Una especie en peligro de extinción
La mañana del 24 de junio de 2012, fue quizá, uno de los días más tristes para el Parque Nacional Galápagos de Ecuador y muy probablemente para el planeta y la humanidad. Poco después de las ocho treinta de la mañana, uno de los encargados entró al encierro de la tortuga gigante conocida como Solitario George, que había sido encontrado en 1972, cuando se creía que ya no había nadie de su especie.
Pero en esta ocasión, el veterano cuidador encontró George en una posición extraña, con el cuello colgante, las patas extendidas y el caparazón en contacto con el suelo. Fusto Llerena –como se llamaba el cuidador–, de inmediato se dio cuenta de lo que sucedía: George estaba muerto y el galápago de la Isla Pinta se había extinguido. Con su muerte, no sólo llegaba a su fin un antiguo linaje de tortugas gigantes, con su último respiro también se borraba parte de la historia del planeta, de su evolución y de las especies que lo han habitado.
La extinción es por definición la desaparición de una especie o en general, la de un conjunto de organismos agrupados por algún parentesco evolutivo. Si bien los científicos, consideran que este proceso forma parte del curso natural de la historia de la tierra, lo cierto es que también han reconocido, que al menos durante los últimos cien años, la acción del hombre lo ha acelerado, provocando una pérdida neta de la biodiversidad. Cifras recientes indican que una de cada cuatro especies se encuentra en la categoría de peligro de extinción.
Dentro de este grupo en riesgo, encontramos a la vaquita marina, que es un mamífero marino endémico de la región norte del Golfo de California y uno de los más amenazados a nivel mundial, debido a su alta tasa de mortalidad incidental en redes agalleras y de enmalle, derivado de las actividades de pesca (legal e ilegal) que se llevan a cabo en su hábitat, principalmente para la captura de totoaba, otra especie endémica del Alto Golfo.
Desde 1990, tomaron relevancia las acciones para su protección, de ahí que se propusiera la creación de una reserva en su hábitat. En 1997, se estableció el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita y con él, un programa de monitoreo, que permitiera proporcionar de manera precisa un dato sobre su población. El resultado que arrojo, fue un número estimado de 567 ejemplares de vaquita marina. En 2005 se estableció el Área de Refugio para la Protección de la Vaquita, con el objetivo de reducir su mortalidad incidental. No obstante, los distintos esfuerzos implementados, para atender la problemática, la población, año con año ha ido disminuyendo drásticamente.
Para 2018, el número de vaquitas estimado por el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (CIRVA) fue menor a 20, mientras que, durante los trabajos de campo realizados en el 2019, se tuvieron siete avistamientos de vaquitas entre los que se encontraban madres con crías.
De acuerdo con el más reciente Reporte del Crucero de Investigación Vaquita 2023, el grupo de científicos –a través de 2 embarcaciones– logró obtener 61 detecciones acústicas y 16 avistamientos que incluyeron 1 a 2 crías. De esta forma, concluyeron que había un 76% de probabilidad de que el número total de animales avistados, incluidas las crías, estuviera entre 8 y 13 individuos, dado que la búsqueda fue en una pequeña porción del área histórica de distribución de la vaquita.
Del mismo modo, los científicos señalan en su informe que este cálculo es aproximadamente el mismo que el de octubre de 2021. Aclarando que a partir de los estimados de los años 2019 a 2023 no se puede llegar a concluir si las vaquitas están aumentando o disminuyendo. Pero, a pesar de esto, los participantes del Crucero de Investigación Vaquita 2023, observaron la ausencia de redes agalleras en la Zona de Tolerancia Cero y al ver las vaquitas saludables alimentándose sin ser perturbadas, les deja un tono de optimismo de que la especie no está condenada a continuar su disminución poblacional hasta la extinción, siempre y cuando las medidas de conservación continúen.
Que este 14 de julio, considerado como el Día Mundial de la Vaquita Marina, sirva para crear conciencia sobre la situación que está viviendo este mamífero marino y promovamos todas las acciones necesarias a su favor.
Hace tiempo, el escritor checo, Milan Kundera decía: “La verdadera prueba moral de la humanidad. Su prueba fundamental consiste en sus actitudes hacia aquellos que están a su merced: los animales.”
Autor: Comunicado