Efecto coletazo, le llaman en política, y no se refieren al pelo recogido de Claudia Sheinbaum, sino a las posibilidades de que la elección de mayor jerarquía, la presidencial, arrastre votos para todas las demás del mismo partido, ya sean gubernaturas o alcaldías. En esta ocasión, además, la candidata morenista a presidenta de la República avanza con holgada ventaja respecto a sus adversarios. Sheinbaum se revela así como el gran baluarte de Morena en todo el país, imprescindible también en la Ciudad de México, donde las encuestas estrechan cada vez más la distancia entre Clara Brugada y el panista Santiago Taboada. “Un voto por Claudia Sheinbaum es un voto por mí, un voto por mí es un voto por Claudia Sheinbaum”, zanjó la aspirante local en el debate del domingo. Las expectativas morenistas en la Ciudad de México descansan en la lideresa del partido.
La capital de México es la joya de la corona electoral, millones de votos y un escaparate al mundo que la izquierda ha manejado durante 27 años, hasta el gran susto, que llegó en los comicios intermedios de 2021, donde Morena perdió cuatro alcaldías y cedió la mayoría a la derecha. Clara Brugada fue la elegida para movilizar al electorado guinda en una ciudad que, según dijo el presidente López Obrador, se había “empanizado”, haciendo referencia al PAN. La derecha está envalentonada. Santiago Taboada salió airoso del último debate, a pesar de que una de sus mitades se dedicó a la corrupción, el talón de Aquiles del candidato, vinculado con una trama inmobiliaria que ha llevado a la cárcel a tres de sus colaboradores.
Los analistas coinciden, hay juego en la Ciudad de México. Y ello, a pesar de que las posibilidades de la candidata presidencial del frente opositor, Xóchitl Gálvez, no despegan. En circunstancias así, los partidos, en lugar de dejarse arrastrar al precipicio, optan por impulsar el voto cruzado, es decir, salvar al candidato que pueda tener alguna esperanza alejándolo de su colega perdedor. De modo que ya hay algunos Estados, como Morelos, en los que se puede ver en un mismo cartel a la morenista Sheinbaum junto a los aspirantes opositores a la alcaldía y la gubernatura, en este caso José Luis Uriostegui y Lucy Meza, ambos de la coalición del PAN, PRI y PRD. “Tenemos lo mejor de cada partido, reza la enorme lona”. ¿Quién la ha puesto? No se sabe, nadie va a reivindicar abiertamente ese frankenstein político.
“Yo no creo que en la Ciudad de México se vaya a dar ese voto cruzado, es muy difícil pensar que alguien que opte por Sheinbaum lo haga a su vez por Taboada; ni por Xóchitl Gálvez en pareja con Clara Brugada”, dice María Eugenia Valdés Vega, experta en Procesos Electorales de la UAM Iztapalapa. “El voto de la capital es muy ideologizado, tiene que ver con la historia, con la lucha contra el régimen autoritario priista y supongo que la derecha perderá, pero es verdad que le irá mejor a Sheinbaum que a Brugada”, afirma. “Si acaso se da voto cruzado será con las listas para las Cámaras”, aventura Valdés Vega.
Como se esperaba, ya hay voces que reprochan haber alzado a Brugada al cartel de la capital, cuando el aspirante preferido del partido era Omar García Harfuch, que tuvo que dar un paso atrás para atender a la ley, es decir, el reparto equilibrado por sexos en las candidaturas. “Pero esto no es una cuestión de Brugada, es del partido, que necesita movilizar la participación en las urnas, no basta con las preferencias que se manifiestan en las encuestas”, opina Francisco Abundis, de la Consultora Parametría. “Como dicen los ingleses, no es que los conservadores ganen, es que los laboristas pierden. Si no salen a votar, pierden la elección aunque tengan simpatías políticas suficientes para ganarla”. En ese sentido, Abundis ve muy motivada a la oposición en la capital, mientras que observa más dormido al electorado morenista, “como pasó en 2021?, dice. Y esto, asegura, “no se va a resolver con clientelismo”, es decir, sacando a la gente a votar al antiguo estilo, con prebendas o coacciones. Se necesita algo más, sostiene el experto en demoscopia: “Incentivos que realmente movilicen al electorado para acercarse voluntaria y esperanzadamente a las urnas”. Y esa diferencia entre las afinidades políticas por un candidato y el voto efectivo será clave en todo el país, aunque Abundis no duda de que Sheinbaum no tendrá ese problema, porque su ventaja es mucha. En la ciudad, en casi todas las urbes, dice, la participación va a ser clave.
Todo el mundo quiere salir en la foto con Sheinbaum, compartir cartel en las calles y carreteras. Que el efecto coletazo les alcance y les aúpe. Vayan perdiendo o ganando en las encuestas, el arrastre de la elección presidencial suma votos y los morenistas los necesitan para cumplir con su cometido también en las Cámaras legislativas. Pero las miradas están puestas en la capital, precisamente porque son un granero de votos, pero también un triunfo significativo. Gobernar la República con un contrario en el corazón de México no es fácil. “Cuando Morena optó por Brugada ya sabía que tendría que asumir un coste electoral, que estaba sacrificando la competitividad que ofrecía García Harfuch ante el votante de la ciudad, más racional y exigente que en el resto del país”, opina Khemvirg Puente, analista político e investigador de la UNAM. “La fuerza de Claudia no se ha perdido, pero la de Clara descansa en el liderazgo de aquella y de Morena. Le toca administrar la ventaja que aún tienen. No ha hecho buena campaña, Brugada, tampoco buen debate, y no atrae más votos de los que ya Morena tiene. Morena sí le está apostando a administrar esa ventaja a través de Sheinbaum y podrían mantenerla si no siguen cometiendo errores. En este escenario, es probable que se empiecen a utilizar las estructuras del Gobierno de la Ciudad de México y del Federal para tratar de exhibir las debilidades del candidato panista, ya sea con el cartel inmobiliario o con otros asuntos, y aminorar el crecimiento que está teniendo”.
La ventaja que ha ido cosechando y que ha sabido conservar Sheinbaum, nadando de muertita, dicen algunos, la mantiene muy viva. Y su tirón se revela clave incluso en las plazas más difíciles de Morena.