WORLD ENERGY TRADE / Por Lu Zheng, profesor asociado del Department of Economic Management de la Universidad de Sichuan, PhD in Economics
El 60% del litio se encuentra en Latinoamérica. Este escenario ha despertado el interés de las principales empresas mineras del mundo por participar en nuevos proyectos en la región bajo la figura de la coopetición.
En 2021, las Naciones Unidas declararon las baterías de litio como el pilar de un mundo libre de combustibles fósiles, lo que impulsó un auge en la industria de este mineral.
Latinoamérica, hogar del 60% de las reservas mundiales de litio, según la BBC, se convirtió en el epicentro de este mercado en desarrollo.
Si bien Australia lidera la extracción de litio con 86.000 toneladas métricas en 2023, seguida por China con 33.000 toneladas métricas, Chile y Argentina se posicionan como actores clave.
Según la consultora Statista, Chile ocupa el segundo lugar con una producción aproximada de 44.000 toneladas métricas, mientras que Argentina se ubica en el cuarto puesto con 9.600 toneladas métricas.
Esta riqueza mineral presenta un escenario de oportunidades donde la coopetición entre empresas internacionales especializadas en la extracción de litio se vuelve crucial.
La colaboración en licitaciones estatales y el desarrollo público – privado de proyectos permitiría a estas empresas aprovechar el crecimiento proyectado del mercado, que se estima que pasará de US $30 mil millones en 2017 a US $100 mil millones para 2025, según Nature Reviews Materials.
Un ejemplo exitoso de coopetición es la alianza entre Apple y Google durante la pandemia de COVID-19. A pesar de ser competidores, ambas empresas colaboraron en el desarrollo de un sistema de rastreo de contactos utilizando Bluetooth, lo que les permitió consolidar una imagen positiva y fortalecer su posición en el mercado.
El concepto de «coopetición», acuñado en 1996, describe la cooperación entre competidores para lograr un objetivo común. Según Harvard Business Review, las razones para estas alianzas pueden ser la reducción de costos, la unión de fuerzas o la gestión de proyectos de gran envergadura.
En el caso del «oro blanco», países como Chile están impulsando la coopetición a través de iniciativas como la «Estrategia Nacional del Litio», lanzada en marzo de 2024.
Esta estrategia busca atraer a empresas nacionales e internacionales para la exploración, explotación y beneficio del litio, en colaboración con Codelco y Enami.
Un ejemplo notable de coopetición en la industria del litio es la alianza «Talison Lithium» en Australia, donde la empresa china Tianqi Lithium se unió a Albemarle e IGO para operar la mina Greenbushes, la más grande de litio de roca dura del mundo.
Esta asociación ha permitido expandir la capacidad de producción, mejorar la eficiencia técnica y promover la sostenibilidad económica y ambiental.
La coopetición para fomentar la sostenibilidad
La coopetición en la industria del litio no solo puede impulsar el crecimiento económico, sino también fomentar el desarrollo sostenible en las regiones donde se encuentran estos recursos.
Al compartir conocimientos y tecnologías, las empresas pueden minimizar el impacto ambiental y social de la extracción de litio, asegurando un futuro más equitativo para las comunidades locales.
Siguiendo este modelo, Chile también ha incorporado la coopetición en su «Plan de Hidrógeno Verde», lanzado en mayo de 2024.
La alianza con Alemania para la transición energética, establecida en junio de 2024, es un ejemplo de cómo la colaboración internacional puede impulsar el desarrollo de energías limpias.
La coopetición se presenta como una estrategia clave para que los países latinoamericanos aprovechen al máximo su riqueza en litio. La colaboración entre empresas privadas, con su experiencia y capacidad productiva, y los gobiernos, con sus objetivos de sostenibilidad y crecimiento económico, puede convertir a la región en un motor de la electromovilidad y la transición energética global.