Kerrville pide la ayuda de voluntarios registrados para coordinar la asistencia, mientras la emergencia sigue activa en el centro del estado
Las inundaciones en Texas han dejado al menos 131 personas fallecidas en la región de Hill Country y el centro del estado, según confirmó el gobernador del estado Greg Abott. Entre las víctimas se encuentran 70 adultos y 36 niños, cifra que incluye a quienes perdieron la vida en las crecidas del río Guadalupe. Más de 150 personas continúan desaparecidas.
Las autoridades de la Ciudad de Kerrville han solicitado a quienes deseen colaborar en labores de ayuda que se registren previamente, para organizar los esfuerzos de asistencia de manera segura.
“Estamos viviendo una emergencia sin precedentes y necesitamos el apoyo de la comunidad, pero pedimos que todo voluntario se registre antes”, enfatizó un portavoz del gobierno local.
Búsquedas suspendidas
La búsqueda de sobrevivientes y cuerpos fue interrumpida el domingo en varias partes de Texas Hill Country, una región conocida por su atractivo turístico, donde aún permanece el terreno saturado y con riesgo de desbordamiento, de acuerdo con el reporte de The Associated Press.

El lunes, algunos equipos lograron regresar a las márgenes del río Guadalupe, pero otros decidieron suspender las operaciones ante el pronóstico de nuevas lluvias. Las autoridades insisten en que la seguridad del personal y de los voluntarios debe ser prioritaria.
“El suelo sigue demasiado saturado y cualquier lluvia puede provocar más desbordamientos”, explicó el juez del condado de Kerr, Rob Kelly, durante una reunión de comisionados.
Kelly reconoció la complejidad del operativo: “Hemos escuchado relatos de tráiler tras tráiler llevados por el río con familias dentro. No podemos encontrar los tráileres. Es lo que no sabemos: cuántos son y cuántas personas faltan”.
Equipos especializados han implementado tecnología de sonar para rastrear zonas inaccesibles del río y los lagos cercanos. Kelly relató que uno de los tráileres fue localizado “completamente cubierto de grava a ocho metros por debajo de la superficie del río”. Por ello, el número real de desaparecidos permanece incierto.

Frente a la magnitud del desastre, el comisionado Don Harris informó sobre los planes para vaciar dos lagos-reservorios en el cauce del río, con la esperanza de agilizar los trabajos de rastreo y recuperación. “Quién sabe cuántos pueden estar completamente cubiertos”, afirmó Harris al insistir en la difícil tarea que enfrentan los rescatistas.
Por su parte, los equipos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) reactivaron operaciones plenas el lunes. Obed Frometa, jefe del equipo de apoyo logístico de FEMA, confirmó el despliegue de técnicos urbanos especializados en búsqueda y rescate.
Simultáneamente, el departamento de bomberos voluntarios de Ingram, encargado de coordinar cerca de 200 rescatistas, debió suspender acciones este lunes ante la amenaza de precipitaciones intensas.
Mientras tanto, el gobierno de Kerr County ordenó a todos los voluntarios retirarse de las áreas ribereñas y dejar la zona únicamente bajo control del Centro Operativo de Emergencias del Condado.
¿Una tragedia prevenible?
La tragedia ha abierto una discusión sobre la prevención y la respuesta oficial. En Kerrville, ciudad a unos 160 kilómetros al oeste de Austin, numerosos habitantes cuestionan si fueron advertidos con suficiente antelación sobre el peligro.
El 4 de julio, fecha del desastre, las autoridades locales avisaron en persona a algunos residentes y enviaron alertas telefónicas para advertir sobre la crecida de los ríos. Sin embargo, parte de la comunidad considera insuficiente la actuación de las instancias locales.
El clima de tensión ha escalado hasta el punto de que algunos funcionarios han recibido amenazas. “He recibido amenazas de muerte”, reconoció el comisionado Rich Paces durante una reunión pública celebrada este lunes 14 de julio.
Sus colegas hicieron un llamado a la calma y pidieron paciencia: “Sabemos que todos están ansiosos por respuestas, pero necesitamos tiempo para hacer bien nuestro trabajo”, remarcaron.
El pronóstico para el martes indica la posibilidad de más tormentas, hecho que podría demorar nuevamente las tareas de rescate y recuperación.