El compromiso con la investigación y el desarrollo es crucial para entender el comportamiento de las baterías de litio y mitigar sus riesgos.
David Morales
El uso de baterías de litio, presente en dispositivos desde smartphones hasta vehículos eléctricos, refleja nuestra creciente dependencia de esta tecnología. Sin embargo, esta popularidad conlleva riesgos significativos. Según la Asociación Mexicana de Agencias de Seguros (AMIS), entre 2015 y 2020, el pago de primas por incendios ascendió a 38 mil millones de pesos, superando los 32 mil millones destinados a daños por huracanes y temblores.
Estas baterías pueden alcanzar temperaturas extremas, incluso hasta 1000 grados Celsius durante una reacción de descontrol térmico, o “runaway”. Una reacción de este tipo puede ocurrir a temperaturas tan bajas como 185 grados Celsius, aumentando dramáticamente el riesgo de incendios incontrolables. Las pruebas realizadas en nuestro campus de investigación muestran que los incendios pueden propagarse rápidamente, alcanzando su máxima intensidad en menos de 12 minutos, lo que resalta la necesidad de un almacenamiento adecuado.
Estrategias clave para mitigar los riesgos
Para abordar estos peligros, es esencial contar con sistemas de detección temprana. Es urgente implementar tecnologías que puedan identificar gases peligrosos, como hidrógeno y monóxido de carbono, antes de que se inicie un incendio. Pues, una vez que comienza una reacción de runaway en las baterías de iones de litio, es casi imposible detenerla. Sin embargo, instalar sistemas de rociadores de supresión temprana puede ayudar a controlar el incendio, prevenir la propagación del fuego y mantener frescas las baterías adyacentes, evitando reacciones descontroladas en otras baterías.
Con base en lo anterior, me gustaría enlistar algunas estrategias clave que se pueden considerar:
1. Limitaciones de carga: Es crucial almacenar baterías con menos del 60 por ciento de carga para minimizar los riesgos de runaway. Esta norma debería adoptarse ampliamente en la industria, ya que las baterías cargadas por encima de este límite presentan un riesgo significativamente mayor.
2. Sistemas de detección: Desarrollar detectores de humo eficaces que puedan identificar gases generados antes de la reacción de runaway puede proporcionar tiempo crítico para la intervención, salvando potencialmente vidas y propiedades. Integrar estos sistemas con rociadores automáticos permitirá respuestas de emergencia más rápidas y efectivas.
3. Tecnologías de protección avanzadas: Una ventilación adecuada es clave para contener incendios, ya que puede reducir significativamente la acumulación de gases tóxicos y explosivos, mejorando la eficacia de los sistemas de extinción. Invertir en tecnologías de protección avanzadas, como un mejor aislamiento, puede aumentar aún más la seguridad en las instalaciones de almacenamiento.
El futuro: colaboración y compromiso
El compromiso con la investigación y el desarrollo es crucial para entender el comportamiento de las baterías de litio y mitigar sus riesgos. En ese sentido, nosotros en FM, trabajamos en colaboración con diversas asociaciones, para impulsar investigaciones exhaustivas que nos ayuden a comprender mejor estos desafíos. El objetivo es obtener datos de pruebas controladas utilizando sensores para medir temperaturas y radiación, lo que es fundamental para mejorar las estrategias de mitigación y protección al manejar baterías de iones de litio.
La colaboración entre las partes interesadas es esencial para comprender y mitigar estos riesgos. Las empresas deben priorizar la seguridad junto con la innovación y compartir información para desarrollar estrategias efectivas. Fomentando una cultura de cooperación, podemos enfrentar los desafíos que representan las baterías de litio y avanzar con confianza hacia un futuro más seguro.
David Morales
Principal Code Consultant en FM