En Hermosillo, un acto de vandalismo urbano terminó en una expresión artística que rinde homenaje a Gokú y su icónico Kamehameha
Mariana Alcántara Contreras / RECORD
Un hecho insólito ocurrió en Hermosillo, Sonora, cuando un motociclista arrojó una cubeta de pintura amarilla sobre la avenida Himno Nacional. La mancha, que inicialmente fue considerada como un acto de vandalismo, captó rápidamente la atención de un grupo de artistas urbanos que decidieron intervenir el espacio.
Lo que comenzó como un incidente común se transformó en una obra improvisada: los artistas pintaron sobre el pavimento a Gokú, personaje principal de Dragon Ball, lanzando su reconocido ataque “Kamehameha”, en dirección a la pintura derramada. La escena, ejecutada con gran precisión, fue celebrada como un homenaje inesperado a la cultura anime.
El mural, generado en plena vía pública, provocó múltiples reacciones en redes sociales. Mientras algunos aplaudieron la creatividad y el impacto cultural del trabajo, otros cuestionaron la seguridad de circular sobre un área cubierta con pintura, especialmente por tratarse de una zona de paso frecuente.
La intervención no fue retirada por las autoridades. Al contrario, durante su realización, se observó la presencia de elementos de seguridad pública resguardando la zona, lo que fue interpretado como una forma de respaldo tácito hacia la expresión artística.
Este tipo de manifestaciones refuerza el papel del arte urbano como una herramienta para resignificar el entorno. Lo que parecía una mancha sin sentido, terminó convirtiéndose en una escena que mezcla cultura popular, ingenio y protesta visual.