A poco del inicio de la administración Trump la actividad en la frontera de Arizona no se detiene. Entre cruces irregulares y la presencia de grupos de vigilantes armados la calma no llega a la franja fronteriza.
Este alto flujo en cruces irregulares ha traído a voluntarios que brindan agua y comida a los inmigrantes, pero también ha despertado el interés de grupos de vigilantes armados.
Según voluntarios presentes en la zona, los vigilantes recorren la frontera con armas y equipo militar buscando intimidar a quienes están a la espera de un momento oportuno para cruzar sin ser detectados.
En un comunicado la patrulla fronteriza reiteró que “La aplicación de las leyes de inmigración es una responsabilidad de las fuerzas del orden federal… Las entidades civiles, los grupos de vigilantes, los grupos de milicias o cualquier ciudadano individual no deben intentar interferir en las operaciones de aplicación de la ley o de seguridad fronteriza”.
Pese a esto, hay quienes consideran que la presencia de estos grupos armados es positiva y es que aseguran que grupos criminales se han apoderado de algunas regiones de la frontera de Arizona.