El robo de animales e insumos, amenazas, extorsión y secuestro de agroproductores dificultan cadena de distribución en entidades como Tabasco y Guerrero, detecta el Coneval
Redacción
Más de la mitad de los productores del campo en Tabasco y Tlaxcala son víctimas del robo de sus animales e insumos, así como de amenazas, extorsiones y secuestros, según estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social(Coneval).
Tabasco, donde el morenista Javier May Rodríguez comenzó a gobernar este mes, es el estado en que la inseguridad limita más el abasto de alimentos, pues 51.9% de sus agroproductores han sido víctimas de estos problemas que, según empresarios, terminan subiendo los precios al consumidor.
En segundo puesto aparece Tlaxcala, que rige Lorena Cuéllar Cisneros, también de Morena, con una tasa de 51.3%, y en tercer lugar se encuentra Aguascalientes, a cargo de María Teresa Jiménez Esquivel, del PAN, donde la delincuencia pasa factura a 46.5% de sus productores agropecuarios.
La distribución de frutas, verduras y proteína animal presenta problemáticas —como la inseguridad— que desequilibran su disponibilidad en las localidades, explicó José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Coneval.
A lo largo y ancho del país, 3.7 millones de productores del campo tienen alguna dificultad para realizar sus actividades, de los cuales 22.8% u 835 mil agroproductores sufren específicamente problemas de inseguridad, de acuerdo con estimaciones de la Evaluación Integral de la Política Social Vinculada al Derecho de Alimentación, 2023-2024, cuya elaboración estuvo a cargo del Coneval con base en datos del Censo Agropecuario 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los problemas de inseguridad abarcan “robo de sus animales o insumos, amenazas, extorsiones y secuestros, entre otros, y afectan la productividad de la unidad agropecuaria”, precisó el Coneval, organismo encargado de medir la pobreza y que el gobierno propone desaparecer para que sus funciones las absorba el Inegi.
Se suman obstáculos
No sólo el impuesto criminal pone en aprietos al sistema alimentario mexicano, sino también los problemas de transportación de los productos, especialmente para llegar a comunidades de difícil acceso y con mayores condiciones de precariedad, reveló la evaluación del consejo.
El problema tiene que ver con la concentración de la comercialización en pocos centros urbanos de abasto de gran tamaño y con las carencias de infraestructura de transportación.
“El promedio nacional nos habla de que 21.8% de las actividades agropecuarias experimentaron dificultades para la transportación, es decir, al trasladar bienes, insumos, materias primas, bienes agrícolas, ganado o productos maderables o no maderables desde la unidad de producción”, expuso José Nabor Cruz.
Esta cifra significa que 797 mil agroproductores padecen específicamente problemas al transportar sus mercancías.
Aquí los tres estados con mayores dificultades también son los más pobres del país: Guerrero, Oaxaca y Chiapas, con tasas de 36.4%, 34.7% y 30.7%, en ese orden.
Además de la inseguridad y la transportación, 12.7% de los productores agropecuarios, que equivale a 464 mil unidades, enfrentan dificultades para la comercialización de sus alimentos debido a la existencia de intermediarios.
Los múltiples intermediarios a lo largo de la cadena de abasto es un rasgo del sistema alimentario mexicano que produce muchas segmentaciones, lo que favorece la informalidad de los mercados y el desplazamiento de costos hacia los consumidores, señaló el Coneval.
Los estados que sufren más el problema de la intermediación son Baja California Sur, Colima y Veracruz, con tasas de 19.3%, 18.7% y 17.9%, respectivamente.
Al monitorear las principales ciudades del país, el Inegi encontró que las frutas y hortalizas se encarecieron 53% de diciembre de 2018 a septiembre pasado, es decir, en los 70 meses del gobierno pasado. Se trata de la mayor alza de precios desde la gestión del expresidente Ernesto Zedillo.
Zonas rurales, las más dañadas
Los sectores productivos de menor tamaño y la población de localidades con mayores rezagos sociales son las principales víctimas de estas problemáticas, creando desigualdades en la disponibilidad de alimentos adecuados a nivel local.
De las 295 mil localidades rurales con menos de 2 mil 500 habitantes del país, sólo 40% contaban con el suministro cotidiano de alimentos, reportó el Coneval, instancia que se fundó hace dos décadas.
En concreto, el abasto de cereales, leguminosas, huevo y leche se encontraba por arriba de 60%, pero el de frutas y verduras abarcó 44% de estas comunidades, el pescado llegó apenas a 16.1% y el suministro de res o puerco cubrió 27.6%.
José Nabor Cruz hizo ver que este desabasto impacta en el consumo de las familias. Por ejemplo, sólo 10% de los habitantes de Tabasco manifestaron vivir en un hogar que cuenta con una ingesta diaria de frutas y verduras, mientras que en Chiapas, Guerrero, Campeche, Veracruz y Oaxaca la tasa máxima fue de 15%.
El Coneval recomendó designar a un organismo dentro del ámbito federal dirigido a promover la producción, acopio, abasto, distribución, suministro, industrialización y comercialización de frutas y verduras de agroproductores nacionales.
Al respecto, Julio Berdegué Sacristán, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, señaló la necesidad de un trabajo conjunto con la nueva dependencia de Alimentación para el Bienestar, para ver para que, a través de las Tiendas del Bienestar, se puedan atender estas localidades sin acceso físico a los alimentos.
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