Los temas macroeconómicos abonaron a la falta de confianza de los desarrolladores para edificar más proyectos, especialmente los dirigidos al segmento social
Fernando Gutiérrez
La construcción de vivienda en México tocó fondo en el 2024, ya que el año pasado se construyeron 128,147 hogares, es decir el nivel más bajo plasmado en el Registro Único de Vivienda (RUV), que contempla datos desde el 2013.
De acuerdo con los registros del RUV, la cifra del 2024 es 2.17% menor a la registrada en el 2023, lo que para especialistas habla de una falta de confianza por parte de los desarrolladores, que ante los factores coyunturales han apostado por decisiones estratégicas que les generen mayor rentabilidad a costa de un menor ritmo en la edificación de hogares.
“Es un dato que evidencia la profunda crisis que vive el sector en términos de desequilibrio entre una fuerte demanda por un lado que está empujando los precios al alza, con una oferta contenida y con una crisis de una restricción de inventario”, comentó Leonardo González, country lead en México de la firma Algorym.
El sector de la vivienda atraviesa la tormenta perfecta. La demanda habitacional es constante en un país donde existen cerca de 8 millones de hogares en situación de rezago, pero donde los precios se han elevado de manera importante, ya que al tercer trimestre el valor promedio creció 9.2% de forma anual para ubicarse en 1 millón 734,535 pesos.
Factores como un entorno de tasas de interés elevadas, el retiro de los subsidios gubernamentales para la compra de vivienda de interés social y la inflación en los precios de los materiales, han golpeado la confianza de los constructores.
“Muchos desarrolladores han perdido la confianza, han dejado de producir y han postergado proyectos y otros, pues simplemente han salido de la industria en busca de otras actividades en el desarrollo de vivienda. No fue del todo favorable el periodo 2018-2024 y se ha generado un clima de crisis de confianza, porque no hay garantías para obtener rentabilidades que se venían observando”, apuntó González.
¿Qué tipo de vivienda se construye?
De acuerdo con datos del RUV, la mayor parte de la construcción de vivienda del 2024 se concentró en los segmentos popular B2 a la tradicional, es decir, aquella que tiene un valor a partir de los 422,468 pesos hasta 1 millón 155,186 pesos.
Tipo de vivienda que se construyó en el 2024Infográfico EE
Para González, este comportamiento demuestra el abandono que se ha tenido de la vivienda económica, es decir, aquella que tiene un valor de hasta 389,463 pesos, que es la que más se necesita para cubrir el déficit habitacional en el país.
“Se registra una mayor proporción de vivienda popular y tradicional, lo que es consistente con las tendencias de mercado, pero vemos la escasez de vivienda de interés social, que es la piedra angular de la crisis de vivienda y es uno de los principales retos hacia el corto y mediano plazo”, apuntó el especialista.
Impacto en la economía
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el sector de la vivienda aporta alrededor de 5% al Producto Interno Bruto del país y la construcción de habitacional aporta 67.7% de este total.
De acuerdo con el directivo de Algorym, la importancia del sector de la vivienda radica en que impacta en distintas ramas de la economía, por lo que es importante que se revitalice la producción habitacional no sólo para combatir el rezago sino también por temas macroeconómicos.
“La vivienda es básica para detonar una serie de ramas, sectores y subsectores económicos en función de su nivel de crecimiento y genera un efecto cascada por cada vivienda producida, ya que por cada unidad de vivienda que genera 100 pesos, 37 pesos son generados en ramas asociadas como el acero, el cemento, la varilla, el concreto y otros sectores secundarios como la decoración de interiores muebles”, destacó González.
Hacia el futuro
El plan del gobierno actual de construir 1 millón de viviendas por parte de distintos organismos gubernamentales parece ser una luz en el camino de la industria habitacional, ya que los desarrolladores pueden aprovechar este impulso para construir más hogares en los próximos seis años.
Para Leonardo González, si bien todavía hay factores que pueden incidir en la confianza de los desarrolladores hacia el futuro, como la relación de México con el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el impacto del nearshoring, es importante analizar el camino que tomen las distintas empresas del sector para conocer el rumbo de la industria habitacional en los próximos años.
“Hay vivienderas como Vinte, Ruba, Sadasi y ARA, que van a estar muy activas en la producción de vivienda. Al ser empresas que participan en el registro de viviendas del RUV, podrían considerarse como las empresas de producción de vivienda líderes y en ese sentido, la ubicación de sus proyectos, la estrategia de de reservas territoriales y sus planes de crecimiento serán críticos para poder ver incrementos en la producción de vivienda como tal”, comentó González.
El especialista apuntó que, si se considera que desarrollar un proyecto habitacional toma entre tres y cuatro años, es importante generar que empresas vivienderas retomen la confianza para producir más hogares, los cuales puedan estar listos para comercializarse hacia el 2030.
En este contexto, González apuntó que la vivienda usada tomará un papel fundamental para poder cubrir la falta de nuevos hogares, especialmente en las grandes urbes donde la demanda se ha incrementado. “La vivienda usada se va a consolidar como una tendencia importante durante el 2025″.