Nada tiene que ver la imagen de ayer con las de hace pocos años. Los dos únicos gobernadores priistas, quizá los dos últimos de su especie, lucen felices al lado de la presidenta Sheinbaum al término de la gira de tres días por Durango y Coahuila. El duranguense Esteban Villegas le teje un largo elogio a la mandataria y califica de histórico el fin de semana. El coahuilense Manolo Jiménez exalta: “La Presidenta le está cumpliendo a Durango, a Coahuila y le está cumpliendo a México”. Ambos están animados, el tiempo presente les sienta bien. “Y podemos gobernar, con las dificultades de siempre, pero podemos hacer nuestro trabajo”, nos dijo Manolo en la semana a un grupo de periodistas. Comparo la imagen con las de 2020-21, las de tres, luego cinco, nueve, 12 gobernadores no morenistas con cubrebocas que se juntaron en una retadora alianza federalista para no dejarse arrasar por López Obrador: El Bronco, Riquelme, García Cabeza de Vaca, Rosas Aispuro, Aureoles, Alfaro, Peralta, Sinhue, Orozco, Domínguez, Carreras e incluso Corral. Pero eso fue ayer. Hoy no hay gobernador de oposición con ganas de pelear, siquiera de retar, tal vez porque, en efecto, la Presidenta les está cumpliendo.