesionan; por lo que en poco tiempo se les acaban el agua y la comida que llevaban como provisiones.
450 migrantes muertos en los últimos dos AF
Bajo las políticas migratorias de Estados Unidos y a manos de los traficantes de personas, en los últimos dos años fiscales han muerto más de 450 migrantes en los sectores de Tucson, El Paso y Big Bend.
Los cuerpos encontrados en el desierto generalmente muestran heridas a causa de los arbustos y cactus, en los casos de restos corporales con mínima descomposición; sin embargo, otras víctimas son recuperadas cuando ya están putrefactas, momificadas o esqueléticas, informó el jefe de la Oficina del Médico Forense en el Condado de Pima, Arizona –ubicada dentro del Sector Tucson–, Gregory Hess.
La principal causa de sus muertes ha sido el calor extremo, destacó al coincidir con los datos del Sector El Paso, en donde según los agentes fronterizos los migrantes cruzan por el desierto con un importante desgaste físico y mal alimentados después de permanecer por días en casas de seguridad en las fronteras mexicanas, lo que los hace más vulnerables a los más de 40 grados centígrados que se llegan a registrar durante los meses de calor.
“Estamos tomando esto en serio, no queremos que nadie esté perdiendo la vida. En mis 20 años (como agente de USBP) he encontrado ocho difuntos, pero los últimos cuatro en los últimos dos años”, compartió el agente Ben Braker, del Sector Tucson.
Los agentes advirtieron que la prioridad es la vida de los migrantes, pero todos enfrentarán consecuencias como la detención que cada vez puede ser mayor, con una nueva multa federal de 5 mil dólares, para finalmente ser devueltos a su país de origen.
“La frontera está cerrada para el cruce irregular o ilegal, si alguien cruza por esta zona va a ser detenido y removido del país… No intenten el cruce porque les puede costar su vida. Y si llegan a un lugar donde necesitan ayuda les aconsejamos que lo más pronto posible marquen al 9-1-1, para llegar lo más pronto posible. Guarden la batería de su teléfono, eso también les puede ayudar a salvar su vida”, destacó el agente Ortiz.











