La reunión del presidente de Argentina, Javier Milei, con el empresario Elon Musk, levantó especulaciones sobre una futura inversión del magnate en el país sudamericano.
Si bien existe interés por parte de Musk por continuar invirtiendo en Latinoamérica y, por supuesto, en la producción de litio que tiene Argentina, en México los movimientos de Tesla son muy lentos en comparación con la expectativa generada.
El intercambio de ideas entre Milei y Musk en Texas, se asemeja al del gobernador de Nuevo León, México, Samuel García Sepúlveda, quien llevó al empresario a su ciudad con todas las comodidades posibles y le gano la partida al gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador para instalar una fábrica de Tesla.
Esto sólo fue el comienzo en el 2022 cuando Tesla aunció una inversión de 10,000 millones de dólares, la promesa de más de 7,000 empleos y el impulso de casi 150 empresas proveedoras del rubro automotriz.
A pesar del cabildero frecuente del gobernador de Nuevo León con Musk, el Gobierno local ha visto complicado el inicio de labores para construir la planta que se ubicará en el municipio de Santa Catarina, en las afueras de Monterrey, y que requiere 1300 hectáreas.
Se impulsaron obras en materia hídrica como la Presa El Cuchillo II que abastece con hasta 10,000 litros por segundo el área metropolitana, además se han realizado carreteras y pasos enteros alrededor de donde se instalará la Gigafactory que promete ser la más grande del mundo.
Incluso en el mes de febrero del 2024, Samuel García se volvió a poner en contacto con los directivos e insistió en que iniciarán la obra: “Les pedí que ya a más tardar marzo viniera ya Tesla a hacer un anuncio de primera piedra, y no me dijeron que no, así que espero que muy pronto venga la compañía”.
Pero de momento la empresa no ha colocado la coloquialmente conocida “primera piedra”. Es lo mismo que ha sucedido con otras inversiones de Tesla en Europa y Estados Unidos: tras los anuncios y las fotos, las realidades suelen tener plazos muy largos.
Fernando Turner, ex secretario de Economía de Nuevo León, ha declarado que la fábrica sí podrá aterrizar en algún momento en el Estado, pero no a la velocidad que se había planteado en un primer momento porque el principal mercado de los autos eléctricos, Estados Unidos, no ha llegado a las expectativas que se tenían hace dos años. “Esta baja demanda hace que los precios de los productos no se puedan sostener y las armadoras no tengan los mismos recursos que pensaban que iban a tener. La planta de Tesla puede ser que sí llegue, pero no con tanta prisa”, comentó.
A este frente se agrega el financiero. La semana pasada las acciones de Tesla bajaron 5.14% en el Nasdaq, a 166.63 dólares, después de que la armadora de automóviles eléctricos vendió, en el primer trimestre del 2024, menos vehículos de los pronosticados por el mercado.
Tesla vendió 386,810 vehículos en los tres primeros meses del año, muy por debajo de las estimaciones de Wall Street de 449,080 unidades, según datos de Bloomberg. La cifra representa la primera caída interanual de las ventas de Tesla desde el inicio de la pandemia del Covid-19 en marzo del 2020.