Dossier Politico

En un México marcado por desigualdades persistentes, la Organización Mundial por la Paz emerge como un actor renovado.
Con presencia internacional en más de 90 países y un ideario fundacional que abarca desde el desarme hasta la educación para la paz, esta organización global traduce los grandes principios de la diplomacia humanitaria en acciones en terreno, en las comunidades más lastimadas.
Pueblos con un espíritu inquebrantable y blindados por trabajo y defensa de sus tierras por amor a sus raíces, tradiciones, usos y costumbres ancestrales.
Hoy, su Delegación en Sonora, encabezada por el Licenciado Cristóbal Navarro Anaya, imprime un giro decisivo:
A través de la vinculación y trabajo coordinado con empresas gobiernos y asociaciones civiles, acercar la paz a las comunidades más vulnerables, priorizando a la niñez y una defensa activa de los derechos humanos.
La OMPP/WOFP -que desde los años 90 defiende la paz, la justicia y los derechos humanos- asienta sus funciones en la mediación, el acompañamiento humanitario y el desarrollo de programas educativos y culturales.
En Sonora, esas funciones ya están encaminadas a detectar y diagnosticar las carencias locales, especialmente en zonas rurales y urbanas marginadas.
Implementar acciones como jornadas médico‑quirúrgicas, campañas de salud preventiva y programas formativos para docentes y familias.
Articular redes comunitarias -escuelas, autoridades locales, ONG, padres de familia- para robustecer una cultura de paz en niños y jóvenes.
Cristóbal Navarro define un objetivo claro:
Atender a la infancia como eje central del cambio y fomentar el desarrollo equitativo de las comunidades.
Se trata de garantizar derechos fundamentales como salud, educación, seguridad, como lo destaca los ingenieros Cruz Leticia Bustamante Cota y Carlos Roberto Matty Ortega, así como cada una de las y los integrantes de la OMPP Delegación Sonora.
Todas y todos personas de éxito, trayectoria impecable, sensibles, honorables, íntegros, honestos, profesionales, éticos, humanistas, útiles a la sociedad y comprometidas y comprometidos con el bien común y desarrollo del Estado.
Actualmente, se trabaja en apoyar comedores comunitarios y espacios seguros, donde niños y niñas aprendan valores de convivencia y respeto.
Prevenir la violencia desde la raíz, fortaleciendo el tejido social y promoviendo la equidad.
Estos objetivos tocan de lleno la médula misma de la OMPP:
Una visión de paz que no es la mera ausencia de conflicto, es más bien una construcción cotidiana basada en justicia, diálogo, servicio comunitario y educación para la convivencia.
En Sonora se juega un propósito concreto:
Que la paz se convierta en herramienta de desarrollo real en Sonora.
La Delegación Sonora busca reforzar la protección de Derechos Humanos de los niños, acompañándolos desde la prevención hasta la atención integral.
Implementar estrategias de desarrollo comunitario, con proyectos en salud, deporte, cultura y educación, que empoderen a las personas y fortalezcan su capacidad de autoprotección desde la infancia y la adolescencia.
Ser factor de incidencia política, estableciendo alianzas estratégicas con instancias públicas, instituciones educativas y organizaciones civiles, para hacer sostenible y escalable el impacto.
La OMPP/WOFP no ofrece simples slogans:
Sus valores nacen del activismo y se consolida con proyectos evaluables que apuntan hacia una paz con resultados palpables.
Porque Sonora es un reflejo del México contemporáneo, con zonas desatendidas, comunidades indígenas, brechas educativas y falta de acceso a servicios donde existen áreas de oportunidades para abonar a soluciones.
Que una organización como la OMPP coloque a la niñez y los derechos en el centro demuestra un diagnóstico certero:
Aquí la paz se construye día a día, escuela por escuela, colonia por colonia.
Y hacerlo desde adentro, encarnado por líderes con conocimiento local como Navarro Anaya, multiplica las posibilidades de éxito.
La OMPP en Sonora no llega a decorar un escritorio, llega a poner la firma en convenios, jornadas, redes y voluntariados.
El reto es ambicioso:
Traducir un ideal global en dignidad local.
Y si lo logra, se creará un modelo replicable en México y proveerá un paradigma real:
Que la paz, cuando se edifica sobre Derechos Humanos valores, legalidad y oportunidades, es el motor más eficaz del desarrollo en el mundo.
La pregunta que hoy nos toca a todos los sonorenses -y a México entero- es firme:
¿Estamos dispuestos a respaldar este proceso con compromiso real?
Más allá del aplauso, la respuesta requerirá tiempo, recursos, voluntad política y participación ciudadana.
Así, Navarro Anaya y la Delegación Sonora podrá encender un verdadero recorrido hacia la paz duradera, cimentada desde los niños y los Derechos Humanos en todas las comunidades del Estado.
Ese sería, sin duda, un triunfo genuino de nuestra vocación de servicio.
Desde aquí, mi compromiso como periodista y defensor de Derechos Humanos de aportar mi esfuerzo a esta gran misión y propósito en la vida:
Servir.
Dios lo permita.
Al tiempo.
El autor con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación, es periodista en Derechos Humanos, Migración y Medioambiente.
Además es defensor de Derechos Humanos en Sonora.
Director de AM Diario, colaborador en medios de Sonora como Dossier Político, Pajarito News, de Arizona como Irreverente Noticias y Ciudad de México como Esfera Noticias.