A partir de 2018, han desaparecido instancias de información pública claves del país, como la del acceso a la información, el INAI, o el Instituto Nacional Para la Evaluación de la Educación
No hay nada que los supla hoy, igual que a la Encuesta Intercensal de 2025, que ofrecía datos sobre la realidad municipal, y al Sistema de Información y Gestión Educativa , SIGED, que reportaba cosas como el número de alumnos por nivel educativo, las nóminas magisteriales y los resultados de las evaluaciones internas de la SEP.
Sin esa información es imposible planear con detalle la asignación de recursos. Borrándola de la mirada pública, sin embargo, el gobierno puede proceder con la opacidad que quiera sin contrapeso alguno.
Desaparecidos también, con los mismos efectos, están los Informes del Estado General de la Ciencia, que existieron hasta 2022 y cuya ausencia explica bastante del manejo atrabiliario de la política científica del país.
A la desaparición de instituciones e informes, hay que agregar la ausencia de datos oficiales que antes estaban disponibles y actualizados.
La lista es larga y significativa. Hay ausencia de información continua, y por tanto una especie de tierra de nadie, propicia a la confusión y al manipuleo, en materia de homicidios, en materia de desaparecidos, en materia de violación de derechos humanos, en materia de salud, en materia de compras gubernamentales, en materia de reservas energéticas, en materia de tomas clandestinas, de huachicol y de mercado negro petrolero, en materia de obras públicas asignadas al ejército y , por tanto, en materia del Tren Maya, del AIFA, de Dos Bocas y del Corredor Interoceánico.
Todo esto puede leerse con detalle en el reporte de Signos vitales. El pulso de México de abril de 2025, que cité aquí el martes. Su conclusión es: “El gobierno mexicano ha decidido no generar, retrasar y manipular información, lo que ha impedido, deliberadamente, el ejercicio de la rendición de cuentas, debilitando la vigilancia ciudadana y bloqueando la posibilidad de corregir errores o fracasos institucionales. ”
Desaparecer la información pública le sirve al gobierno para ocultar lo indeseable políticamente. Contra su silencio deliberado, no hay defensa.