
Mañana se decidirá quien ocupará la rectoría de la Universidad de Sonora. Este 8 de abril sesionará el Colegio Universitario y sus 138 integrantes -que llegaron a ese cargo representando a estudiantes, académicos y empleados mediante una elección a la que no se convocaba desde hace más de 30 años- votarán en urna entre tres opciones.
Estas surgieron de una consulta previa, tal como lo establece la Ley 169, que sustituyó a la Ley 4, vigente desde 1991 cuando el entonces gobernador Manlio Fabio Beltrones se aventó el tiro, apoyado por priistas y panistas (y partidos satélites como el PPS, el PARM y el PFCRN) en el Congreso del Estado de instaurar un nuevo modelo en la administración y la gobernabilidad de la Universidad de Sonora.
Del balance de esos 30 años cada quien tiene sus lecturas, pero el hecho cierto es que en la decisión de mañana, el Colegio Universitario decidirá si Dena María Camarena, que obtuvo la mayor cantidad de menciones en la consulta; Cuauhtémoc González, que ocupó el segundo lugar y sumó a dos candidatas a su proyecto (Judith Tánori y María Elena Robles, que obtuvieron una votación digamos precaria),y Aarón Grageda, que nunca se pudo sacudir el estigma de ser el candidato del gobierno del estado, por haber ejercido como secretario de Educación en la primera mitad de la gestión de Alfonso Durazo.
La semana pasada, cuatro de los candidatos arrastraron la pluma y concluyeron que los votos obtenidos por todos ellos superaban a los que ganó Dena María Camarena. Por lo tanto, sentenciaron, la comunidad universitaria se pronunció en contra de la continuidad y el Colegio Universitario debe, en congruencia con esa tendencia, elegir a uno de ellos como el próximo rector o rectora, porque el 60 por ciento de la comunidad universitaria votó en contra de la continuidad, asumiendo que la continuidad está representada por Dena María Camarena.
Los números no mienten, pero se puede mentir con los números, dice una vieja conseja popular.
Así es que hasta este despacho hacen llegar una interpretación del resultado de la consulta, que más o menos dice así:
Si Aarón, Cuauhtémoc, Judith y María Elena dicen que entre los cuatro tienen más votos que Dena María, tienen razón. Pero lo que no dicen es que la comunidad universitaria votó por los proyectos que representaba cada uno de ellos en lo particular.
Porque en la lógica de los resultados entre alternancia y continuidad, yéndonos a los números de la consulta, si a Dana María Camarena la rechaza el 60% de los universitarios, a Cuauhtémoc lo rechaza el 71.29%; a Aarón lo rechaza el 80.43%; a María Elena la rechaza el 98.07%, a Judith la rechaza el 95.94% y a Ezequiel (candidato más marginal que Judith y María Elena) lo rechaza el 93. 8%.
Pero de nuevo, vámonos a los numeritos: de las seis facultades interdisciplinarias, Dena María ganó en cuatro. Aarón Grageda ganó en la de Ciencias Exactas y Naturales y Cuauhtémoc en la de Ciencias Sociales, una cada quien.
Finalmente, mañana el Colegio Universitario debe decidir sobre uno de ellos.
Mi prospectiva es que ganará la rectoría Dena María Camarena, de quien no tengo la más remota idea del callejón en el que espanta.
Y como apunte final, tendría que sugerir -si es que las sugerencias sirven de algo-, que dentro de cuatro años, si le quieren poner un tope a la continuidad, los candidatos de la alternancia podrían asumir eso y no perderse en los vericuetos de los numeritos que en esta elección, no los favorecieron.
Por cierto, el 29 de abril es el emplazamiento a huela en la Unison y eso no se puede observar fuera de este contexto.
II
Entiendo que la primaveral lectora, el sediento lector ya andan en ‘chores y chanclas’ viendo para dónde apunta la misma y proceder en consecuencia, escogiendo uno de los múltiples destinos turísticos del estado, del país o del extranjero, estos últimos reservados solo para aquellos que están por encima de la franja de la austeridad republicana y la honesta medianía, como supongo son sus casos.
En el mío, tengo muchas ganas de viajar a Europa como el año pasado, cuando también tuve muchas ganas.
Lo bueno es que en los últimos meses se han desarrollado acciones estratégicas para rescatar los principales puntos turísticos del estado a los que se puede acceder sin castigar mucho la cartera y se convertirán en punto de encuentro de miles de familias sonorenses.
En Hermosillo, por ejemplo, se rescató el bosque urbano La Sauceda, que ofrecerá una amplia gama de actividades para chicos y grandes, y el Centro Ecológico que tiene nuevos atractivos; ni qué decir del recién inaugurado Malecón Turístico de Huatabampito al que será bueno monitorear de cerca porque tiene potencial en la región sur del estado, donde en materia turística pocos gobernantes habían vuelto la mirada.
Desde luego, apunte usted en su agenda los Pueblos Mágicos de Ures, Magdalena y San Carlos con el Estero del Soldado y el Delfinario; las playas de Puerto Peñasco y Bahía Kino; la Ruta de las Misiones y la del Río Sonora que llevan hasta lo más alto de la sierra, donde se puede disfrutar del reencuentro con las tradiciones y la riquísima gastronomía, fusión de olores, colores y sabores que cuentan la historia del encuentro de la vieja Europa con los pueblos originarios en esa región, a donde llegaron hace un par de siglos no solo misioneros, sino mineros, comerciantes, agricultores del viejo continente.
Eso derivó en una mixtura maravillosa de culturas que vale la pena revisitar. Como anécdota, les cuento que cierta vez, andando en el derroche de tumba’o por Hungría, me llevaron a comer el platillo tradicional de ese país y cuando lo sirvieron resultó ser que era un ‘caldito Terrenate’. Básicamente un guisado de carne de res con papas y otras verduras y condimentos que otros conocen como ‘bistec ranchero’ y que tiene muchas variantes y que cuando yo dije: “es igual al que hace mi tía Bacha en Terrenate”, me dijeron: “No, el que hace tu tía Bacha es igual al que hacen aquí”.
Y pues sí, fue como descubrir también que la carne con chile colorado que ha dado fama y gloria a los pueblos de la sierra sonorense tiene como ingrediente mágico la paprika, que no es otra cosa que los chiles secos y hechos polvo para condimentar cualquier cantidad de platillos.
En fin, de las otras mixturas que derivaron en hombres y mujeres güeras de ojos claros luego hablamos, pero de que la sierra es un destino turístico obligado para quienes no simpatizan mucho con la idea de ir a llenarse las verijas de arena en las playas, lo es. Aclarando que las playas de Sonora desde Huatabampito hasta Puerto Peñasco, pasando por Bahía Kino, tienen mucho más que eso.
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