Los grupos de extrema derecha en México están experimentando un “preocupante resurgimiento” –como lo demuestra el “notable aumento” de actos en contra de colectivos LGBTQ+–, y operan en conexión con asociaciones afines de Estados Unidos y Europa, en el marco de una “red trasnacional de extremismo”.
Así lo consigna un informe de la organización civil Proyecto Global contra el Odio y el Extremismo (GPAHE, por sus siglas en inglés) elaborado entre 2023 y 2024, que documenta las actividades de al menos una docena de grupos promotores del odio en el país.
De acuerdo con el estudio , titulado “Grupos Extremistas y Odio de Extrema Derecha en México” –el cual se hizo llegar a La Jornada–, este fenómeno está “profundamente arraigado en el pasado colonial de la nación y se ha manifestado de formas nuevas e inquietantes, desafiando el progreso logrado hacia una sociedad más inclusiva”.
Los prejuicios que siguen existiendo en la sociedad mexicana “son particularmente evidentes en la marginación y violencia continua dirigida a personas migrantes, pueblos indígenas y poblaciones afromexicanas”, indicó GPAHE, organización sin fines de lucro, con sede en Alabama, Estados Unidos, surgida en 2020.
En los últimos años, “se ha registrado un notable aumento de actos en contra de la comunidad LGBTQ+, coincidiendo con el surgimiento de nuevos movimientos de extrema derecha. Estos grupos no operan de forma aislada; muchos han establecido preocupantes conexiones con organizaciones afines en Estados Unidos y Europa, creando así una red transnacional de extremismo”, alerta la organización, dirigida por las investigadoras Wendy Via y Heidi Beirich.
Entre las organizaciones de extrema derecha que han ganado notoriedad en México con campañas anti LGBTQ+, de acuerdo con GPAHE, están el Frente Nacional Por La Familia y ProLife Army, los cuales se suman a grupos neonazis, como Unión, que “aunque más pequeños que sus contrapartes en otros países latinoamericanos, se están volviendo cada vez más visibles”. Asimismo, hay “grupos nacionalistas religiosos como Red Familia y organizaciones anti-migrantes como el Frente Nacionalista de México que forman parte de este preocupante panorama”.
Para GPAHE, “las consecuencias de este resurgimiento son tangibles. Los crímenes de odio, particularmente aquellos dirigidos a personas de la comunidad LGBTQ+, han experimentado un marcado aumento en los últimos años. Esta tendencia es especialmente alarmante dado el grave contexto de violencia y abusos de derechos humanos en México”.
Un riesgo para la democracia
La organización civil recalca que “abordar este creciente extremismo es crucial para mantener una sociedad diversa y democrática en medio de un aumento global de las ideologías de extrema derecha, abordando los factores sociales y económicos que alimentan el crecimiento de estos movimientos, destacando la necesidad de monitoreo y medidas proactivas para contrarrestar estas ideologías de odio y construir una sociedad más inclusiva”.
Wendy Via, cofundadora de GPAHE, señala: “Nuestra investigación revela una tendencia profundamente preocupante en México. Estamos presenciando un aumento significativo y alarmante del extremismo de extrema derecha, lo que representa una grave amenaza para el progreso que México ha logrado hacia convertirse en una sociedad más inclusiva y equitativa.
“Estos grupos extremistas no realizan acciones aisladas; están bien organizados, son cada vez más vocales y están ganando terreno rápidamente. Representan un peligro para las comunidades vulnerables, incluyendo personas de la comunidad LGBTQ+, pueblos indígenas y personas migrantes y refugiadas.
“Además, las ideologías que adoptan y las tácticas que emplean presentan un desafío fundamental para la democracia mexicana. Este es un momento complejo para México, y la respuesta a esta amenaza dará forma al futuro del país en los años venideros”.
Por su parte, Heidi Beirich, también cofundadora de GPAHE, manifiesta: “Lo que resulta particularmente preocupante es la naturaleza trasnacional de estos movimientos extremistas. Estamos observando una inquietante sincronización de ideologías de extrema derecha en el mundo. La misma retórica tóxica, las estrategias de reclutamiento y las tácticas violentas que hemos presenciado en los Estados Unidos y en toda Europa ahora están echando raíces firmes en México”.
En su página web, la organización consigna: “Trabajamos para exponer el extremismo de extrema derecha porque estos movimientos son una amenaza existencial para las democracias florecientes e inclusivas que promueven la dignidad, la igualdad y las libertades fundamentales y apoyan agendas que amplían los derechos humanos. Creemos, y las investigaciones lo demuestran, que las democracias inclusivas tienen más probabilidades de proteger a todas las comunidades y los derechos humanos”.
Por otro lado, explica que sus investigaciones “se basan principalmente en información de fuente abierta, incluido periodismo, documentos e informes oficiales del gobierno, registros judiciales, publicaciones, sitios web y cuentas de redes sociales de los grupos en cuestión (a menudo compartimos contenido aparentemente violatorio con empresas de tecnología).
“Prestamos especial atención a las declaraciones oficiales de un grupo y las de sus líderes como prueba de extremismo de extrema derecha. Debido a que GPAHE es una organización con sede en Estados Unidos que trabaja en muchos otros países, nuestra investigación es examinada por expertos del país y, cuando es posible, por personas con el contexto cultural y las habilidades lingüísticas adecuadas”.
Además de México, GPAHE ha documentado la actividad de grupos extremistas en países como Alemania, Brasil, Italia, Portugal, Bulgaria, Francia, Irlanda, Australia y Estados Unidos.