CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El consejero nacional del PAN, Manuel Gómez Morín, está seguro de que esa organización política fundada por su abuelo acabó por hacerle el juego a Morena en las elecciones generales de junio pasado y que, incluso, en varios estados ese partido “hizo todo para perder”.
Gómez Morín, en entrevista con Proceso, considera que el PAN vive una crisis de tal magnitud que el partido no sólo corre el riesgo de perder el registro sino de algo peor: puede convertirse en un “partido-negocio, como el Verde Ecologista y Movimiento Ciudadano”, en beneficio de quienes “tienen controlado” al partido fundado en 1939 por su abuelo, Manuel Gómez Morín, con una plataforma demócrata cristiana.
Y entre los que “controlan” hoy al PAN, menciona a Marko Cortés, Santiago Creel y Ricardo Anaya, a quienes ubica como promotores de la candidatura de Jorge Romero para presidir el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN.
De acuerdo con Gómez Morín, lo que están haciendo la actual dirigencia panista y Jorge Romero –favorito para ganar la elección interna del próximo 10 de noviembre ante Adriana Dávila– “es seguir el modelo de negocios del Partido Verde Ecologista y de Movimiento Ciudadano”, que tienen “el mínimo de militancia requerido para mantener el registro y hacer negocios”.
Por “negocios”, el consejero nacional del PAN entiende que “hay poder, hay dinero de por medio” y también “puestos” en el gobierno.
Gómez Morín es especialmente crítico con Romero, quien fue delegado en 2012 en la hoy alcaldía Benito Juárez y quien “ha sido señalado como la cabeza visible del cártel inmobiliario de la Ciudad de México”.
“A mí –agrega– me parece un error que Jorge quiera ser el presidente del partido y me parece un error todavía mayor que lo estén apoyando gente como Santiago Creel, como el mismo Marko Cortés, como Ricardo Anaya, como Enrique Vargas, del Estado de México, y como una serie de líderes que son los que realmente están detrás de la candidatura de Romero, que ha sido muy cuestionado”.
Para el consejero nacional del PAN, al partido “le urge tener un muy buen liderazgo, un liderazgo incuestionable, un liderazgo intachable, un liderazgo que mande a la ciudadanía el mensaje de un Partido Acción Nacional limpio, fresco, revigorizado, algo que Jorge Romero de ninguna manera representa”.
Gómez Morín propone suspender el proceso de renovación de dirigencia en el PAN y elegir un CEN transitorio, de consenso, encabezado por una mujer, no por Adriana Dávila, para conducir una renovación en esa organización política a partir de una autocrítica en la que se reconozca que ese partido tiene “una visión completamente equivocada, que no responde a lo que en este momento se requiere en México”.
Entonces, dice, hay que comenzar por un CEN provisional que tenga el mandato de hacer un diagnóstico y proponer una hoja de ruta “con sangre nueva” y con una revisión de cómo han afectado al partido temas como la fallida guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón y el veredicto de culpabilidad contra su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, en una corte de Estados Unidos, por sus nexos con el Cártel de Sinaloa.
El exdiputado panista y abogado de la Universidad Iberoamericana sostiene que él representa “a muchas voces calladas de Acción Nacional” a las que la dirigencia no deja hablar; a ciudadanos que quieren volver a creer en ese partido; a organizaciones de la sociedad civil y a descendientes de algunos de los fundadores de esa organización política.
Este movimiento, señala, “no es Manuel Gómez Morín aislado, solo, no”, sino que hay un grupo dentro del PAN que él encabeza.
Gato por liebre
Gómez Morín insiste en que el PAN jugó un papel “lamentable” en los comicios generales del pasado 2 de junio, en los que obtuvo el 16.04% en la elección presidencial y perdió 42 diputados y dos senadores.
Para Gómez Morín, la responsabilidad de esa conducta recae en la dirigencia nacional del PAN por “dejar a los líderes estatales hacer lo que se les pegara la gana”.
Una prueba de esto, dice el exdiputado federal a Proceso, es que la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), encabezada por Marko Cortés, incumplió la promesa que le había hecho a su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez –también apoyada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD)–, de cubrir con testigos la totalidad de las casillas electorales.
La coalición PAN-PRI-PRD, denominada Fuerza y Corazón por México, sólo tuvo representantes en el 60% de las mesas de votación.
Y según Gómez Morín, ese hecho hizo que la noche de las elecciones generales del 2 de junio pasado Gálvez haya reconocido el triunfo presidencial de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, sin poder verificar si los resultados oficiales coincidían con las actas de sus representantes en las casillas.
“Al saber que por lo menos un 40% de las casillas no tenía actas, pues (Xóchitl) se dio cuenta de que era indefendible lo que a ella le habían vendido como un dizque triunfo, que al final sabemos que no lo fue”, sostiene el consejero nacional panista.
Y dice que desde el momento en que tú, como partido político, eres incapaz de cubrir con testigos el 40% de las casillas “tú mismo te estás dando un disparo en el pie, porque tú mismo te estás privando de la posibilidad del día de mañana, si ganas, poder demostrar tu triunfo”.
Para el exfuncionario de la Secretaría de Gobernación, el mensaje que mandaron el PAN, el PRI y el PRD al no enviar representantes al total de mesas electorales “es que no querían ganar” la elección.
“Fue muy triste”, sostiene, y dice que su partido llegó tan “debilitado y desdibujado” a esas elecciones que debió conformar una alianza con el PRI y el PRD, sus adversarios históricos.
Y eso ocurrió, señala, por no haber hecho con anterioridad lo que ahora él está proponiendo: conformar un CEN provisional que conduzca un proceso de renovación.
En 2018, Gómez Morín contendió por la presidencia del CEN del PAN, pero perdió ante Marko Cortés, quien obtuvo 79% de los votos. Él denunció irregularidades por el uso de credenciales falsas y suplantación y compra de sufragios.
El consejero nacional panista avala las críticas que ha hecho la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez a Cortés porque a ella “le ofrecieron liebre y le dieron gato”, porque los dirigentes le prometieron encargarse de la infraestructura electoral para cuidar los votos “y no lo hicieron”, y “todo el tiempo le vendieron” que ella iba a ganar la elección ante Sheinbaum, quien se impuso con el 59.76% de los sufragios.
Ante la sobrerrepresentación que obtuvo Morena en la Cámara de Diputados y el Senado, Gómez Morín considera que ahí también el PAN y la alianza opositora tuvieron responsabilidad, pues “si hubieran hecho bien las cosas” habrían elegido candidatos competitivos al Congreso y, de esa manera, habrían logrado más escaños.
Así, dice, el PAN y sus aliados le habrían cerrado las puertas a la sobrerrepresentación.
“Todas las candidaturas –señala– fueron producto de acuerdos, de negociaciones, tanto dentro de los mismos partidos políticos, como con los otros partidos, y no fueron resultado de procesos internos”.
Facilitaron el triunfo de Morena
Para el abogado y exdiputado, con todo este cúmulo de desaciertos el PAN acabó facilitando el triunfo de Morena en los comicios de junio pasado e incluso hay casos que él pone bajo sospecha.
“En el Estado de México (su estado) a mí me queda claro que hubo un partido Acción Nacional o una coalición que hizo todo para perder”.
–¿Deliberadamente compitió para perder? –se le pregunta.
–Sí, deliberadamente compitió para perder.
–¿En el Estado de México?
–Al menos en el Estado de México, y no dudo que en otros estados.
–¿Eso habla de un acuerdo bajo la mesa con Morena?
–Eso habla de que no se hizo lo que se tenía que hacer para ganar la elección y, de ahí, uno puede sacar una serie de conjeturas que pudiera inclusive incluir esa, la de acuerdos.
–¿Algunos panistas jugaron a favor de Morena?
–A mí me da la impresión de que algunos no se comprometieron con la coalición, para ponerlo en otro lenguaje.
–¿Acabaron haciendo el juego a Morena?
–En mi opinión acabaron haciéndole el juego a Morena, sí.
Los Yunes
Gómez Morín sostiene que el diagnóstico que se tiene que hacer en el PAN deben incluirse todos estos hechos que mueven a sospecha y preguntarse qué se hizo, qué faltó hacer, qué pasó y quiénes son los responsables de todos los desaciertos.
Menciona el caso de Miguel Ángel Yunes Márquez y Miguel Ángel Yunes Linares, hijo y padre y senador y senador suplente del PAN, de manera respectiva, quienes acabaron traicionando a la coalición opositora en el Senado y votaron a favor de la reforma judicial de Morena.
Expulsar a los Yunes del PAN, dice Gómez Morín, no es suficiente.
“Debería también haber –señala– un proceso de revisión, por lo menos, del trabajo que hicieron ciertos líderes en cada uno de los estados, un análisis de ver quién fue el que acordó con los Yunes que padre e hijo fueran senador suplente y senador propietario del PAN. Eso es producto de un acuerdo y alguien hizo ese acuerdo”.
Recuerda que “los cuestionamientos contra los Yunes tienen muchos años, o sea, no es algo nuevo, no, no”, a pesar de lo cual la dirigencia del PAN decidió darles el liderazgo del partido en Boca del Río y el puerto de Veracruz “y llevarlos al Senado”.
Gómez Morín descarta que su propuesta responda a una aspiración personal, por ejemplo, de presidir el CEN provisional o de postularse como presidente del PAN al término de ese interinato.
Exilio de Anaya
El consejero nacional también critica la decisión del PAN de postular al Senado al excandidato presidencial de ese partido, Ricardo Anaya, luego de que éste fuera acusado de soborno y de que pasara tres años de exilio voluntario en Estados Unidos.
Señala que, aunque hasta ahora no existe una orden de aprehensión contra el hoy senador Anaya, “desde el momento en que existe el rumor o ya existen antecedentes de carpetas de investigación, pues eso ya debería ser suficiente para no postularlo”, a menos que se le quisiera dar fuero.
–¿Eso quiere decir que hay dirigentes del PAN que se corrompieron? –se le pregunta.
–No quiero decir que se hayan corrompido, pero lo que sí es que pongo en tela de juicio el motivo de sus decisiones. Pero, además, sobre todo, cuando dentro de los 300 mil militantes del PAN seguramente hay muchísimos que no tienen un solo cuestionamiento, una sola carpeta abierta que pudiera hacerlos vulnerables en situaciones como las que acabamos de vivir y como las que vamos a seguir viviendo.
Gómez Morín recuerda que “vienen otras reformas y vienen otros episodios, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, en los que nuevamente van a salir a la luz las vulnerabilidades de diputados o de senadores que tienen carpetas por tal o cual situación”.
Y ya se sabe, asegura, que el régimen morenista recurre al chantaje cuando se trata de doblar voluntades.