Quieren evitar los conflictos internos, las campañas anticipadas y la búsqueda de recursos incómodos.
Redacción
Las trifulcas del morenismo en las entidades en pugna en el 2027 están acelerando los tiempos en Palacio Nacional. El entorno presidencial comienza a hablar, según dicen a LPO, de organizar las encuestas que definan las candidaturas a gobernador en el próximo mes de marzo.
El principal motivo del cambio de calendario, ya que las encuestas originalmente serían en el verano, es el de poder realizar el operativo cicatriz con aquellos que no terminen por ser elegidos.
El Gobierno no quiere que aquellos que no sean elegidos salten a otras formaciones políticas. Se pretende lograr acuerdos con diputaciones federales, locales y alcaldías.
También se trata de contener los golpes internos que perjudican la marca Morena y dan paso a todo tipo de escándalos que luego son funcionales a los rivales de la 4T.
El mal momento opositor y la hegemonía del Gobierno exacerban diversos proyectos personales que se aterrizan en la realidad de la peor manera, como sucedió esta semana en los estados afectados por las lluvias, donde varios aspirantes a alcaldes fueron registrados por Palacio realizando acciones proselitistas en plena tragedia y con recursos federales.
También preocupa que una batalla descarnada, y larga, por las candidaturas se plasme en una búsqueda alocada de recursos económicos que termine por alimentar a las agencias de seguridad de Estados Unidos en su fijación pero revocar visados e investigar a políticos asociados al narco.