Cooperativas pesqueras del Alto Golfo de California podrían posicionarse como un modelo de pesca para la conservación y protección de especies endémicas
Gloria Negrete / TRIBUNA DE SAN LUIS
El Alto Golfo de California es un ecosistema marino, rico en biodiversidad, donde se desarrollan pesquerías artesanales que son esenciales para el bienestar de comunidades como San Felipe, Baja California y el Golfo de Santa Clara, Sonora, por lo que organizaciones dedicadas al cuidado del medio ambiente trabajan en acciones para impulsar la pesca sustentable e incluyente.
Se dio a conocer que en este contexto, un proyecto liderado por Pronatura Noroeste y financiado por el Fondo Canadá para Iniciativas Locales (FCIL), busca promover la autorregulación entre los permisionarios y las organizaciones de pesca artesanal, así como el co-manejo en las pesquerías de curvina golfina y camarón.
Este esfuerzo involucra la participación de, al menos, 12 cooperativas pesqueras que representan el 35% de las existentes en San Felipe, así como la capacitación y sensibilización del personal de cuatro instituciones gubernamentales responsables de la regulación pesquera a nivel local y regional. Además, se han involucrado otras cooperativas de pesca artesanal de El Golfo de Santa Clara, Sonora.
Pronatura Noroeste indicó que con este proyecto se busca fortalecer los mecanismos de gobernanza y las capacidades de autorregulación de las organizaciones pesqueras para promover el desarrollo sostenible e incluyente en San Felipe, Baja California y el Golfo de Santa Clara, Sonora y, en ese sentido, promover acciones colectivas que contribuyan, simultáneamente, a la conservación y protección de especies endémicas, como la vaquita marina y la totoaba, así como al desarrollo de los principales modos de vida de las comunidades pesqueras del Alto Golfo de California.
El esfuerzo adopta una perspectiva de género para hacer énfasis en las brechas y desigualdades entre hombres y mujeres en el acceso, uso y control de los recursos pesqueros e incluye talleres diseñados para promover prácticas de co-manejo y autorregulación, además de sensibilizar al personal gubernamental sobre la importancia de la gobernanza pesquera.
Con iniciativas como esta, San Felipe podría posicionarse como un modelo de pesca sostenible en México, demostrando que es posible balancear el desarrollo económico y la conservación ambiental.