Según una base de datos de la organización No Más Muertes, en sectores como Yuma, Arizona, murieron al menos 118 migrantes en 2022, pero CBP reportó 79
EL DIARIO
El número de migrantes que mueren intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos podría ser mucho mayor de lo que admiten las cifras oficiales. Así lo advierte una base de datos independiente publicada este lunes por la organización No Más Muertes, que detectó discrepancias de hasta un 40 % en algunos sectores.
La herramienta, desarrollada con información forense recopilada en los estados fronterizos, revela que los registros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) podrían estar dejando fuera decenas de casos cada año.
En sectores como Yuma, en Arizona, las diferencias son especialmente marcadas: mientras CBP reportó 79 fallecimientos en 2022, los datos paralelos identifican al menos 118.
La plataforma, accesible en línea, permite por primera vez visualizar de manera detallada los lugares donde se han hallado restos humanos desde 2002 hasta abril de 2025.
El mapa abarca los estados de California, Arizona, Nuevo México y Texas, y representa un esfuerzo por documentar de forma más precisa una tragedia que muchas veces ocurre en silencio.
Principales causas de muerte
Entre las principales causas de muerte figuran la exposición a temperaturas extremas, accidentes vehiculares, caídas desde el muro fronterizo y enfrentamientos que involucran a agentes de la Patrulla Fronteriza.
También se documentan casos de personas que fallecieron en hospitales después de ser trasladadas desde la frontera, pero que no fueron incluidas en los conteos oficiales.
Según No Más Muertes, los errores más comunes en los registros de CBP —como datos incompletos, nacionalidades mal consignadas o fechas incorrectas— dificultan la identificación de los fallecidos y terminan por ocultar la verdadera magnitud de la crisis.
La organización asegura que esta base de datos es solo el primer paso de un proyecto más amplio, cuyo objetivo es no solo exponer las cifras reales, sino comprender las causas estructurales que siguen cobrando vidas en la frontera sur de Estados Unidos.