¿Te imaginas una reserva natural que tuviera montañas, playas, cañones, islas, ríos, esteros y valles? La Reserva Especial de la Biosfera Cajón del Diablo en Sonora es ese lugar.
Además de ser hogar de una gran cantidad de especies de animales, algunas en peligro de extinción, Cajón del Diablo tiene paisajes de película, por lo cual es un destino perfecto para hacer ecoturismo.
Te contamos más sobre cómo visitar y qué hacer en Cajón del Diablo, el paraíso escondido de Sonora.
¿Cómo llegar a Cajón del Diablo?
La reserva se ubica junto a San Carlos, por lo que este destino a orillas del Golfo de California es el punto de partida ideal para visitar.
Algunas de las playas al sur de la reserva se pueden acceder a pie, dejando el auto en uno de los caminos que se ubican a un par de kilómetros de la costa. Igualmente, si eres un senderista experto, puedes acceder por tu cuenta a algunas de las rutas de senderismo más cercanas a la carretera.
Sin embargo, es recomendable visitar el Cajón del Diablo con ayuda de guías experimentados y operadores turísticos certificados. Puedes contratar un tour en San Carlos, hay diferentes paquetes y puedes escoger entre actividades como senderismo, campismo, rapel o pesca, así como las zonas específicas de la reserva que te gustaría visitar.
Es importante mencionar que se requiere obtener permisos especiales para ingresar a ciertas áreas de la reserva y es importante seguir las reglas y pautas de comportamiento para minimizar el impacto humano en el medio ambiente.
¿Qué hacer en Cajón del Diablo?
Si te gusta caminar en medio de la naturaleza y descubrir paisajes extraordinarios, Cajón del Diablo es un destino hecho a tu medida.
Uno de los principales puntos de interés es el paraje formado por los cañones La Poza y El Alacrán, cuyos altos muros encierran un estrecho oasis con palmeras y aguas cristalinas.
Hablando de cañones, el Cañón del Nacapule es uno de los atractivos más conocidos de la reserva, con sus asombrosos paisajes de valles de palmeras de gran altura enmarcadas por montañas.
La cima Pico Alto es otro destino favorito entre los senderistas. Desde el cenit de esta elevación, se puede admirar una vista panorámica del mar y la sierra que te dejará sin aliento. Además, hay una famosa caverna desde donde puedes tomar fotos impresionantes.
Un rasgo único de Cajón del Diablo es la combinación de paisajes desérticos y montañosos con asombrosos paisajes de playa. Una de las playas más icónicas es El Choyudito, conocida por su islote poblado con cactus.
Playa Venecia y sus cuevas es otra zona de la costa que atrae a los viajeros con sus recovecos, islotes y pequeñas bahías.
El Himalaya es quizá la playa más conocida de la reserva. Además de la costa montañosa y aguas cristalinas, es conocida por la enorme piedra que vigila la entrada al mar.
El Pandito, Vaca Echada y San Agustín son dos playas en la zona central de la reserva cuyos atardeceres te harán sentir en Marte, con sus montañas rojizas y paisajes desérticos.
Playa Candy, al norte de la reserva, esconde paisajes similares a los que encontrarías en el desierto de Namibia, con suaves dunas de arena desembocando en el mar.
Recomendaciones para visitar
Lleva suficiente agua para mantenerte hidratado.
Lleva una mochila con comida ligera, ya que los recorridos son largos y no hay dónde conseguir alimentos.
Usa ropa cómoda y fresca, durante el día hace bastante calor.
Ponte protector solar, ¡es el desierto!
Toma en cuenta que es posible hospedarte en cabañas o acampara en las zonas autorizadas.
Datos fascinantes de Cajón del Diablo
Cuenta con 147 mil hectáreas y comprende ecosistemas terrestres y marinos.
Es habitado por 239 especies de plantas y más de 1,400 especies de fauna.
Se conocen 67 especies de mamíferos, repartidas en 20 familias. Venados, lobos marinos, pumas, ocelotes y murciélagos son algunos mamíferos que la habitan.
Es Reserva Especial de la Biosfera desde 1937, ¡una de las primeras en México!