Acusa al exvocero de la cobertura de sus escándalos. Vuelos desde Chiapas. Peleas del pasado.
Redacción
En diversos conciliábulos del oficialismo una información gana terreno: el expresidente Andrés Manuel López Obrador ha comenzado a operar en los escándalos que rodean a Adán Augusto López Hernández y a su hijo Andy López Beltrán.
El periodista Raymundo Riva Palacio informó este lunes que incluso las gestiones del expresidente llegarían a la cima del Gobierno de Claudia Sheinbaum.
El episodio más reciente de la trifulca que domina a la 4T tiene su eje en que el senador le dijo a López Obrador que el coordinador de asesores Jesús Ramírez es el artífice de las desventuras mediáticas que atraviesa, desde ciertos detalles de la trama de Bermúdez Requena hasta la novedad más reciente sobre las piruetas fiscales del exgobernador.
Adán Augusto nunca tuvo buena relación con Ramírez. Se disputaban la influencia sobre López Obrador en el sexenio anterior y el senador festejó, el año pasado, el lugar lateral que le quedó a Ramírez en el staff de Sheinbaum. En largas sobremesas el coordinador de los senadores festejaba que su rival no había logrado una Secretaría.
Ahora, los vientos cambiaron y Adán Augusto se encuentra acorralado por una serie de escándalos que, dice, son amplificados por las influencias de Ramírez con diversos dueños de medios de comunicación.
El senador alega que, en realidad, Ramírez juega para la oposición que sería la gran ganadora de su salida de la vida pública.
En privado Adán Augusto dice que su permanencia es la mejor muestra de la unidad del movimiento, que es lo mismo que le dijo, en su última conversación, al gobernador de Tabasco Javier May, quien, por cierto, detesta al senador.
El señalamiento contra Ramírez da por tierra también con las especulaciones periodísticas que vienen a sugerir que el operador del desprestigio del senador se encuentra en la Secretaría de Seguridad Pública. Para Adán Augusto el culpable no es Omar García Harfuch, sino el exvocero. Así lo menciona entre sus allegados del Senado y así se lo dijo también al expresidente, cuyas incursiones a la CDMX se están multiplicando.