La compañía espacial de Elon Musk llevaba a cabo una prueba de ignición de su cohete de cara a un próximo lanzamiento
Miguel Jiménez
La Starship de SpaceX tiene a todos acostumbrados a lo que eufemísticamente se denomina “desmontaje rápido no programado”, es decir, a explotar. Pero esos accidentes se suelen producir después del lanzamiento. En la noche de este miércoles (madrugada en la España peninsular), la nave espacial de la empresa de Elon Musk ha explotado en tierra durante una prueba de fuego estático de su cohete Super Heavy.
Se trataba de una prueba rutinaria de abastecimiento de combustible e ignición, con vistas a preparar la décima prueba de vuelo de la nave espacial, cuya fecha aún no estaba anunciada. El objetivo de esas pruebas de fuego estático es comprobar el funcionamiento de todo el sistema. La prueba es estática porque el cohete permanece inmovilizado durante la combustión. Durante el ensayo se puede verificar el rendimiento de los motores, la capacidad de empuje y la funcionalidad de otros sistemas clave. Sin embargo, al rato de encenderse los motores, la nave espacial ha estallado provocando una enorme bola de fuego en Starbase, que es al tiempo la base de SpaceX y el municipio de Texas de reciente constitución donde esta se encuentra.
Según la retransmisión del ensayo que estaba llevando a cabo la web especializada NSF, la explosión se produjo a las 11:01:52 de Texas, casi las 6.02 minutos en la España peninsular. El accidente supone un serio contratiempo para SpaceX por los daños causados en la base. Tras la inicial, se han sucedido otras explosiones menores y un enorme incendio continuaba una hora después del incidente. La compañía no dio explicaciones de forma inmediata acerca de lo ocurrido.
La Starship logró a finales de mayo alcanzar el espacio, antes de estallar por tercera vez consecutiva. No lo hizo, como en las dos pruebas anteriores, sobre el océano Atlántico, sino mucho después sobre el Índico. De hecho, despegó con éxito. Después, SpaceX dijo que había perdido el control de la aeronave. La compañía comunicó lo que eso suponía: el cohete no regresaría a Tierra, como estaba previsto.
La de este miércoles era la segunda prueba estática de ignición de cara a la preparación del décimo ensayo de vuelo con el cohete. SpaceX consideró que la novena prueba de vuelo marcó un hito importante al devolver a la Starship al espacio. La compañía anunció que revisaría los datos y que implementaría nuevas mejoras en los trabajos de preparación de los próximos Starship y Super Heavy para el vuelo. “Las pruebas de desarrollo, por definición, son impredecibles, pero cada lección aprendida supone un avance hacia el objetivo de Starship de hacer posible la vida en otros planetas”, concluyó con optimismo la empresa en esa ocasión.