Desde la frontera de Nogales, agentes de la Patrulla Fronteriza emitieron un mensaje ante los medios de comunicación pidiéndole a la gente que no crea en supuestas nuevas leyes que les permitirían ingresar a territorio estadounidense. “La frontera está cerrada“
NOGALES, Arizona – En un encuentro con la prensa en un punto cercano a Nogales en la frontera entre Arizona y Sonora, agentes de la Patrulla Fronteriza llamaron a no creer en rumores sobre supuestas nuevas leyes sobre la petición de asilo y dijeron que la frontera está cerrada, por lo que, quien intente cruzar, podría enfrentar la deportación a un país desconocido.
Jesús Visavilbaso, agente de la Patrulla Fronteriza, dijo ante medios de comunicación: “La frontera no está abierta, esas son mentiras. La frontera no está abierta para la inmigración ilegal, no existen nuevas leyes de asilo. La verdad es que, si entran a Estados Unidos ilegalmente, serán arrestados”.
El mensaje, dirigido en español, incluyó un recordatorio para no creer en todo lo que se publica en redes sociales, pues existen cuentas creadas para estafar a quienes tienen la intención de migrar.
¿Por qué la gente es deportada a un país distinto al suyo?
Los agentes de la Patrulla Fronteriza que encabezaron este acto informativo agregaron que la deportación de los inmigrantes no tarda más de 72 horas.
“La gente, cuando pide parte (de) o cualquier beneficio, dice que tiene miedo de regresar a su país. No los estamos regresando a su país; los estamos regresando a otro país que no sea de ellos”, justificó el agente Ortiz, vocero de la Patrulla Fronteriza, el hecho de que los migrantes sean deportados a naciones que no son la suya de origen.
Además, las autoridades fronterizas piden tomar en cuenta los peligros de internarse en el desierto, “con temperaturas extremas que pueden causar hasta la muerte. En lo que va de este año fiscal, el médico forense del condado Pima ha registrado 104 muertes de inmigrantes en el desierto”, destacó Ortiz.
El caso de Kilmar Ábrego García
Uno de los casos más representativos sobre deportaciones es el del salvadoreño Kilmar Ábrego García, a quien la administración Trump ha intentado deportar a Uganda, un país que no conoce.
Grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes han impugnado los acuerdos de la Casa Blanca con los llamados terceros países, que afirman que las personas están siendo deportadas a países con un historial de violaciones a los derechos humanos, además de que no se está respetando el debido proceso.
Cabe mencionar que fue en junio pasado cuando la Corte Suprema autorizó a la administración Trump la expulsión rápida de inmigrantes a países diferentes a sus naciones de origen; además, con un mínimo preaviso. Entonces, la jueza Sonia Sotomayor, que votó en contra, advirtió que esta decisión exponía a “miles de personas al riesgo de tortura o muerte”.
En marzo, a través de un memorando, el Departamento de Seguridad Nacional declaró que los inmigrantes serán enviados a los llamados terceros países siempre que tenga garantías de que, en ellos, tal como lo garantiza el derecho internacional, no serán perseguidos ni torturados.
Pero incluso sin recibir esas garantías, funcionarios estadounidenses pueden enviar a esos países a los inmigrantes; basta con que a ellos se les informe dónde serán trasladados, en un idioma que entiendan. Pueden pasar 24 horas entre el momento en que el inmigrante es informado hacia dónde será enviado, aunque también puede ser un lapso de apenas seis horas.
La Casa Blanca de Donald Trump tiene acuerdos de tercer país con naciones de Latinoamérica o África. Ábrego fue enviado en ese marco a la megacárcel salvadoreña Cecot, que cuenta con múltiples denuncias por violaciones a los derechos humanos.
En nuestro continente, hay acuerdos con Costa Rica, Panamá y Paraguay. En el caso de África, se encuentran Sudán del Sur, uno de los países más pobres del mundo, así como Uganda, con altos funcionarios sancionados precisamente por EEUU por acusaciones de abusos contra los derechos humanos y corrupción.
También, ha habido deportaciones al reino sudafricano de Esuatini.