A finales del siglo XIX, los estadounidenses se enamoraron del bisonte, un animal enorme y peludo que a veces se denomina búfalo.
Millones de bisontes vivían en manadas en las vastas praderas del centro de Estados Unidos, desde la frontera canadiense hasta Texas y hacia el este hasta Virginia, pero su número iba disminuyendo a medida que los cazadores los mataban por sus pieles. A finales del siglo XIX, estaban al borde de la extinción. Desde entonces, el número de bisontes se ha recuperado.
Bison herd graze in Yellowstone National Park. (© Shutterstock.com.com)Además, los estadounidenses han añadido sus imágenes a las banderas de los estados (Wyoming), los sellos oficiales de algunos estados (Indiana, Kansas y Dakota del Norte), el sello del departamento federal del Interior y monedas. Entre las estatuas de bisontes que hay por todo el país destacan las imponentes esculturas del puente Dumbarton en Washington, el parque Humboldt de Chicago y una colina con vistas a Jamestown, en Dakota del Norte.
“Me llama la atención la frecuencia con la que los estadounidenses eligen al búfalo como símbolo de nosotros mismos”, afirma Michael Punke, autor de “Last Stand”, un libro sobre la lucha por salvar al bisonte americano de la extinción.
Los bisontes son “supervivientes”, explica Steven Sarro. Sarro, conservador emérito del Zoológico Nacional de Washington del Instituto Smithsoniano, señala que una pareja de bisontes traídos de Montana hace una década se han convertido en una de las atracciones más populares del zoológico.
La historia completa
La historia del Zoológico Nacional y los bisontes están entrelazadas. En 1886, el taxidermista del Smithsoniano William Temple Hornaday (en inglés) viajó a Montana para recolectar especímenes de bisontes y se sorprendió al ver cuán pocos quedaban vivos. Y no fue el único.
“Fue como si un sonido titánico que llegaba hasta los cielos se hubiera detenido justo en el momento en que nos volvimos para escucharlo”, dice Dan Flores, refiriéndose a esta época, cuando los estadounidenses comenzaron a mostrar un verdadero aprecio por los bisontes justo cuando las manadas se encontraban en grave peligro. “Fue una sorpresa para mucha gente”, dice Flores, profesor emérito de Historia occidental en la Universidad de Montana.
Hornaday, el taxidermista, tras darse cuenta del estado de peligro en que se encontraban las manadas de bisontes, organizó el traslado de bisontes vivos al Paseo Nacional de Washington para exhibirlos. Utilizó esta maniobra para instar al Congreso a crear un zoológico, lo que se hizo en 1889. El bisonte se convirtió en una de las exposiciones fundacionales del Zoológico Nacional.
Mientras tanto, a lo largo de la década de 1880, el artista “Buffalo Bill Cody”, un antiguo explorador de la naturaleza y famoso cazador, presentó bisontes vivos en su espectáculo “Wild West” durante su gira por América y Europa. Sus espectáculos aumentaron la percepción del bisonte como un animal emblemático vinculado al oeste de Estados Unidos.
A medida que más personas veían de cerca al mamífero terrestre más grande de América del Norte, aumentaron los esfuerzos de conservación por parte de hombres como George Bird Grinnell. El entonces presidente Theodore Roosevelt se convirtió en un impulsor del bisonte: ayudó a formar la sociedad estadounidense del bisonte “American Bison Society” en 1905 e instó al Congreso a reservar tierras (en inglés) para la preservación de rebaños.
Hubo que esperar otro siglo para que, en 2016, el Congreso aprobara una ley que convertía al bisonte en el mamífero nacional. En la actualidad, hay unos 400.000 bisontes vagando por las praderas estadounidenses.
El deseo de Roosevelt de “mantener con vida a estas nobles y hermosas criaturas que, con su presencia, aportan un carácter tan distintivo a la naturaleza salvaje estadounidense” se ha cumplido plenamente.
ENLACE: De cómo el bisonte o búfalo se convirtió en el mamífero nacional de EE. UU. – ShareAmerica