Lo que hay en el fondo de estas críticas es el hecho de que México le está quitando mercado a los productos canadienses en Estados Unidos.
Todos nuestros temores relativos a la próxima revisión del TMEC estaban puestos en Estados Unidos y Donald Trump.
Y de repente, de manera inesperada, brincaron reclamos de los canadienses.
El pasado 12 de noviembre, el Primer Ministro de Ontario, la provincia canadiense más importante en materia industrial, Doug Ford, dijo lo siguiente:
“Si México no iguala los aranceles de Estados Unidos y Canadá a las importaciones chinas no debería sentarse en la mesa del TMEC o disfrutar del acceso a la mayor economía del mundo”.
Agregó que Canadá debería dar prioridad a un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos, excluyendo a México.
Y agregó en tono irónico:
“Si México quiere un acuerdo bilateral con Canadá, que Dios les bendiga. Pero no voy a dejar que me hundan con estas importaciones baratas que se llevan empleos de hombres y mujeres de Ontario”.
Días después, el 16 de noviembre, la Primera Ministra de Alberta, otra provincia canadiense, Danielle Smith, señaló que “el problema que tenemos es que México no ha sido un socio en igualdad de condiciones con Estados Unidos. Además de eso, están invitando a China a invertir en su país”. Señaló, además: “Si podemos lograr un acuerdo bilateral con Estados Unidos, creo que eso nos permitiría evitar los aranceles y lograr una relación realmente constructiva con ese país”.
Y para cerrar el círculo, el pasado 22 de noviembre, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, señaló lo siguiente:
“A Canadá le gustaría mantener el acuerdo comercial de Norteamérica, pero esto depende de las decisiones que tome México. Garantizaremos los empleos y el crecimiento de Canadá a largo plazo. Lo ideal sería que lo hagamos con un mercado de Norteamérica unido, pero, en espera de las decisiones y elecciones que México haya tomado, es posible que tengamos que considerar otras opciones”.
El gobierno de Canadá anunció ya hace algunas semanas su decisión de imponer un arancel de 100 por ciento a los autos chinos importados y de 25 por ciento al acero chino, para alinearse cos Estados Unidos. Aunque no ha dicho qué haría si Trump decide aumentar y extender los aranceles.
Y aunque la especulación de algunos refiere que las decisiones de las que habla Trudeau tienen que ver con la reforma judicial o con los órganos autónomos, en realidad, está hablando de los aranceles a los productos chinos.
Lo que hay en el fondo de estas críticas es el hecho de que México le está quitando mercado a los productos canadienses en Estados Unidos.
En el año previo a la pandemia, las importaciones provenientes de Canadá representaron el 12.9 por ciento de las realizadas por Estados Unidos mientras que las de México eran del 14.4 por ciento.
En el segundo trimestre del este año, las de Canadá habían bajado al 12.7 por ciento mientras que las de México habían subido al 15.8 por ciento.
Hubo una ganancia neta de mercado para México de 1.6 puntos porcentuales respecto a Canadá y eso son muchos millones de dólares.
Las cosas no han marchado bien para Canadá en materia económica. Este año el crecimiento del PIB será de solo 1.3 por ciento, incluso por abajo del estimado para México y del 2.8 por ciento de Estados Unidos.
Y ese hecho está teniendo repercusiones en las perspectivas de las próximas elecciones parlamentarias que se realizarán en octubre del 2025.
Las encuestas más recientes parecen indicar que Justin Trudeau está en el último año de su mandato.
El líder conservador Pierre Poilievre, tiene un respaldo del 41.2 por ciento de los electores mientras que Trudeau va en un distante segundo lugar con solo el 23.6 por ciento de las preferencias.
Así que, a menos que haya un cambio radical en las preferencias electorales de los canadienses en los siguientes meses, será el gobierno conservador encabezado por Poilievre, quien lleve adelante las negociaciones para la revisión del TMEC.
De hecho, el Primer Ministro de Ontario, Doug Ford, quien empezó la ola de reclamos contra la permanencia de México en el TMEC, es conservador en una provincia que probablemente gane de nuevo los conservadores.
Y todo indica que, en una competencia por no quedarse atrás frente a los electores descontentos por el mediocre desempeño económico de Canadá, se lanzaron las críticas a México.
No es correcto afirmar que México haya sido omiso ante el crecimiento de las importaciones provenientes de China.
El pasado 22 de abril, las secretarías de Hacienda y Economía dieron a conocer la aplicación de aranceles que iban del 5 al 50 por ciento para productos importados de países con los que México no tiene tratado comercial de los que el caso más importante es el de China.
La lista incluye productos de acero, aluminio, textiles, confección, calzado, madera, plástico, productos químicos, papel, cartón, productos cerámicos y de vidrio, material eléctrico, material de transporte, instrumentos musicales, muebles, entre otros, sumando 544 fracciones arancelarias.
No estuvieron incluidos automóviles, pero México no exporta autos provenientes de China, pese a todo lo que digan Trump y los canadienses.
Habrá que negociar con habilidad, pero para ello habrá que responder a las acusaciones sin fundamento, vengan de EU o de Canadá.