Dossier Politico
En Hermosillo, como en muchas otras ciudades del país, el transporte público ha sido siempre un tema candente de discusión, pues toca una fibra sensible:
La calidad de vida de quienes dependen de él para llevar a cabo sus actividades cotidianas.
Ignacio Peinado Luna, presidente de la Unión de Usuarios de Hermosillo, ha alzado la voz en defensa de los miles de ciudadanos que utilizan el transporte público, cuestionando la calidad del servicio y la constante amenaza de aumentos en las tarifas que, a juicio de muchos, sólo agravarán la ya complicada situación económica de las familias.
Peinado subraya una realidad que muchos usuarios viven a diario: el servicio es deficiente.
“Las frecuencias, el trato de algunos operadores y la falta de respeto a las leyes de tránsito” son sólo algunos de los problemas que resaltó el líder de la Unión de Usuarios.
A esto se suman los accidentes que, lamentablemente, involucran a los usuarios, generando un temor creciente y un cuestionamiento sobre la eficiencia y seguridad del sistema.
Es claro que el transporte público es una cuestión de logística, de corridas de autobuses o tarifas financieras pero el problema va más allá de los números.
Es un tema social profundamente arraigado en la estructura de la ciudad y la economía de las personas.
Para muchos hermosillenses, el transporte público es la única opción disponible para llegar a su trabajo, a la escuela, o para realizar cualquier otra actividad esencial.
Este sistema debe ser accesible, seguro y eficiente, garantizando que los usuarios no tengan que poner en riesgo su integridad física o perder horas de su día esperando una unidad que nunca llega o que va demasiado llena para subirse.
Uno de los puntos más polémicos es el posible aumento de tarifas, algo que podría dañar aún más las ya afectadas finanzas de las familias, especialmente en tiempos de inflación y aumento de los costos de la canasta básica.
“El subsidio es un instrumento muy valioso”, señala Peinado, haciendo referencia a la ayuda estatal que busca paliar el impacto de los aumentos en las tarifas.
Al mismo tiempo, también critica que los subsidios no siempre llegan de manera eficiente a los usuarios.
Según él, el sistema actual parece más preocupado por ajustar las tarifas que por mejorar el servicio.
El problema no es que el costo del pasaje sea bajo o alto, es que el servicio ofrecido no justifica el dinero que los usuarios pagan.
De hecho, un punto crucial de su declaración es que la tarifa de 9 pesos no parece estar justificando el servicio actual.
Y pensar en 15 o 19 pesos es aventurado.
De acuerdo con Peinado, el problema no se soluciona con un aumento en la tarifa, se necesita un análisis serio sobre la eficiencia del sistema, cómo se está utilizando el dinero y por qué no se está alcanzando la calidad esperada.
A lo largo de los años, la queja recurrente entre los usuarios ha sido la falta de unidades disponibles en horarios pico, lo que obliga a los usuarios a buscar alternativas como el uso de vehículos privados o incluso servicios de transporte por aplicaciones, lo que genera más gastos para las familias y perpetúa el ciclo de deficiencias en el sistema público.
La imagen del usuario promedio buscando alternativas a un sistema que no funciona, como en el caso de las paradas donde varias personas se agrupan para tomar un vehículo de aplicación, ilustra la desesperación que se vive día a día.
El gobernador del Estado ha expresado en ocasiones que no se contempla un aumento en las tarifas, consciente de la difícil situación económica por la que atraviesan los usuarios.
Esta postura ha sido bien recibida por muchos, pues ofrece un respiro ante el continuo aumento de los costos en otros servicios esenciales como el agua, la luz y, por supuesto, la alimentación.
Sin embargo, la pregunta persiste:
¿Es posible lograr un transporte público de calidad sin incrementar las tarifas?
¿Dónde está el verdadero problema?
Para Nacho Peinado, la respuesta es clara:
El sistema debe reformarse y fortalecerse desde adentro, tomando en cuenta la realidad social de quienes lo utilizan.
En conclusión, el transporte público en Hermosillo necesita más que una tarifa justa; necesita un cambio estructural que considere las verdaderas necesidades de los usuarios.
Es un tema complejo, pero no puede seguir relegándose a la discusión técnica de las tarifas, sin antes haber atendido la urgente necesidad de un servicio que sea verdaderamente eficiente y digno para los ciudadanos que dependen de él.
Al tiempo.
El autor con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación, es periodista en Derechos Humanos, Migración y Medioambiente.
Es defensor de Derechos Humanos
Director de AM Diario, colaborador en medios de Sonora como Dossier Político, Pajarito News, de Arizona como Irreverente Noticias y Ciudad de México como Esfera Noticias.