La Orquesta Infantil y Juvenil de Grupo México en Cananea, Sonora, surgió en medio de un contexto desafiante, marcado por la pandemia de 2020. Este proyecto ejemplifica cómo la música puede ser motor de esperanza y transformación
En 2020, aquel año trágico por la pandemia, se fundó la Orquesta Infantil y Juvenil de Grupo México en Cananea, Sonora. Un momento complicado, por supuesto, pero que también implicó probar la resiliencia y establecer modelos en los que prevaleciera el aliento y la esperanza.
El proyecto, que se engloba en las acciones de responsabilidad social de la empresa, es de reconocerse por lo que implica para la propia comunidad minera, pero también porque dos jóvenes, Camila Willys Sáinz y Ricardo López Bécame, recibirán una beca para poder estudiar en el Instituto Superior de Música en Puebla.
La Beca Grupo México, tiene como objetivo impulsar el talento que se desarrolla en la diversidad de los programas sociales que la empresa minera ofrece en las comunidades donde realiza sus operaciones.
Willys Sáinz tiene 17 años y es soprano, cursará la carrera de Dirección Coral, con el objetivo de que Sonora tenga un acercamiento mayor a las experiencias musicales y en particular a las propuestas corales.
López Bécame, en cambio, tiene el propósito de especializarse en Pedagogía Orquestal, con la idea de fundar una escuela de música en el futuro. Cosas de la vida y las oportunidades, hace cinco años, este joven sonorense no tenía idea de lo que es capaz musicalmente hablando.
Willys Sáinz y López Bécame forman parte de un conjunto de 3 mil niñas, niños y jóvenes que se han incorporado a los 33 centros comunitarios que se encuentran en México, Perú y los Estados Unidos, donde se llevan a cabo talleres gratuitos en los ámbitos culturales, deportivos, de salud y medio ambiente, entre otros.
Entre los programas más destacados que promueve Grupo México, se encuentran el de orquestas y coros juveniles, el taller ambulante de cine documental y las academias de natación, Béisbol y ciclismo.
Para tener una idea del alcance, tan solo en 2024 se llevaron a cabo mil 856 programas, en los tres países, que beneficiaron a 285 mil 614 personas y para lo que se invirtieron 12.9 millones de dólares.
Englobadas en la Agenda 2030 y en sus objetivos, las empresas adquieren compromisos que trascienden a sus pautas naturales y que más bien responden al conglomerado de sus grupos de interés.
Quizá las premisas de Edward Freeman, y su teoría de los stakeholders pareciera un recurso de otros tiempos, pero está más vigente que nunca, más aún en un momento donde muchas de las premisas que se tenían sobre el futuro parecen comprometidas y en donde hay que privilegiar los compromisos en aspectos económicos, sociales y medio ambientales en una lógica de inversión socialmente responsable.
Twitter: @jandradej