El colmo es que ellos, los que ostentan el poder, reclamen su derecho a hacer lo que quieran, pero se nieguen a pagar el costo político de su prepotencia.
Con un sugerente título -La esposa de López Obrador y azote de España se muda a Madrid- el diario español ABC informó el pasado fin de semana que Beatriz Gutiérrez Müller viviría con su hijo Jesús Ernesto López Gutiérrez en el más exclusivo barrio de Madrid, La Moraleja, donde tendría como vecinos a actores y deportistas de fama mundial. Dos días más tarde, Gutiérrez Müller desminitió la información en un comunicado tan malo (Fernández Noroña dixit) como el de Andrés Manuel López Beltrán cuando fue sorprendido vacacionando a todo lujo en Japón.
Un par de días después, Aristegui noticias reveló que López Beltrán pagó por sus vacaciones de diez días una suma inalcanzable para la mayoría de mexicanos. Según la plataforma, el secretario de Organización de Morena no mintió: el paquete de hospedaje por noche, desayuno incluído, le costó 7 mil 30 pesos cada día, como señaló en su respuesta, difundida a través de sus cuentas en redes sociales. Sin embargo, el funcionario partidista omitió convenientemente que se ofreció una comida de más de 47 mil pesos en el restaurante Sazanka del Okura, especializado en Teppanyaki y ubicado en el piso 41 de ese hotel, uno de los más caros de Tokio.
Lo que López Beltrán se ahorró en hospedaje, lo despilfarró en alimentos. En otro de los restaurantes del hotel, que ofrece comida tradicional japonesa – el Yamazato- pagó 9 mil 371 pesos. También desembolsó unos cuantos miles en el spa y en servicios de tintorería.
La presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, ha tenido que ocuparse recientemente de justificar los objetables actos de la familia del fundador del partido. Sobre la supuesta mudanza de Gutiérrez Müller a la capital española, Alcalde respondió que la esposa del presidente puede vivir donde le plazca. “Ella es libre de hacer lo que quiera. No sé de primera mano cuáles sean sus deseos, ni dónde esté pensando vivir, pero es una mujer extraordinaria y libre. Es el colmo”.
Aunque la dirigente pretende relacionar los hechos con un asedio de la oposición, le resulta cada vez más difícil sostener el reiterado dicho de López Obrador, no somos iguales.
Aunque la dirigente pretende relacionar los hechos con un asedio de la oposición, le resulta cada vez más difícil sostener el reiterado dicho de López Obrador, no somos iguales. Frente a las evidencias de los excesos del segundo hijo del expresidente, ha matizado: “la diferencia entre nosotros y ellos es que ellos viajaban con recursos públicos en aviones privados y hoteles de lujo; ésa es la enorme diferencia, nosotros lo hacemos con nuestros recursos”. Aún más descarada fue su respuesta cuando se le cuestionó por las facturas del viaje: “Lo que hay es mucha maña contra él”.
Beatriz Gutiérrez Müller puede vivir en España en el barrio de su preferencia o en el que pueda costarse -incluso después de haber exigido disculpas a los reyes- si las autoridades de ese país se lo conceden. Andrés Manuel López Beltrán puede viajar a donde le plazca con sus propios recursos, que seguramente son producto de sus emprendimientos. El reto es que explique de manera convincente que sus negocios han resultado tan exitosos al margen del cargo que su padre desempeñó durante seis años.
El colmo es que Andrés Manuel López Beltrán y Luisa María Alcalde piensen que no tienen por qué rendirle cuentas a nadie. El colmo es el tono de la respuesta de Beatriz Gutiérrez Müller, que no comunica, ofende. El colmo es que ellos, los que ostentan el poder, reclamen su derecho a hacer lo que quieran, pero se nieguen a pagar el costo político de su prepotencia. El colmo es que no acepten ni siquiera eso.