El gobierno de Estados Unidos licita un centro de mando tecnológico para localizar y deportar a menores de edad que cruzan la frontera sin acompañamiento.
MILENIO
En una nueva embestida del presidente Donald Trump contra los migrantes, se anunció la convocatoria pública para la creación del Centro Nacional de Llamadas con la que se localizará a menores de edad no acompañados, es decir, que cruzaron la frontera solos a Estados Unidos.
MILENIO tuvo acceso al proceso de contratación completo que revela los detalles del nuevo centro con el que el gobierno del republicano pretende frenar el ingreso, acelerar la detención e incluso, el tránsito de los niños migrantes en ese país.
¿En qué consiste el nuevo plan de Trump?
Un ‘niño migrante’ es alguien menor de 18 años que no tiene un estatus migratorio legal y que no cuenta con un padre o tutor que se haga cargo de él.
En el documento del gobierno federal se revela que con el ‘call center’ se pretenden recibir y procesar entre seis mil y siete mil llamadas al día con el objetivo de detener a menores de edad.
Este centro de operaciones estará situado en el área metropolitana de Nashville, Tennessee, al oeste de Estados Unidos.
Entre sus acciones estará apoyar en la localización en terreno de las personas, analizar y realizar verificaciones cruzadas en la base de datos, así como confirmar las acciones de cumplimiento del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), y otras dependencias del Departamento de Seguridad.
Las labores del ‘call center’ recaerán en un particular: “Será una instalación física en la que toda la infraestructura, la mano de obra, el equipo y los servicios serán proporcionados por un socio del sector. La presencia de empleados federales será mínima y se limitará a tareas inherentemente gubernamentales”, señala el procedimiento de contratación.
El Centro Nacional de Llamadas para localizar a menores de edad no acompañados estará organizado en torno a tres turnos de ocho horas y semana laboral de siete días. Es decir, estará activo las 24 horas durante los siete días de la semana, sin cese de actividad.
“Proporcionará a los socios del programa (dependencias oficiales) y a las oficinas de campo información y materiales para la focalización de menores no acompañados”, deja claro la información oficial.
Se pretende que el call center funja como enlace con la División de Gestión de Menores y Familias.
También requerirá de una Unidad de Innovación Tecnológica y Despliegue Rápido con la que se identificarán tecnologías emergentes que aumenten la eficacia de los programas implementados para la detención de menores no acompañados.
La convocatoria destaca que la capacidad operativa inicial del centro se alcanzará al término del segundo trimestre del año fiscal 2026, es decir, en marzo, mediante la disponibilidad de un edificio arrendado.
Se logrará plena capacidad operativa a finales del tercer trimestre del año fiscal 2026, en junio, ya con las instalaciones y los contratos de arrendamiento, incluida una cafetería.
Niños, niñas y adolescentes mexicanos: la mayoría de arrestos
Información recabada a través de los informes mensuales de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, sus siglas en inglés) revela que desde que inició la administración de Donald Trump, han sido detenidos seis mil 40 niñas, niños y adolescentes no acompañados; un promedio mensual de 755 en la frontera con México.
En febrero fueron 813; en marzo 665; en abril 831; en mayo mil 43; en junio 667; en julio 475; en agosto 671 y en septiembre 875. Mayo representó el punto más alto del periodo.

Por nacionalidad, el registro de los más de seis mil menores no acompañados está dominado por mexicanos, con tres mil 978 casos, muy por encima de cualquier otro origen.
Detrás se ubican los menores guatemaltecos, con 971, y los hondureños, con 514; ambos, junto con los salvadoreños, con 209, integran el bloque del Triángulo del Norte centroamericano, que en conjunto suma mil 694. Paralelamente, se documentaron 368 casos correspondientes a “otras” nacionalidades.
La salida de menores no acompañados desde México y Centroamérica históricamente responde a conflictos de largo aliento relacionados mayormente con la violencia. En México, la expansión de mercados ilícitos y las disputas entre organizaciones criminales a partir de la década de los años 2000 elevaron el número de cruces de niños y jóvenes no acompañados.

En busca de sus padres
Otro factor importante para que se siga dando este fenómeno migratorio es el anhelo de reunificación familiar de hijos e hijas que buscan alcanzar a padres ya establecidos en Estados Unidos.
Pero hay casos en países como El Salvador donde se documenta que la salida de los menores solos está estrechamente ligada al control territorial de las pandillas —principalmente MS-13 y Barrio 18— y a su economía de extorsión.
La “renta” impuesta a pequeños comercios y hogares e incluso el reclutamiento forzado han sido fundamentales para intentar salir de ese país.
La mayor parte de las detenciones de menores no acompañados fue a manos de la Patrulla Fronteriza, con un total de 5 mil 698, mientras que una pequeña parte, sólo 342, fue interceptada por la Oficina de Operaciones en Campo (OFO, sus siglas en inglés), que es el brazo operativo de Aduanas y Protección Fronteriza, que trabaja dentro de los puertos de entrada terrestres, aéreos y marítimos.

Estadunidenses también los ingresan
Entre los intentos de entrada de niños no acompañados por sus padres, se reportan casos en los que ciudadanos de la Unión Americana han tratado de cruzarlos usando sus vehículos particulares.
Como el episodio que se dio en abril de este año, en la frontera con San Luis Río Colorado: una mujer conducía un sedán Chevrolet 2013, acompañada de un niño pequeño que dormía en el asiento trasero del vehículo. Durante la inspección inicial, la mujer presentó un acta de nacimiento estadunidense del menor y afirmó ser la madre ante los agentes del CBP.
Conforme avanzaba la inspección, los agentes descubrieron que el acta de nacimiento no pertenecía al niño y que no existía ningún parentesco entre la mujer y el menor de cinco años. Además, se supo que ella era mexicana y el chico había sido sedado para que no se diera cuenta de que ingresaba a otro país.
Hay más casos semejantes. Como el que se dio en octubre de este año, en la frontera en Indio, California. En él, dos mujeres estadunidenses se aproximaron al puesto de control de inmigración de la autopista 86, cerca de Westmorland, California, en una camioneta SUV. Una conducía, la otra iba en el asiento del copiloto. Además de ellas, dos niñas dormían en los asientos traseros.
Una vez más, al revisar los documentos de los menores, los agentes determinaron que las fotografías y los nombres no coincidían con los de las identificaciones, y que las menores no tenían parentesco con la conductora ni con la otra pasajera. Incluso, justificaron los elementos, la conductora no conocía a la madre auténtica.
Tras los interrogatorios, agentes constataron que las dos menores, de 10 y 12 años, no estaban acompañadas por sus familiares y procedían de México. Las autoridades insistieron que así es como se suele iniciar la trata de niños, argumento con el que justificaron la detención de los chicos y chicas.
“Es casi insoportable pensar en los crímenes atroces que les esperan a los niños que no están con sus padres. En los últimos años, este tipo de actividad ha estado presente en la frontera”, dijo a través de un comunicado el jefe de la Patrulla Fronteriza de esa zona, Gregory K. Bovino.
Otras medidas contra menores migrantes
Sin embargo, durante la administración del presidente Donald Trump se han multiplicado las medidas contra los niños migrantes: un reportaje en MILENIO de este año reveló que desde que tomó el poder, los menores recluidos en los centros para migrantes sin papeles “han vivido un infierno”.
En esos lugares han sido objeto de agresiones, groserías, frases degradantes como “eres una mierda” y golpes. Incluso hay testimonios de denuncias ante la corte en las que se afirma que “los tratan como perros, les silban, les lanzan comida”.
Pero esos hechos no detienen a la administración Trump, al contrario. De hecho, también planteó ofrecer dos mil 500 dólares a ciertos menores no acompañados —entre ellos, adolescentes de 14 años o más bajo custodia federal, con desembolso tras la autorización del juez y el retorno efectivo, excluyendo a mexicanos— si aceptan la “salida voluntaria”.
Mientras tanto, en el caso del call center de Nashville, Tennessee, está por arrancar la primera etapa del proceso, es decir se está realizando un estudio de mercado para determinar el número estimado de proveedores interesados que puedan satisfacer todos los requisitos que permitan la interacción con las policías estatales y locales que el gobierno federal ha multiplicado a lo largo y ancho del territorio estadounidense.
Esta medida ocurre después la aprobación de 170 mil millones de dólares destinados a inmigración y seguridad fronteriza tras la aprobación de un proyecto republicano firmado por el Presidente en julio.
ENLACE: Con nuevo call center, Trump agilizará deportación de niños migrantes- Grupo Milenio









