‘USA Today’ y los más de 200 medios del grupo Gannett renuncian también a dar su apoyo a ningún candidato
Miguel Jiménez
La decisión del dueño de The Washington Post, Jeff Bezos, de impedir que el periódico mostrase su apoyo a la candidata demócrata, Kamala Harris, en las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre le está saliendo cara al medio. Más de 200.000 suscriptores han solicitado darse de baja, según ha publicado NPR, el grupo de radio semipúblico, que cita fuentes anónimas. No todas las cancelaciones tienen efecto inmediato, porque muchos lectores tienen suscripciones anuales. La cifra, que sigue aumentando, representa un 8% del total de los 2,5 millones de suscripciones digitales y al periódico de papel del Post.
La sección de opinión del periódico ya tenía preparado el texto de apoyo a la candidata demócrata frente a Donald Trump. El Post lleva pidiendo el voto para uno de los dos candidatos desde 1976, cuando se pronunció a favor de Jimmy Carter. Antes no lo hacía, con la excepción de 1952. En las dos últimas elecciones apoyó a los candidatos demócratas, Hillary Clinton y Joe Biden, frente a Donald Trump. El consejero delegado de la empresa presentó la decisión como un regreso a las raíces, pero ese argumento no ha convencido ni a los miembros de la sección de opinión, ni de la redacción de noticias, ni a antiguas glorias del diario.
La decisión ha provocado dimisiones en el seno de consejo editorial, compuesto hasta ahora por 10 miembros, incluyendo el director de opinión, David Shipley. Tres de sus miembros, David E. Hoffman, Molly Roberts y Mili Mitra, anunciaron el lunes que lo abandonan, aunque permanecerán en el periódico. “Es extremadamente difícil para nosotros porque nosotros construimos esta institución”, dijo Hoffman en una entrevista con el propio medio para explicar su decisión de dimitir. “Pero no podemos renunciar a nuestra democracia estadounidense ni a The Post”, añadió el veterano periodista, que lleva 42 años en el periódico y que justo el jueves pasado había recibido un premio Pulitzer por sus columnas sobre la autocracia. “Creo que nos enfrentamos a una amenaza muy real de autocracia en la candidatura de Donald Trump”, escribió en su carta de dimisión.
Roberts dijo que había decidido dimitir “porque el imperativo de apoyar a Kamala Harris frente a Donald Trump es tan moralmente claro como puede serlo”. “Donald Trump todavía no es un dictador, pero cuanto más callados estemos, más cerca estará, porque los dictadores no tienen que ordenar a la prensa que sea cooperativa… La prensa lo sabe y se censura a sí misma”, sostiene la periodista, que escribe columnas sobre tecnología y sociedad, además de formar parte del consejo editorial.
El propio Bezos ha tratado de justificar su decisión con un artículo publicado este lunes en el periódico bajo el título La cruda verdad: los estadounidenses no confían en los medios de comunicación. “La mayoría de la gente cree que los medios de comunicación son parciales. Quien no lo vea así es que apenas presta atención a la realidad, y quien lucha contra la realidad pierde. La realidad es una campeona invicta. Sería fácil culpar a otros de nuestra larga y continua caída en credibilidad (y, por lo tanto, de nuestro declive en impacto), pero una mentalidad de víctima no ayudará”, sostiene.
Según Bezos, “los apoyos presidenciales no hacen nada para inclinar la balanza de unas elecciones. Ningún votante indeciso en Pensilvania dirá: ‘Me quedo con el apoyo del Periódico A’. Ninguno. Lo que hacen los apoyos presidenciales es crear una percepción de parcialidad. Una percepción de no independencia. Acabar con ellos es una decisión de principios, y es la correcta”, añade.
El dueño del periódico sale al paso de las críticas de quienes dicen que la decisión se toma para poder optar a negocios con la Administración si gana Trump. “También me gustaría dejar claro que aquí no hay quid pro quo de ningún tipo. Ninguna campaña ni candidato fueron consultados ni informados a ningún nivel ni de ninguna manera sobre esta decisión. Se tomó de forma totalmente interna”, explica, antes de admitir: “Cuando se trata de la apariencia de conflicto de intereses, no soy el propietario ideal de The Post. Todos los días, en algún lugar, algún ejecutivo de Amazon o de Blue Origin o alguien de las otras fundaciones y empresas que poseo o en las que invierto se reúne con funcionarios del Gobierno”. Añade, sin embargo, que nunca desde que compró el periódico en 2013 ha impuesto una decisión en función de sus intereses particulares.
Y acaba con contundencia: “A pesar de que no defiendo ni defenderé mi interés personal, tampoco permitiré que este periódico se quede en piloto automático y se desvanezca en la irrelevancia, superado por pódcastsin investigación y por las barrabasadas de las redes sociales. No sin luchar. Es demasiado importante. Hay demasiado en juego. Ahora, más que nunca, el mundo necesita una voz creíble, fiable e independiente, y ¿qué mejor lugar para que surja que la capital del país más importante del mundo? Para ganar esta lucha, tendremos que ejercitar nuevos músculos. Algunos cambios serán una vuelta al pasado, y otros serán nuevas invenciones. Por supuesto, las críticas formarán parte de todo lo nuevo. Así es el mundo. Nada de esto será fácil, pero merecerá la pena”, escribe.
Entre quienes primero criticaron el cambio de postura del Post, definiéndolo como un acto de cobardía, estuvo Marty Baron, que fue director del periódico. Este lunes concedió una entrevista a NPR en la que ha dado más explicaciones sobre su rechazo. “Si esta decisión se hubiera tomado hace tres años, hace dos, quizá incluso hace un año, habría estado bien”, dijo Baron. “Es una decisión ciertamente razonable. Pero se tomó a un par de semanas de las elecciones, y no hubo ninguna deliberación seria de fondo con el consejo editorial del periódico. Se tomó claramente por otras razones, no por razones de altos principios”, añadió.