“Pa’ que lo sepan, no andamos jugando/ Las cuatro letras siguen funcionando/ Sigue rifando el señor de los gallos”, cantan Netón Vega y Luis R. Conriquez en un corrido bélico reciente que alcanzó el lugar 36 en la lista de hits latinos de Billboard.
Cualquiera puede escuchar ése y otros temas de él, Víctor Mendívil, Junior H, en Spotify, Amazon, Apple. Por eso hay mucho de futilidad, e hipocresía, en esta excitación de prohibir los “narcocorridos” en los conciertos. Yo puedo llegar y marcharme con esos temas en mis audífonos, pero la autoridad no me permitirá escucharlos en vivo.
Después de la gritería que se armó con Los Alegres del Barranco y la Universidad de Guadalajara, el gobierno de Delfina Gómez amenazó a quienes se atrevieran a hacerlo en la Feria de Texcoco. Luis R. Conriquez (ni más ni menos) escribió en sus redes antes de presentarse el viernes: “Entramos a una nueva etapa, mi gente, sin corridos y todo eso, se siente feo no poder cantar lo que la gente quiere escuchar, pero nos sumamos a la causa de cero corridos”.
Pero la “gente” que asistió quería escucharlos. Conriquez les dijo no y, desilusionados y enfurecidos, pasaron a los destrozos. Conriquez se retiró. ¿Quién ganó? De milagro aquello no acabó en una tragedia. Hubo siete heridos, me dicen que dos de gravedad.
X: @CiroGómezL