La migración de mexicanos al exterior sigue al alza. De acuerdo con la Encuesta de Dinámica Demográfica de INEGI (2024) 1.2 millones de personas emigraron del país entre 2018 y 2023; un aumento de casi medio millón de personas en relación con el quinquenio previo (2013-2018). Este es un hecho más o menos conocido y que con frecuencia se da por descontado.
Lo que no termina de apreciarse suficientemente es que México se ha convertido en una frontera de movilidades continuas, tránsitos y residencias de temporales a permanentes. Los datos censales de este siglo indican que entre 2000 y 2020 los inmigrantes en México aumentaron en 123% (OIM México, 2024).
Otro es el caso de los “visitantes legales”. En 2023 México ya se situó como el sexto destino elegido de turistas en el mundo, con cerca de 40 millones de visitantes, sólo superado por Italia, Turquía, Estados Unidos, España y Francia. Sumando los visitantes de negocios y legales (otros seis millones), en 2023, 44 millones de personas de diferentes nacionalidades transitaron por México; un aumento de 132% desde 2020 (Ibid).
El Mexican Dream
Distinto es el caso de los visitantes “irregulares. En 2023 dos y medio millones de migrantes cruzaron México para situarse en la frontera suroeste de los Estados Unidos. Una inmensa diáspora humana, compuesta principalmente por centroamericanos, pero crecientemente por sudamericanos (casi el 44%) y caminantes de otros continentes, de diferentes destinos del mundo. Literalmente.
Además, se estima que 1,6 millones de ciudadanos estadounidenses viven en México, siendo este el principal destino extranjero de los viajeros estadounidenses” (U. S Deparment of State, 2024).
En la cifra proporcionada sobre estadounidenses en México se engloban distintos tipos de migrantes. Un grupo que se ha observado más dinámico por la capacidad de reconfigurar los espacios donde deciden residir son los estadounidenses en edad de retiro. En 2020 se tuvo un registro de 20,312 pensionados o jubilados (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2022). Es decir, que México se continúa revalorando ante los ojos de esta población adulta mayor, como un destino privilegiado para pasar la última etapa de sus vidas. La Fundación BBVA Bancomer nota que en México se concentraba 7.5% de los trabajadores retirados de Estados Unidos con derecho a jubilación (aproximadamente 25000 personas), respecto al total de los que viven en el extranjero. Estos jubilados residentes en México recibían anualmente 194 millones de dólares” (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2022).
Son atraídos por la cultura, condiciones climáticas y un costo de vida menor al de su país de origen. Estos migrantes permite observar a un subgrupo que en ocasiones aprovecha las condiciones del mercado local para llegar a establecer un pequeño negocio y así poder mantener o mejorar su nivel socioeconómico.
A diferencia de millones de mexicanos que buscan el sueño americano, ellos buscan una oportunidad para aprovechar mejor sus recursos y conocimientos como adultos mayores, y poder desarrollar un negocio. México es un país cuyas condiciones geográficas y económicas les representan un territorio que los arropa con facilidad. Situación reforzada por su comunidades receptoras, hospitalarias y amigables sin recelo de por medio. Más aún, en esas comunidades receptoras pueden tener acceso a vivienda, servicios médicos y lugares de esparcimiento que, en ocasiones, nunca han tenido en sus lugares de origen. Por si fuera poco, México les ofrece una promesa gastronómica y cultural multicolor, plena de sabores, matices y sorpresas.
Por estas y más razones llegar a México viene convirtiéndose en el camino inverso de la diáspora Sur-Norte. Aquí la dirección para ellos es opuesta, Norte-Sur, como abrazando algo que no para todos es tangible. Se llama y le llaman el Mexicam dream.