“Se compromete a cooperar plena y sinceramente en cualquier asunto en el que un representante de las fiscalías le solicite”, indica
Ángel Santamaría
Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del célebre narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se declaró el viernes culpable de cuatro cargos de narcotráfico ante la justicia de Estados Unidos.
En el acuerdo presentado en Chicago, de 36 páginas, se menciona que renuncia a apelar, accede a que se posponga su sentencia y dice que la cooperación “incluirá proporcionar información completa y veraz en cualquier investigación y preparación previa al juicio, así como prestar testimonio completo y veraz en cualquier procedimiento penal, civil o administrativo”.
Añade que “el acusado se compromete a cooperar plena y sinceramente en cualquier asunto en el que un representante de la Fiscalía Federal para el Distrito Norte de Illinois, la Fiscalía Federal para el Distrito Sur de California, la Fiscalía Federal para el Distrito Sur de Nueva York y la Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (en conjunto, las “Fiscalías”) le solicite su cooperación”.
Luego de mencionar los delitos, en el acuerdo se lee que “el acusado ha leído los cargos que se le imputan (…) y su abogado le ha explicado dichos cargos en detalle. El acusado comprende plenamente la naturaleza y los elementos de los delitos que se le imputan”.
Añadió que “el demandado acepta el aplazamiento de su sentencia”.
Como parte del acuerdo, el demandado acepta la imposición de una sentencia pecuniaria personal por la cantidad de 80 millones de dólares que representa el producto de los delitos.
El documento indica que “al declararse culpable, el acusado admite los siguientes hechos y que estos establecen su culpabilidad más allá de toda duda razonable, constituyen conducta relevante de conformidad con la Directriz § 1B1.3 y establecen una base para la confiscación de los bienes descritos en otra parte de este Acuerdo de Declaración“.
Se menciona que “tras la detención de Guzmán Loera en 2016 y su extradición en 2017, Guzmán López y sus hermanos… consolidaron un mayor control sobre el Cártel de Sinaloa al amenazar con causar violencia, y al hacerlo, contra Dámaso López Núñez, su familia y sus asociados”.
Además, “a partir de mayo de 2008 o alrededor de esa fecha, y hasta al menos el 21 de octubre de 2021, en Chicago, en el Distrito Norte de Illinois, División Este, y en otros lugares, el acusado OVIDIO GUZMÁN LÓPEZ conspiró con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López, Joaquín Guzmán Loera, Lamael Zambada García, Dámaso López Núñez y con otras personas, conocidas y desconocidas, para poseer, a sabiendas e intencionalmente, con la intención de distribuir y distribuir, una sustancia controlada, a saber, 5 kilogramos o más de una mezcla y sustancia que contiene una cantidad detectable de cocaína (sustancia controlada de la Lista II); 1 kilogramo o más de una mezcla y sustancia que contiene una cantidad detectable de heroína (sustancia controlada de la Lista I); 500 gramos o más de una mezcla y sustancia que contiene una cantidad detectable de metanfetamina (sustancia controlada de la Lista II); y 1000 kilogramos o más. más de una mezcla y sustancia que contiene una cantidad detectable de marihuana”.
Según el acuerdo, “Guzmán López empleaba a personas que supervisaban la fabricación y distribución en México, así como la importación desde México a Estados Unidos para su distribución, de miles de kilogramos de polvo de fentanilo y cientos de miles de pastillas de fentanilo”.
El documento añade que “Guzmán López y otros aunaron sus recursos y coordinaron sus actividades para importar grandes cantidades de cocaína, otras drogas y precursores químicos de drogas desde países de Centroamérica y Sudamérica, como Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala, y desde otros lugares, a México. Para ello, utilizaron diversos medios, como aviones de carga, aeronaves privadas, submarinos y otras embarcaciones sumergibles y semisumergibles, buques portacontenedores, buques de suministro, lanchas rápidas, barcos pesqueros, autobuses, vagones de ferrocarril, tractocamiones, automóviles y transportistas interestatales y extranjeros, tanto privados como comerciales. Tras la llegada de las drogas y los precursores químicos a México, los seis conspiradores utilizaron recursos compartidos para descargar y almacenar la droga en el país”.