La Agenda 2030 que respalda la secretaria de Energía, e incluso Víctor Rodríguez Padilla, deberá esperar ante los planes del petrolero en la Casa Blanca.
LPO / Rodrigo González Olivares
El cálculo era otro, aunque la agenda de la presidenta Claudia Sheinbaum es de forma auténtica ambientalista. Este 6 de noviembre la secretaria Luz Elena González presentó el Plan Nacional de Energía, a un día de la elección presidencial en Estados Unidos.
El cálculo fue acaso recibir con proyectos importantes rumbo a la Agenda 2030 de la ONU ante un eventual triunfo del Partido Demócrata y su continuación en la Oficina Oval. Pero no fue así, quien se alzó con la victoria fue de nueva cuenta un petrolero, el republicano Donald Trump.
“El primer eje de la estrategia es el Fortalecimiento de la Planeación del Sector Eléctrico Nacional. El segundo eje, Avanzar en la Justicia Energética. El tercer eje, Garantizar un Sistema Eléctrico Robusto, Confiable, Seguro, y por supuesto, avanzar y lograr los objetivos de la transición energética planteadas por la Presidenta”, dijo González Escobar.
Sin embargo, lo que está detrás de esta estrategia nacional del sector es un cambio en las prioridades de Palacio Nacional. A Trump, como no se cansó de repetirlo en reuniones con inversionistas, no le importa hacer negocios con las guerras sino con los energéticos, y el combustible fósil tiene futuro para América del Norte, en las antípodas de Joe Biden.
Un aliado y amigo personal de Luz Elena González es el nuevo director de Petróleos Mexicanos, el físico Víctor Rodríguez Padilla, quien ha mandado la señal de reformar a la empresa pública del estado, no sólo en presupuesto e inversiones, sino en desarrollo y exploración para estos cuatro años de republicanos trumpistas en la Casa Blanca.
Según pudo saber esta redacción, en Palacio se estaría considerando usar como escudo para la nueva administración a la Refinería Deer Park que el gobierno de AMLO compró en tiempos de Biden, no sin ciertas trabas burocráticas y siempre con suspicacia. Pero bajo la tutela de Trump, Estados Unidos podría considerar un acercamiento más estrecho con Pemex.
De ahí la alerta roja del gobernador Alfonso Durazo, quien tiene a su cargo el Plan Sonora, cuya planeación tenía precisamente la encomienda de reforzar los lazos bilaterales y durante algún momento lo logró a través del embajador Ken Salazar, invitado frecuente del gobernador de Morena.
“Por el potencial que posee el Plan Sonora de energías sostenibles para el desarrollo de la industria de semiconductores, comercio y turismo, el futuro de México está en Sonora, lo que ha generado el interés del gobierno estadounidense por reforzar los lazos a través de inversiones millonarias de más de 500 millones de dólares aplicadas en la construcción de los Consulados Generales de Estados Unidos en Hermosillo y Nogales”, aseguró el embajador el pasado septiembre. Con Trump, Sonora pasaría a segundo plano y el petróleo sigue con vida.