Cristina Gómez Lima
Hermosillo, Son., El suelo seco y agrietado que recorre Sonora no sólo es un reflejo de la falta de lluvias, sino también de los desafíos que enfrentan quienes dependen del agua para sostener la vida en el campo.
Al cierre de 2024, 95.8 por ciento del estado padece sequía de moderada a excepcional, según el Monitor de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), un panorama crítico que deja a 69 de los 72 municipios en condiciones precarias y con urgencia de soluciones inmediatas.
En respuesta, dicho organismo federal desarrolla proyectos estratégicos para avanzar hacia la sustentabilidad hídrica, con énfasis en el uso eficiente del líquido en el campo.
A su vez, agricultores, ganaderos y comunidades rurales luchan contra la incertidumbre mientras intentan adaptarse a un entorno cada vez más hostil.
En el corazón agrícola de Sonora, el distrito de riego 018 del pueblo yaqui –el primero administrado por una comunidad originaria– es una prioridad.
Desde 2021 se busca incorporar 35 mil 940 hectáreas más a este sistema, en beneficio de 3 mil 355 usuarios en los municipios de Bácum, Cajeme, Guaymas y San Ignacio Río Muerto, de tal forma que abarque más de 120 mil hectáreas.
De acuerdo con la Conagua, esto ha requerido una inversión federal por más de 9 mil 400 millones de pesos. Pese a avances, la sequía no cede. Para el ciclo agrícola otoño-invierno 2024-2025, productores temen dejar sin sembrar unas 320 mil hectáreas en los Valles del Yaqui y del Mayo.
La baja en los precios internacionales del trigo –que oscilan entre 285 y 300 dólares por tonelada– ha agravado la situación.
Agricultores venden su maquinaria para subsistir
Álvaro R. Bours, presidente de la Asociación de Organismos de Agricultores del Sur de la entidad, señaló que muchos agricultores han vendido su maquinaria para subsistir.
Además de la agricultura, el sector ganadero resiente los efectos del severo estiaje y enfrenta pérdidas devastadoras. El hato ganadero de Sonora se ha reducido en más de 50 por ciento en los últimos años, sostuvo Juan Ochoa Valenzuela, presidente de la Unión Ganadera Regional del estado.
Aunque este año se alcanzaron cifras récord en la exportación de reses, con 354 mil 480 cabezas y precios de hasta 130 pesos por kilogramo en pie, las ventas han sido más un acto de supervivencia que un logro económico.
La reciente clausura de la frontera por la presencia de gusano barrenador ha dejado varadas más de 10 mil reses, lo que agrava la situación.
Frente a esta crisis, el gobierno estatal y la Conagua intensifican esfuerzos para rehabilitar y modernizar infraestructura hidráulica.
En 2024 se trabajó para recuperar 77 presas y se tecnificaron al menos 16 mil hectáreas de áreas agrícolas en 87 distritos de riego. Además, 481 unidades de riego recibieron obras de mejora con una inversión de 467 millones de pesos.
Los poblados rurales comienzan a transformar sus prácticas por necesidad. Muchos agricultores optan por cultivos que requieren menos agua, otros ven en el futuro un camino incierto. El problema no es sólo la sequía, sino la falta de preparación para enfrentarla, consideró Ochoa Valenzuela.
Con un sistema de presas que alcanzó apenas 10.8 por ciento de su capacidad en promedio, en abril, y un territorio mayoritariamente seco y agrietado, Sonora enfrenta a la urgente necesidad de un replanteamiento hídrico.
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